Miami.- Vuelve la extrema derecha cubano americana y sus aliados a imponer un fuerte estado de desasosiego y temor entre la comunidad cubana en el sur de la Florida, principalmente en el condado Miami Dade. Logrado esta vez a través de un buen publicitado número de visitas de agentes especiales del FBI -Buró Federal de […]
Miami.- Vuelve la extrema derecha cubano americana y sus aliados a imponer un fuerte estado de desasosiego y temor entre la comunidad cubana en el sur de la Florida, principalmente en el condado Miami Dade.
Logrado esta vez a través de un buen publicitado número de visitas de agentes especiales del FBI -Buró Federal de Investigaciones- a los hogares y centros de trabajo de activistas cubanos -al menos ocho- que a través de largos años han favorecido el mejoramiento de las relaciones entre los pueblos y gobiernos de Estados Unidos y Cuba.
Mucho se ha especulado en la prensa local y en la nacional sobre las razones de esta campaña intimidatoria por parte de la principal agencia de contrainteligencia del gobierno federal. El propio FBI ha declarado el motivo de ésta en un peculiar artículo publicado el 12 de septiembre pasado en los diarios jimagüas, The Miami Herald y El Nuevo Herald: «…enviar un claro mensaje al gobierno cubano que el FBI continúa vigilando a espías cubanos que podrían estar infiltrando a Estados Unidos…» Vaya manera novel del FBI dejar saber a un gobierno extranjero que este gobierno sabe de las actividades de sus supuestos espías: sembrando el temor y la alarma entre algunos de sus ciudadanos y sus familias, quienes siempre se han mantenido al apego de la ley; y no actuando, de cualquier manera legal a su disposición, en relación a los supuestos espías del otro gobierno…
Más me parece que esta campaña del FBI se debe a otras razones. En primer lugar parece ser una de preocupante índole política. En primer lugar, porque ocurre muy cerca de una decisiva elección parcial a celebrarse el próximo 6 de noviembre, donde está en juego el control de ambas cámaras del congreso, y el futuro de la Administración de Trump así como del grupo de la extrema derecha cubano americana en Washington. Después, al no haber podido lograr la extrema derecha cubano americana de la Administración de Trump los cambios en la política estadounidense con respecto a Cuba por los que este grupo aboga, esta Administración les pudo haber concedido estas visitas del FBI para parcialmente satisfacerlos enrareciendo el ambiente político en nuestra comunidad. Volviéndose a imponer en el ambiente social y político de la misma el espectro de los «espías cubanos» debajo de cada piedrecita y grano de arena de nuestras extensas y famosas playas.
Me pregunto, ¿estos espías de Cuba estarían aquí debajo de cada piedrecita y grano de arena de nuestras extensas y famosas playas; en los hogares o centros de trabajo de ciudadanos que respaldan una política más sensata que satisfaga los intereses de ambos pueblos; o estarán infiltrados en los círculos de poder de la extrema derecha cubano americana en los cuales se planifican las medidas y políticas en contra de Cuba?
Ya no estamos en una situación como la que existía antes del 2014 cuando Cuba estaba demonizada, era el enemigo maligno y perverso; el establecimiento de la nueva política con el pueblo y el gobierno cubanos establecida en aquella fecha por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, cambió todo eso para el horror de la extrema derecha cubano americana en Miami y de sus aliados políticos e ideológicos de la extrema derecha en el resto de este país. Como también para el resentimiento de algunos de los agentes especiales del FBI que recientemente han visitado a ciudadanos inocentes quienes mantienen, por su actitud y palabra, aquella misma mentalidad oficial de antes.
También se pudiera deber todo este embrollo para impedir el triunfo electoral en las elecciones parciales de este 6 de noviembre, de candidatos más afines de continuar desarrollando una nueva política con Cuba, establecida por el presidente Barack Obama en el 2014.
Se debe saber que a pesar de una campaña de desinformación mantenida en los medios, incluyendo las redes sociales, por la derecha cubana sobre esta cuestión, casi o más de la mitad del electorado de origen cubano en el sur de la Florida ha respaldado durante las más recientes elecciones a candidatos que prefieren una política sensata con Cuba, al estilo de la comenzada por el presidente Obama. Una que respete sus derechos de viaje a Cuba así como el fin del Bloqueo, hecho principal que impide el desarrollo económico de Cuba y así las posibilidades del pueblo cubano de desarrollarse y vivir en paz. Pueblo del que en gran medida forman parte las familias y otros seres queridos de los cubanos residentes en el sur de la Florida. Es tan sencillo como eso.
En estas próximas seis semanas antes de las elecciones parciales del 6 de noviembre se decidirán estas en extremo reñidas contiendas electorales. Una reciente encuesta en el estado de la Florida muestra que la contienda por el puesto de senador federal ambos candidatos principales, el actual senador demócrata, Bill Nelson, y el candidato republicano, el extraño, Rick Scott, actual gobernador y multimillonario, están en un virtual empate. Scott absolutamente respaldado por la extrema derecha cubana está maniatado, por voluntad propia, a una política de agresión contra el pueblo cubano. Además, del resultado de esta contienda podría decidirse la mayoría de uno u otro partido en el senado federal.
En el sur de la Florida también están en juego cuatro escaños claves en la Cámara de Representantes federal, el más importante de todos es el distrito 27 que ocupara hasta su reciente retiro, Iliana Ros, pilar de la extrema derecha cubano americana y socia íntima de terroristas.
Las candidatas para ocupar ese significativo escaño es la demócrata liberal, Donna Shalala, quien sirvió en el gabinete del presidente Obama como Secretaria de Sanidad y Seguridad Social y fuera también rectora de la Universidad de Miami, y María Elvira Salazar, cualquier cosa que le convenga, y ahora candidata por el Partido Republicano. Ambas están en un virtual empate.
Ese distrito es uno multiétnico y uno en el cual la candidata demócrata debe ser la favorita. Por increíble que parezca, en las elecciones presidenciales de 2012, el presidente Obama lo ganó 53% a 46% al candidato republicano, Mitt Romney, y en las elecciones presidenciales pasadas, las de 2016, Hillary Clinton lo ganó por 20 puntos porcentuales, 59% a 39% a Donald Trump
Decisivas serán entonces las próximas semanas en relación al resultado de estas elecciones, decisivas para el peso político de la extrema derecha cubano americana y sus políticas contra el pueblo cubano, así como para el control de la Cámara de Representantes federal.
Se sienten soplar vientos de fronda anti Trump en el ambiente político nacional y en la Florida. Aquí incentivado por la reñida contienda electoral por la gubernatura entre el candidato progresista demócrata afro americano Andrew Gillum y el candidato republicano Ron DeSantis, racista y retrógrado. La cual se espera que motive a las urnas electorales a los afro americanos y demás personas que normalmente no participan en las elecciones y que pudieran darle el triunfo electoral a los candidatos más progresistas.
Esa es la situación electoral que temen los elementos retrógrados en el sur de la Florida, en primera fila la extrema derecha cubano americana. Por eso tanto les viene como anillo al dedo la actual campaña de intimidación del FBI, la que levanta el espectro de «los espías cubanos» detrás de cada palma en nuestra comunidad que el temor y el desasosiego entre ciudadanos inocentes que apoyan una política más razonable con respecto a Cuba, como la que iniciara el presidente Obama hace apenas cuatro años.
Por último, la declaración oficial emitida por el FBI en Washington sobre este asunto mantiene, «En el curso de desempeñar nuestros deberes el FBI de manera regular y abierta interactúa con miembros de nuestra comunidad para desarrollar la confianza mutua necesaria para combatir actividades criminales potenciales y posibles amenazas a nuestra población».
¿Debo recordarle a la dirección del FBI que la confianza mutua necesaria para combatir actividades criminales no potenciales sino actuales, y no posibles amenazas sino reales amenazas a nuestra comunidades -a nuestras familias- de Miami y todo el sur de la Florida, es la necesidad de la inmediata aprehensión para su eventual procesamiento judicial, de todos los terroristas de origen cubano que viven libre e impunemente aquí en Miami bajo la protección del propio FBI, quienes atentaron y mataron a tantas víctimas inocentes a través de tantos años, en una campaña de terrorismo de estado auspiciada por los gobiernos de Estados Unidos contra el pueblo cubano y contra aquellos de nosotros que vivimos en Estados Unidos y que hemos apoyado una política más razonable entre ambos pueblos y gobiernos, como la que iniciara el presidente Obama?
Si así se decidieran a hacer, según se lo requieren las leyes, pudieran comenzar por arrestar a tres de los asesinos de Carlos Muñiz Varela compañero nuestro, miembro de la Brigada Antonio Maceo, asesinado a sus 25 años de edad en San Juan de Puerto Rico, en abril de 1979, hace ya más de 39 años, quienes actualmente viven -se pudiera suponer con el conocimiento del FBI- en el sur de la Florida, ya que por este repudiable crimen ninguno de sus asesinos hasta la fecha ha sido arrestado.
Andrés Gómez: director de Areitodigital.
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