Mientras estamos absortos e indignadas delante de una crisis que no es nuestra pero que nos la hacen pagar a golpe de decretos, recortes y rescates de bancos. Mientras cada vez hay más excluidos sociales pero nadie asume responsabilidades por haber provocado esta situación y mientras nos hacen creer que estamos en una democracia donde, […]
Mientras estamos absortos e indignadas delante de una crisis que no es nuestra pero que nos la hacen pagar a golpe de decretos, recortes y rescates de bancos. Mientras cada vez hay más excluidos sociales pero nadie asume responsabilidades por haber provocado esta situación y mientras nos hacen creer que estamos en una democracia donde, presuntamente, gobierna un presidente (¿!) pero donde, en realidad, gobierna un libre mercado sin ningún tipo de escrúpulos… Mientras sucede todo esto también es momento de hablar de las otras crisis mundiales que, de manera expresa, son sistemáticamente silenciadas pero que nos permiten seguir expoliando y explotando otras partes del mundo provocando muertes y victimas por el camino.
Podríamos hablar de la situación de Centroamérica, de Haití, o de la violencia generada por el acaparamiento de tierras en el continente africano por empresas y estados sedientos de poder,.. Tanto da: el modelo de expoliación, de explotación y generación de pobreza es el mismo… Un modelo capitalista que, como un cáncer, lo contamina todo dejando un rastro de pobreza, de desestructuración social, de violencia. A eso le llaman economía de mercado y ajustes comerciales… en cambio si la población se resiste, se manifiesta y lucha por sus derechos… nuestros gobiernos, nuestros grandes demócratas y medios de comunicación los llaman terroristas, violentos y populistas.
Pero hablemos de la olvidada y expoliada República Democrática del Congo. Si, si… ese gran país centroafricano donde hay tanta riqueza mineral, donde nos hacen creer que ellos solos no saben resolver conflictos y por ello le enviamos a unos cascos azules totalmente inoperantes. Pero poca difusión se da al hecho que es un país que ha sido salvajemente explotado, expoliado y donde todo el mundo ha querido hacer negocio sin interesar el rastro de muerte y pobreza extrema que ha provocado.
Y, ahora, es necesario hablar de este país pues, en las últimas semanas, se han reproducido nuevos conflictos y enfrentamientos armados en el Nord Kivu (Este de la República Democrática del Congo). En menos de 30 días este conflicto ya ha causado más de un centenar de muertos y miles de desplazados y desplazadas. La principales victimas, como siempre, la población congoleña. Una población que ha tenido la «mala suerte» de nacer y vivir en una zona extremadamente rica y que lleva más de 15 años desplazándose y deambulando hacia zona más seguras, una zona donde han asesinado a cientos de miles de personas y han violado a miles de mujeres. Y todo ello por que hay cierta gente con sed de poder y de hacerse con el control de trozos de piedra que se necesitan para comunicarnos mejor (coltan) o para visualizar una riqueza hipócrita (oro y diamantes). De nuevo la historia se repite, unos gobiernos, unos jefes de estado, unas cuantas empresas,.. arman a una supuesta facción descontenta del ejército congolés para que desestabilice la zona, para crear de nuevo el caos, para hacerse con el control de los minerales… No me cansaré de decir que no se trata de un conflicto local, es un conflicto geoestratégico con muchos intereses económicos y políticos detrás. Y lo que impresiona más es que ciertos gobernantes sigan impunes. Entre ellos podemos citar al gobierno rwandés, pero no es políticamente correcto citarlo puesto que sigue siendo el gran mimado de la apisonadora occidental. Hace unas semanas, y para demostrar que algo se está haciendo, el Tribunal Penal Internacional procesó a uno de los líderes sanguinarios congoleses (Thomas Lubanga). Es un primer y gran paso. Pero hemos de dar algunos pasos más. Igual no soy un experto pero a estos líderes sanguinarios alguien les armó y alguien les compró los minerales ilegalmente explotados. Y a estos «alguien» nadie los procesa ni los lleva a los tribunales internacionales. Y esto nos debe sonar porque en Europa y en el Estado Español estos «alguien» nos han llevado a una mal llamada crisis que está provocando verdaderos dramas sociales pero que salen impunes y no dan explicaciones.
Y perdonad que insista. En los últimos días se están oyendo nuevos tambores de guerra en el castigado Este de la República Democrática del Congo. El grupo armado (M23), con el apoyo del gobierno rwandés, cada vez es más fuerte y se está aprovechando del actual escenario: ejército congolés debilitado y desestructurado, cascos azules poco operativos, gobierno de Kinshasa sin capacidad de reacción, impasividad internacional, proximidad de elecciones locales…. Todo un caldo de cultivo para provocar una nueva guerra abierta. Los mensajes enviados por Organizaciones Congolesas de Derechos Humanos y por la Sociedad Civil del Nord Kivu son muy preocupantes y alarmantes.
La historia se puede repetir. Miles de victimas en un territorio africano ante la impasividad del resto del mundo. La crisis en la RD Congo también es, debería ser, nuestra.
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