Las viejas lógicas se adaptan a los tiempos modernos. Esa es la conclusión resultante de la lectura de varios cables de prensa que, por estos días, se han referido a las recientes acciones que ha emprendido el gobierno de EE.UU. contra Cuba, esta vez en el campo del ciberespacio, denominado por ellos mismos como una […]
Las viejas lógicas se adaptan a los tiempos modernos. Esa es la conclusión resultante de la lectura de varios cables de prensa que, por estos días, se han referido a las recientes acciones que ha emprendido el gobierno de EE.UU. contra Cuba, esta vez en el campo del ciberespacio, denominado por ellos mismos como una nueva región de guerra.
El ejemplo de qué retorcidos mecanismos se usan hoy en día para lograr el control del universo virtual se evidencia en una noticia publicada a inicios de agosto donde se anunciaba que uno de los gigantes del mundo de las WWW, Google, había anunciado el Page Speed Service, un servicio (gratuito) que «ayuda» a que la página web en cuestión se muestre más rápida en el navegador de los visitantes. Lo que se esconde tras esas supuestas bondades del Page Speed Service es que Google «optimiza» el código HTML para que cumpla sus estándares y la página web que envía a los visitantes es la modificada y no la original. Para las miles de personas que en el mundo intentan desde portales, sitios web, blogs y foros expresar un punto de vista de izquierda o, al menos alternativo a las grandes lógicas de poder mundial, son imaginables las posibles consecuencias de este servicio.
A inicios de agosto también, las agencias internacionales daban a conocer la noticia de que el senador demócrata Patrick Leahy, de Vermont, había liberado los 20 millones de dólares para promover la subversión en la mayor de las Antillas, que por esos giros hegemónicos del lenguaje, el gobierno norteamericano denomina irónicamente «fondos para la democracia en Cuba».
Mientras EE.UU. ofrece dinero supuestamente para lograr el acceso de los cubanos a las nuevas tecnologías, en Alemania el diario Die Welt denunciaba las nuevas formas de imposición del bloqueo norteamericano contra Cuba, acciones de Paypal y eBay contra comerciantes en ese país europeo que venden productos cubanos en Internet, y las calificaba como «groseramente ilegales». Lothar Harings, de la firma de abogados Graf von Westphalen y un experto en comercio internacional, afirmaba que «eBay está violando la legislación comunitaria, sobre todo la de la UE, al imponer extraterritorialmente las regulaciones del bloqueo».
Como se sabe, una parte importante de los «fondos» de 20 millones están destinados precisamente a la lucha en el ciberespacio. Según el documento del Congreso en el cual se describen los usos del dinero en cuestión, «$600 mil facilitarían ‘la libertad de información’, y otros 600 mil ayudarían a artistas, blogueros y otros intelectuales».
De sobra es sabido lo que el gobierno del Tío Sam entiende por libertad de expresión. Los escándalos por invasión de privacidad y escuchas telefónicas luego del 11/S así lo demuestran. Hoy, el movimiento de intercambio que en tiempos de los romanos tenía lugar en el ágora se ha trasladado a las redes sociales. Para la intelectual brasileña Marilia Guimarães, «en este momento son la herramienta con la que podemos compartir con mucha más rapidez las informaciones». Los intentos de controlar las acciones y los pensamientos de los millones que en el mundo intercambian y se organizan por estas vías han hecho que el Pentágono aprobara destinar 42 millones de dólares para reclutar hackers en las redes sociales. Ello viene a corroborar que estos espacios que algunos consideran nobles y alternativos per se, pueden convertirse en instrumentos de dominación si no se articulan estrategias de enfrentamiento y desmontaje en estas mismas áreas.
Hoy, atormentado por la velocidad de la hipermodernización, pareciera que el mundo va por otros cauces. En efecto, a las contiendas se les agregan nuevos escenarios pero las ansias de dominación de algunos permanecen intactas. Las tácticas cambian, pero las estrategias siguen siendo las mismas.