Obama insistió en la necesidad de aumentar los impuestos a los sectores más ricos de la sociedad y en que no hay que recortar en salud ni en educación. También pidió una reforma migratoria y anunció que 34 mil soldados se retirarán de Afganistán.
El presidente Barack Obama brindó ayer su discurso sobre el Estado de la Unión ante el Congreso, enfocado en la creación de empleo, pero también en la defensa de reformas importantes como la migratoria. La clave estuvo puesta en su intención de impulsar la alicaída economía norteamericana. «Esta noche, gracias al coraje y la determinación de los estadounidenses hay mucho progreso por reportar», abrió su mensaje, quince minutos después de las 23, hora de Argentina. Ataviado con un traje azul y escoltado por el vicepresidente Joe Biden, Obama abrió el juego señalando que, «después de diez años de cruel guerra, nuestros hombres están volviendo a casa». «Luego de años de dura recesión, hemos creado seis millones de puestos de trabajo», dijo sobre el balance de su anterior gestión.
También se refirió a lo que, para él, desean los norteamericanos: «El pueblo estadounidense espera que pongamos los intereses de la nación por encima de los intereses de los partidos». A tres semanas de haber asumido su segundo mandato por cuatro años, Obama busca delinear las prioridades del gobierno en el contexto de una economía que aún puja por recuperarse de la peor crisis en décadas y un alto de-sempleo que ronda el 7,9 por ciento. Las palabras del mandatario llegan en un momento de extrema urgencia: el 1º de marzo entrarían automáticamente en vigor una serie de importantes recortes, a menos que republicanos y demócratas lleguen a consensuar y se pongan de acuerdo. En este sentido, manifestó que los recortes automáticos ralentizarán la recuperación económica y costarán miles de puestos de trabajo. «La mayoría de los estadounidenses entiende que no podemos recortar para llegar a cumplir con el gasto. ¿Por qué deberíamos hacer recortes en educación y medicare?», se preguntó, pero aseguró que se encuentra abierto a nuevas reformas que propongan los partidos. «Nuestro gobierno no puede hacer promesas que no pueda cumplir», agregó.
«Lleguemos a un acuerdo aquí, ahora mismo, para mantener el gobierno, pagar nuestras cuentas a tiempo y defender el crédito de Estados Unidos», pidió a continuación y manifestó que la reducción del déficit por sí misma no es un plan económico. «Es obligación de nuestra generación arrancar nuevamente el verdadero motor del crecimiento económico de los Estados Unidos, que es una clase media próspera y creciente», dijo Obama. «Les repito, nada de lo que propongo esta noche debe aumentar nuestro déficit en un solo centavo. No es un gobierno más grande lo que necesitamos, sino un gobierno más sensato que establezca prioridades y que invierta en un crecimiento generalizado», señaló el mandatario, quien presentó nuevas iniciativas que, a su juicio, no requerirán de gastos presupuestarios adicionales.
En la línea de igualdad de oportunidades para todos, pregonada en su campaña por la reelección, Obama sostuvo que está pendiente «restaurar el pacto básico que construyó este país: la idea de que, si trabajás duro y cumplís tus responsabilidades, podés avanzar, sin importar de dónde vengas, tu apariencia o a quien ames». «Una economía en crecimiento que cree buenos empleos para la clase media: ésa debe ser la estrella polar que guíe nuestros esfuerzos», insistió el presidente. Según Obama, «cada día debemos hacernos tres preguntas como país: ¿cómo atraemos más trabajos a nuestras costas?, ¿cómo equipamos a nuestra gente con los conocimientos necesarios para hacer esos trabajos?, ¿cómo nos aseguramos de que el trabajo duro conduce a una vida decente?».
Respecto de la recaudación, Obama insistió en la necesidad de aumentar los impuestos a los sectores más acomodados de la sociedad y de generar inversiones en infraestructura, educación y energías verdes. Su mensaje tuvo como escenario un Congreso dividido, con la Cámara de Representantes en manos republicanas, y fue seguido por millones de estadounidenses. En su discurso, que se extendió aproximadamente por una hora, el líder demócrata no dejó de lado algunos temas que transformó en prioritarios no bien empezó su segundo mandato, como el control de las ventas de armas, tras una matanza de niños en Connecticut en diciembre, y la reforma migratoria integral.
Luego de las elecciones de noviembre, que demostraron el creciente poder del voto de los hispanos -primera minoría del país-, Obama redobló el esfuerzo por una reforma migratoria que incluya una vía hacia la ciudadanía para los más de once millones de indocumentados en el país, la mayor parte de ellos latinoamericanos. Mientras un grupo bipartidista de ocho senadores alcanzó un acuerdo para tratar la reforma en el Congreso, los republicanos en la Cámara de Representantes siguen sin estar muy convencidos. La respuesta de la oposición a Obama llegó desde la estrella ascendente del partido, Marco Rubio -el senador de origen hispano-, quien habló tanto en inglés como en español. El legislador es además figura clave, ya que integra el grupo bipartidista del Senado dedicado a la inmigración. «Los impuestos y gastos que usted desea les quitarán a los trabajadores de la clase media su aumento salarial, beneficios y tal vez incluso sus puestos de trabajo», dijo Rubio.
Aunque el discurso sobre el Estado de la Unión no suele profundizar en temas internacionales, Obama anunció que 34.000 de los 66.000 soldados se retirarán de Afganistán antes de que acabe 2013. En 2009, Obama ordenó un incremento de 30.000 soldados en el contingente estadounidense en ese país y en 2011 prometió que la campaña de guerra estaría terminada en 2014.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-213788-2013-02-13.html