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Obama simul-opciona y simul-habla

Fuentes: Progreso Semanal

¿Por qué no podemos lograr que algunas de esas personas en esos países oprimidos simpaticen con nosotros en vez de odiarnos?» – Presidente Eisenhower, marzo de 1953, durante una reunión del Consejo de Seguridad Nacional. ¿Tiene Washington un conjunto coherente de principios de política exterior? Los presidentes hacen la guerra -sin que el Congreso la […]

¿Por qué no podemos lograr que algunas de esas personas en esos países oprimidos simpaticen con nosotros en vez de odiarnos?» Presidente Eisenhower, marzo de 1953, durante una reunión del Consejo de Seguridad Nacional.

¿Tiene Washington un conjunto coherente de principios de política exterior? Los presidentes hacen la guerra -sin que el Congreso la declare, como manda la Constitución-y  aseguran al público que se han decidido por las intervenciones militares basándose en valores morales -como crear una imagen de fuerza, útil en campañas re eleccionarias.

En la búsqueda por Obama de la reelección, él parece retomar  un método del presidente Kennedy: simulopción.

«La simulopción», explicó mi amigo Marcus Raskin, fue el proceso de toma de decisiones de Kennedy. Por ejemplo, él prometió no retirar a los asesores militares de Viet Nam, a fin de no parecer débil, al mismo tiempo que solicitaba secretamente planes para salirse de aquel «desorden» asiático -después de ganar las elecciones de 1964. Una retirada de la guerra hubiera inspirado a los republicanos a tildarlo de «débil».

Para solucionar el «tema de Cuba», el hermano de Kennedy, el Fiscal General Bobby, asumió la tarea de eliminar a Fidel Castro; simultáneamente, JFK envió al periodista francés Jean Daniel, quien se reunió con Castro el 22 de noviembre de 1963, con una lista de deseos de Kennedy para llegar  a una solución pacífica. Minutos después de comenzar la reunión, un ayudante notificó a Castro de un boletín radial de noticias que contaba del intento de asesinato a Kennedy. (Fidel al autor, julio de 1974.)

Irónicamente, ese mismo día un alto oficial de la CIA entregaba a un agente cubano en París un fusil de francotirador para que matara a Castro. ¡Simulopción!

Bobby Kennedy, colaboró con mafiosos para matar a Castro -a la Mafia le serían devueltos sus casinos y hoteles- mientras su hermano andaba en juegos de manos con una de las chicas de los pandilleros. Bobby hasta comenzó a procesarlos judicialmente. «Simulopción con descaro», comentó un ex asesor de Kennedy.

Cuando surjan temas difíciles, échenle opciones en conflicto a la burocracia, y una u otra posición prevalecerá. A la élite política, los predicadores de domingo y las estrellas de los  medios no parecían preocuparles tales procedimientos poco éticos de toma de decisiones. El viejo pragmatismo norteamericano. Si funciona, se invoca algún principio para justificarlo. ¡La realidad manda!

En 1960 o en 2008, el tema post elecciones más importante resultó ser cómo ganar la reelección.  Kennedy heredó de Eisenhower el uso de «asesores» militares norteamericanos en Viet Nam del Sur para apuntalar al gobierno de Saigón, creado por EE.UU. Unos 50 años después, Obama, que heredó Afganistán de manos de Bush, mostró sus músculos: una «marea» de tropas, mientras simultáneamente optaba por retirar pronto las tropas.

Los críticos de Obama e incluso algunos partidarios lo han llamado debilucho. Demostró su fuerza (indirectamente) cuando los SEAL norteamericanos asesinaron a Osama bin Laden, y de esa manera se logró el objetivo original de Bush allí. Y, aseguró Obama «al pueblo afgano» después de anunciar la retirada de 10 000 soldados y más con posterioridad, que ellos (los afganos) «serán responsables de su propia seguridad para 2014. Estamos comenzando esta retirada desde una posición de fuerza».

Ni los halcones ni las palomas discutieron lo absurdo de enviar más tropas y luego retirarlas sin mucha ganancia. Porque hacer o deshacer la «marea» son medios para ganar la reelección, no la guerra.

La contrainsurgencia interminable en Afganistán, con fuerzas inciertas en sus fronteras, parece tonto.  Pero los republicanos brincarían de alegría si Obama declarara una retirada inmediata. Los realistas reconocen las pocas posibilidades que hay de obtener objetivos estratégicos, pero los republicanos convertirían la retirada en una «debilidad» -algo mortal en una campaña electoral.

Lo problemático que resultó para presidentes norteamericanos zafarse de Viet Nam, Afganistán -e Irak- ilustra la lección que los presidentes se niegan a aprender. Un ex jefe militar norteamericano comentó después de la guerra de Viet Nam: «Nunca se debe luchar contra alguien que se defiende».

Políticos y periodistas no preguntan: ¿quién nos invitó a intervenir en Viet Nam, Afganistán, Irak y Libia? ¿Quién exigió que matáramos a millones de su gente,  perdiéramos a más de cien mil de los nuestros y gastáramos una cantidad innombrable de dinero?

Para abandonar Afganistán, Obama pudiera descartar el modelo Kennedy y seguir en su lugar otro método de su colega receptor del Premio Nobel de la Paz, Henry Kissinger.

En agosto de 1972 a Nixon le preocupaba cómo salir de Viet Nam.

«Analicemos esto con perfecta sangre fría», dijo Nixon. «Miro la marea de la historia allí, de todas maneras, probablemente Viet Nam del Sur no va a sobrevivir… ¿Podremos tener una política exterior viable si de aquí a un año o dos Viet Nam del Norte se traga a Viet Nam del Sur?»

La política exterior de EE.UU. podría sobrevivir a la caída de Saigón, opinó Kissinger, siempre y cuando «parezca que es el resultado de la incompetencia sudvietnamita.  Si nos deshacemos de ellos de manera que, digamos, en un período de tres a cuatro meses hemos empujado al presidente Thieu (de Viet Nam del Sur) precipicio abajo…» Lo que Washington necesitaba, continuó Kissinger, era «alguna fórmula que se mantenga uno o dos años, después de lo cual…  a nadie le importará un bledo». (Cintas de la Casa Blanca, citadas por Gideon Rose, «Lo que Washington Haría», NY Times, 26 de junio de 2011.)

¿Cínico, sangriento inmoral? Pudiera ser que a algunos afganos «les importara un bledo» los aviones sin piloto, las bombas errantes o los descuidados soldados de la OTAN que matan a sus seres queridos. Sin embargo, para 2018 Obama, al igual que W. Bush, habrá desaparecido en el reino de la semi-amnesia. El primer presidente afro-norteamericano estuvo al timón durante malos tiempos económicos, no fue conocido como Capitán Coraje e hizo o no hizo algo en o a Afganistán.

Fuente: http://progreso-semanal.com/4/index.php?option=com_content&view=article&id=3575:obama-simul-opciona-y-simul-habla&catid=3:en-los-estados-unidos&Itemid=4