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Sobre el Documento firmado por 181 miembros de alto rango de las Fuerzas Armadas

¿¡Nuevo golpe de Estado!? Sí, lo intentan

Fuentes: Rebelión

El apoyo, la apología y la defensa del fascismo, del golpismo y del crímen organizado bajo estos lemas, no es delito en esta nuestra democracia, según se desprende de las medidas que (no)-toman las autoridades políticas y judiciales que, de este modo se hacen cómplices de estas declaraciones por acción o por dejación de sus […]

El apoyo, la apología y la defensa del fascismo, del golpismo y del crímen organizado bajo estos lemas, no es delito en esta nuestra democracia, según se desprende de las medidas que (no)-toman las autoridades políticas y judiciales que, de este modo se hacen cómplices de estas declaraciones por acción o por dejación de sus funciones, que para eso cobran.

Y dicen que hay que cerrar heridas, que hay que olvidar dicen, precisamente, los golpistas, los que tendrían que pasar por los tribunales para responder qué pasó, antes del sangriento golpe, qué pasó durante los tres años del golpe y qué pasó después.

No fue una guerra civlil. No. Fue un golpe militar absolutamente sangriento dado por lo más rancio y retrógrado de los poderes fácticos, de los latifundistas, banqueros y fascistas con la bendición apostólica de la iglesia católica que aún sigue defendiendo lo que ha denominado «cruzada».

Y esta España de golpistas y de fascistas buscó, cómo no, el apoyo de nazis y de los fascistas de Mussolini. Gracias a ellos triufaron.

Pasaron los años, pasaron décadas y todavía no se ha hecho justicia ni se intenta. En las cunetas siguen los defensores de la República asesinados por militares, por esos que ahora quieren ser sus valedores y, que de nuevo y una vez más, vuelven a la carga y ensalzan al que inició el sangriento golpe y la no menos sangrienta dictadura. Y siguen, sí, siguen cobrando el sueldo a pesar de mearse y defecar en la democracia que les paga el sueldo.

Reina el heredero del heredero del generalísimo, del golpista, reina un tal Felipe no sé cuánto, reina un borbón, uno de tantos. Pero reina porque gobierna la socialdemocracia que se dice de izquierda y que se alterna con otra socialdemocracia que se dice de centro-derecha. Unos y otros, la democracia real sin restablecer y la República a mil leguas. Y todos contentos, ellos todos, pero solo ellos.

La iglesia cómplice del sangriento golpe militar llevaba a su excelencia bajo palio, ahora es la socialademocracia, la de izquierda y la de centro-derecha, la que lleva bajo palio a la iglesia con tanto concordato y con tanta subvención encubierta y descubierta.

Y es esta socialdemocracia la que ha anclado la historia de los valores de la República, la que los ha enterrado en las cunetas al lado de los asesinados por los golpistas y sus cómplices.

Mientras, viva el golpismo, viva el nazismo, viva el fascismo y vivan sus crímenes. Es lo que hay, se dice. Todo vale, las autoridades políticas y judiciales; el poder político, el poder legislativo y el poder judicial miran para otro lado, es decir, callan y otorgan, pero quien así actúa, no solo es cómplice sino que le va y le va porque es más de lo mismo.

Sí, más de lo mismo, porque en el yate Azor, en el mismísimo súper yate Azor en el que veraneaba el dictador Franco, comenzó a navegar su excelencia el Presidente Don Felipe González, seguramente, y de modo inconsciente, queriendo emular al todopoderoso dictador. Bochornoso, de vergüenza, no hay quién dé más. De cualquier modo, en este yate, se comenzó a negociar la trasición de la dictadura al neoliberalismo que tan buenos resultados está dando y después a la OTAN y después…, suma y sigue.

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Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.