De la Guerra de Secesión a la actualidad, pasando por Luther King y Malcom X, los negros no han dejado de pelear por sus derechos. La trayectoria de Obama poco tuvo que ver con esa tradición y se puso a disposición de quiénes manejan la economía de su país. Quienes lo trajeron y le pagaron […]
De la Guerra de Secesión a la actualidad, pasando por Luther King y Malcom X, los negros no han dejado de pelear por sus derechos. La trayectoria de Obama poco tuvo que ver con esa tradición y se puso a disposición de quiénes manejan la economía de su país. Quienes lo trajeron y le pagaron fuertes honorarios por su visita son la versión local de los dueños del dinero.
La Guerra de Secesión de los EEUU enfrentó al Norte industrial y proteccionista, con mano de obra asalariada, contra el Sur con su mano de obra esclava y libre cambista. El Norte proponía elaborar todos los bienes posibles en fábricas instaladas en los Estados Unidos; el Sur prefería subordinarse a Inglaterra proveyéndola de lana, algodón, lino y demás materias primas para ser industrializadas en la ex metrópoli. De allí se importarían esos productos ya elaborados.
Elegido Abraham Lincoln presidente, cuando tomó posesión del mando en marzo de 1861, siete Estados del Sur lo desconocieron como tal y constituyeron la Confederación. Se iniciaron las primeras acciones militares que fueron favorables al Sur, hasta que el 11 de enero de 1863, segundo año de la guerra, Lincoln anunció la Proclamación de Emancipación, que otorgaba libertad a todos los esclavos aún en áreas controladas por los Estados Confederados. Esta decisión dio un vuelco fundamental a la situación dado que los negros esclavos huían en masa del Sur. Tras varios y diversos combates, con suerte dispersa, en octubre de 1864, el ejército de la Unión al mando del General Ulysses Grant derrotó a las fuerzas del General Robert Lee en Virginia. El 2 de abril de 1865, Lee se vio forzado a abandonar Richmond, la capital de la Confederación. Una semana después se rindió y muy pronto lo siguieron todas las demás fuerzas confederadas.
El General Grant fue posteriormente presidente de los EEUU y en 1897 concurrió a la Conferencia de Manchester, donde sostuvo que: «…los Estados Unidos seguían el «ejemplo» inglés y no, la «prédica» inglesa, «Señores: durante siglos Inglaterra ha usado el proteccionismo, lo ha llevado hasta sus extremos y le ha dado resultados satisfactorios. No hay duda alguna que a ese sistema debe su actual poderío. Después de esos dos siglos, Inglaterra ha creído conveniente adoptar el libre cambio por considerar que ya la protección no le puede dar nada. Pues bien, señores, el conocimiento de mi patria me hace creer que dentro de doscientos años, cuando Norteamérica haya obtenido del régimen protector lo que éste puede darle, adoptará, libremente, el libre cambio.»
Había que reconstruir la Nación y reconocer el derecho de los negros, por lo que en las tres «enmiendas de la Guerra Civil» de la Constitución: la Décimo tercera (diciembre de 1865), que prohibía la esclavitud; la Décimo cuarta (julio de 1868), que extendía las protecciones legales federales a todos los ciudadanos independientemente de su raza; y la Décimo quinta (febrero de 1870), que abolió las restricciones raciales a la hora de votar.
Sin embargo no fue acatado total o parcialmente por los Estados vencidos e incluso por varios de los Estados del Norte, lo que generó fuertes resistencias de la población negra durante 100 años. Finalmente se proclamaron tres legislaciones históricas que marcaron el inicio de la promoción de esos derechos. Primero fue el acta de derechos civiles de 1964, luego el acta del derecho al voto de 1965 y, finalmente, el acta de igualdad de vivienda de 1968.
MALCOM X: «Por cualquier medio que sea necesario»
Malcolm X nació en 1925 en Nebraska, en el centro de los Estados Unidos. Cuando tenía seis años su padre fue asesinado por su labor en defensa de los derechos de los trabajadores y de los negros.. Ante la noticia, su madre enloqueció y debió ser internada en un hospital psiquiátrico. Los siete hijos del matrimonio, del cual Malcom X era uno de los menores, fueron dados en adopción. Se crió prácticamente en la calle de los barrios pobres donde le tocó vivir, se hizo pendenciero y ladrón, hasta que lo detuvieron en 1946 acusado de posesión de armas de fuego, hurto y allanamiento de morada. Recibió una condena de ocho años que cumplió en la prisión estatal de Massachusetts.
Pero en la cárcel se instruyó y disciplinó, se hizo musulmán (de allí que cambiara su apellido – Little- puesto por los «blancos» por la X) y cuando salió en 1952 militó en la Nación del Islam, posteriormente se casó y tuvo seis hijas. Su prédica constante por los derechos de los negros lo llevó a los primeros planos de su país. El 26 de marzo de 1964, se reunió con Martin Luther King en Washington D.C. tras una rueda de prensa que continuó con la presencia de ambos en la votación sobre la ley de los Derechos Civiles en el Senado.
En abril de 1964, Malcolm X pronunció un discurso titulado «El voto o la bala» en el que concluía que debía darse participación a los negros y a las demás minorías, de no ser así, esos derechos se debían conquistar a la fuerza. Da allí el ejemplo de que «…las Panteras no buscan atacar, pero cuando son atacadas y acorraladas, responden ferozmente y sin piedad contra su agresor», y que de esa manera debía unirse la raza negra en organizaciones de autodefensa. «Nuestro objetivo es completa libertad, justicia e igualdad, por cualquier medio que sea necesario».
Viajó a varios países del mundo pregonando la igualdad de derechos y por el respeto a los negros, contra la violencia policial, para que puedan acceder a los servicios de salud y de educación, que a la hora de dar empleo se considere la capacidad de la persona y no el color de su piel.
Participó en la larga campaña a favor de la igualdad de derechos, de organización, de propaganda y de lucha por su gente, cuando en una reunión de la Unión de la Organización de la Unidad Afroamericana, celebrada en Manhattan (Nueva York), el 21 de febrero de 1965, lo asesinaron de 16 balazos con escopetas de caño recortado y pistolas. Los que lo mataron eran también negros.
Pero otros negros siguieron y profundizaron su prédica, la lucha por la igualdad, la libertad y la justicia dio cientos de organizaciones como los «Black Panthers» en 1966, activistas como Ángela Davis, quién fue profesora en la Universidad de California en Los Ángeles en 1969, Ronald Reagan que era el gobernador de ese Estado forzó la expulsión de la joven profesora quien, tras recibir la noticia de su destitución, decidió continuar impartiendo sus clases al aire libre. A sus estudiantes habituales, se sumaron cientos de otras disciplinas.
Gente fina
Por supuesto que el sistema administra el poder y suele ceder ante otras fuerzas, pero nunca del todo y sabe utilizar a los negros «tío Tom», tanto que uno de ellos llegó a ser presidente de los EEUU, quién no bien asumió se puso al servicio de la gran banca estadounidense, que es uno de los grandes poderes de ese país y del mundo, nombrando como secretario del Tesoro (la máxima autoridad en economía) a Timothy F. Geithner, consultor de Kissinger Associates, una firma fundada por Henry Kissinger y ex presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York. De inmediato Geithner se abocó a que los bancos sufrieran los menos posible el efecto de la crisis de securitización o segunda hipoteca que había estallado un poco más de un año antes, utilizando generosamente los recursos del Estado para recomponer el patrimonio de las grandes corporaciones financieras y avalando la expansión de la base monetaria estadounidense, emitiendo dólares a mansalva.
En su trabajo «Quién gobierna América», James Petras sostiene que quienes detentan la mayor porción de poder son los integrantes del grupo «Israel First» que domina las principales posiciones económicas y políticas dentro del régimen, incluso ahora con Trump en la presidencia. Estos incluyen: la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, así como su vicepresidente, Stanley Fischer, ciudadano israelí y ex gobernador (sic) del Banco de Israel.
Jared Kushner, yerno del presidente Trump actúa como su principal asesor en asuntos de Medio Oriente. Kushner, un magnate inmobiliario de Nueva Jersey apoya todo el poder israelí y la toma de tierras en el Medio Oriente y trabaja en estrecha colaboración con David Friedman, embajador de EE.UU. en Israel (y fanático partidario de los asentamientos judíos ilegales) y Jason Greenblatt, representante especial para las negociaciones internacionales.
El actual secretario del Tesoro es Steven Mnuchin, ex ejecutivo de Goldman Sachs, quien lidera el ala del mercado libre neoliberal del sector de Wall Street dentro del régimen de Trump. Gary Cohn, un influyente de Wall Street desde hace mucho tiempo, encabeza el Consejo Económico Nacional.
El hada madrina es Lloyd Blankfein, presidente de Goldman Sachs. Los tres «Israel-First-banqueros» están encabezando la lucha para desregular el sector bancario, que había devastado la economía, conduciendo al colapso del 2008 y llevando a juicio hipotecario a millones de propietarios y empresas estadounidenses.
Trump podrá decir lo que quiera, pero el poder está desde hace muchos años en las grandes corporaciones de ese país (con primacía del sector financiero en general y de la Goldman Sachs en particular) pero también con vida propia como es la industria militar y el manejo de las grandes cadenas de medios.
En una nota que le hizo el periódico Página 12 el 16/06/2015, la socióloga Mónica Peralta Ramos, dijo: «Hoy el americano (sic) medio mira televisión durante 153 horas al mes y seis enormes corporaciones controlan la mayor parte de lo que ve, escucha y lee el ciudadano medio».
Malcom X solía decir: «Si no estás prevenidos, los periódicos te llevarán a odiar a los oprimidos y amar a los opresores.»
El cadi del poder
Oficialmente se sabe que la visita de Obama fue organizada por las familias Werthein y Sielecki, quienes junto a Marcelo Mindlin son los socios controlantes de Transportadora de Gas del Sur (TGS). Por supuesto le pagaron muy buenos honorarios, le rindieron pleitesía, lo pusieron a jugar al golf con Macri y lo presentaron ante lo más granado del mundo empresario.
De más está decir que son los grandes beneficiados de la política macrista, donde se generan los «brotes verdes» (energía y combustible, mercados cautivos como el acero, aluminio, cemento y otros bienes de uso difundido) dado que fijan los precios que quieren, pero a costa del resto de la población que los debe pagar de sus magros bolsillos.
El mejor ejemplo es Marcelo Mindlin y sus socios y principales accionistas de Pampa Energía, uno de los grandes beneficiarios de la suba de las tarifas eléctricas al ser el mayor generador, transmisor y distribuidor de electricidad del país que, tras el caso Odebrecht y las complicaciones del primo Calcaterra, le compró IECSA a la familia presidencial.
El no puede enseñarle nada a nuestra burguesía rapiñera, fugadora de capital y subordinada al sistema financiero internacional, lo que hacen es auto convencerse que es el único camino que queda, para que el 1% de la población, de los EEU y de la Argentina, se apropie del 95% del crecimiento.
Argentina y los EEUU son países atendidos por sus dueños o sus ceos. En nuestro caso disponemos del raro privilegio de un PIB (cantidad de bienes y servicios finales producidos) en activos financieros en el exterior a nombre de esas 106 familias que tienen más de 100 millones de dólares en activos líquidos (sin contar propiedades) y de las 45.000 familias que tienen más de un millón de dólares, mientras un tercio de la población se encuentra bajo la línea de la pobreza.
Malcom X en sus discursos afirmaba: «Pienso que hay mucha gente buena en América, pero también gente mala, y los malos son aquellos que parecen disponer de todo el poder y que están en esta posición por negarnos lo que tú y yo necesitamos. Ante de esta situación, tú y yo tenemos que conservar el derecho a hacer todo lo que sea necesario para acabar con una situación así»
Y también decía: «Sí, creo en la acción política. En cualquier tipo de acción política. En cualquier clase de acción que sea necesaria. Cuando ustedes me oigan decir ‘con los medios que sean necesarios’, eso es exactamente lo que quiero decir. Creo en todo lo que sea necesario para corregir las condiciones injustas: ya sea político, económico, social, físico, todo lo que sea necesario. Creo en ello siempre que esté dirigido inteligentemente y se proponga obtener resultados en beneficio de los que menos tienen»
En síntesis, el enorme poder económico y político conseguido por las grandes corporaciones, acá y en los EEUU, ha erosionado y erosiona la representatividad y la legitimidad de las instituciones. Es necesario ser consciente de ello y organizarnos desde el trabajo, desde el barrio, desde un medio alternativo, desde donde sea, sabiendo y temiendo lo que nos dijera ese otro gran pensador, Antonio Gramsci: «Lo viejo ya no sirve y lo nuevo no puede nacer, en ese claroscuro surgen los monstruos».
Fuente original de publicación: http://www.so-compa.com/politica/obama-sindrome-del-tio-tom/
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