Portavoces de ONG e instituciones de promoción del desarrollo de Cabo Verde, Marruecos, Mauritania y Senegal han acusado a España y la Unión Europea de ineficacia, descontrol y hasta hipocresía en el tratamiento de la cooperación y los flujos migratorios en relación a África. «Un continente donde gran parte de la inversión europea que debería […]
Portavoces de ONG e instituciones de promoción del desarrollo de Cabo Verde, Marruecos, Mauritania y Senegal han acusado a España y la Unión Europea de ineficacia, descontrol y hasta hipocresía en el tratamiento de la cooperación y los flujos migratorios en relación a África.
«Un continente donde gran parte de la inversión europea que debería mejorar la calidad de vida de la población «de base» no cumple sus objetivos, pues beneficia a empresas de la propia Unión que ejecutan las acciones de desarrollo o a las autoridades locales que firman los correspondientes acuerdos», ha afirmado el director de la Asociación Mauritana para la Promoción Familiar, Ismael Ould Cheikh.
El voluntario mauritano ha hecho esta denuncia en Gran Canaria, al presentar un ‘Encuentro de actores de cooperación África-Canarias’ que el jueves y el viernes próximo reunirá en la capital de la isla a autoridades autonómicas y españolas con agentes del trabajo social de los cuatro países referidos.
Países cuyos portavoces, que se encuentran ya en Gran Canaria, han coincidido en subrayar, ante la alarma creada en el Archipiélago por el reciente aumento de la llegada de inmigrantes irregulares en barcas, que el flujo de personas que tratan de huir de la miseria entrando ilegalmente en territorio español o europeo no podrá detenerse mientras no se «luche contra el origen» de sus problemas.
«Ocuparse sólo de mejorar la seguridad para tratar de detener los flujos migratorios no es la forma de solucionar el problema«, ha afirmado Ismael Ould Cheikh, quien ha recalcado que, si bien con medidas policiales «se puede reducir un poco» el paso de personas por un determinado lugar, éste no tardará en ser sustituido por otro que presente menos dificultades.
Y es que -ha argumentado-, «es verdad que hay mafias que se benefician del tráfico de personas de la emigración», y ésta existe no sólo porque algunos hagan negocio con ella, sino, sobre todo, porque «también hay una demanda» de quienes desean hacer ese viaje.
Medidas puntuales
Para convencerles de lo contrario, en consecuencia, son precisas acciones de distinta naturaleza que permitan mejorar la situación y las expectativas de futuro de la población africana, y no sólo medidas puntuales que tratan de frenar el flujo de personas por un determinado paso fronterizo, ha opinado el director del Consejo de ONG de Apoyo al Desarrollo de Senegal, Boubacar Seck.
Ha denunciado que políticas como las que protegen a los productores agrícolas de la Unión Europea, que trabajan con máquinas de las que carecen los de África y amparados por salvaguardas como los cupos de importación de terceros países o la fijación de precios mínimos o aranceles que les garanticen sus ventas, hacen que agricultores como los de Senegal no sean competitivos.
Ello, unido al hecho de que el gasto en cooperación se decide a menudo en virtud de los intereses o los planes del Gobierno, las empresas o las ONG de España u otros países inversores, «y no atendiendo a las prioridades del propio lugar», aconseja ampliar las relaciones entre «la sociedad civil del sur y la del norte» para lograr resultados útiles a ambas.
Todo ello en un contexto donde, además, se da una «hipocresía» de los europeos al tratar como un fenómeno ajeno la inmigración, ya que «si hay inmigrantes es porque hay demanda de mano de obra barata en Europa», ha sentenciado el director del Centro Nacional de Desarrollo y Alfabetización de Marruecos, Jamal El Aschmit.