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Multas y notificaciones constituyen el saldo de las primeras horas de aplicación de la ordenanza del civismo en Barcelona

Ordenanzas, ¿Qué ordenanzas?

Fuentes: Indymedia Barcelona

En total de 29 multas y notificaciones constituyen el saldo de las primeras 36 horas de aplicación de la ordenanza del civismo. La mayor parte de ellas están directamente relacionadas con el ejercicio prostitución en la calle, aunque las multas por mendicidad también fueron numerosas, así como las relativas a la venta de latas de […]

En total de 29 multas y notificaciones constituyen el saldo de las primeras 36 horas de aplicación de la ordenanza del civismo. La mayor parte de ellas están directamente relacionadas con el ejercicio prostitución en la calle, aunque las multas por mendicidad también fueron numerosas, así como las relativas a la venta de latas de bebida, los top manta y las originadas por comportamientos antisociales como es orinar en plena calle.

«La confirmación de que se aplica la ordenanza del civismo y que se está actuando contra la prostitución es que las prostitutas ya no se ven». Fuentes municipales esgrimían este argumento para confirmar que la normativa se está cumpliendo y, al mismo tiempo, rechazar algunas informaciones según las cuales diversos colectivos de la Guardia Urbana no se empleaban a fondo a la hora de enfrentarse con este problema social disconformes con la ordenanza.

Y apoyaban sus palabras en estas cifras: «Sólo en el turno de tarde del jueves, los agente pusieron dos denuncias y expidieron 20 notificaciones a otras tantas prostitutas. Por eso no se ven. Están escondidas».

Sin embargo, según los datos conocidos, el balance de sanciones y notificaciones, como se señalaba anteriormente, es sensiblemente más amplio. Durante la noche del jueves se tramitaron tres denuncias a prostitutas por ejercer actividades sexuales ilícitas y 12 sanciones por desacato a la autoridad. Ayer, las acciones punitivas se extendieron a todas aquellas personas que vendían latas de bebida, los top manta y ciudadanos pillados in fraganti cuando orinaban en la calle. Simultáneamente se extendieron 14 sanciones por ejercer la mendicidad, dos de ellas por recurrir a personas discapacitadas o menores para llevar a cabo esta práctica. Los agentes también repartieron la noche del jueves folletos informativos a los presuntos clientes de las prostitutas donde se les avisaba que de contratar sus servicios estarían incurriendo en una práctica ilegal.

Horas antes, el alcalde de Barcelona, Joan Clo$, confirmaba los hechos. Aunque sin aportar datos concretos. Durante la inauguración del centro de enseñanza infantil y de primaria Diagonal Mar, en Poblenou, Clos respondía que ya se habían puesto sanciones a lo largo de las primeras 24 horas de aplicación de este ordenamiento municipal, aunque pospuso un balance más concreto para «mediados de la próxima semana, una vez dispongamos de datos más concretos». Una línea de actuación que respetaba a rajatabla el área de Seguridad y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona: «No vamos a dar cifras ni en un día, ni en dos, ni en cuatro».

Durante todo el día de ayer, el ambiente en las inmediaciones de la ronda Sant Antoni se caracterizaba, a diferencia de días anteriores, por la ausencia de prostitutas en calles y plazas, cuando menos de forma evidente. «Muchas se irán ahora a la carretera de Castelldefels o se trasladarán a otras zonas de la ciudad, que no sé que es peor. Creo que las medidas deberían ser otras, aunque tengo que reconocer que nos están dando un respiro», María Inhiesta, otra comerciante de la calle.

El despliegue policial efectuado a lo largo de toda la jornada se dejaba sentir, aunque no de una forma tan taxativa como la descrita por la Guardia Urbana. Las más veteranas se habían atrevido a acudir a la ronda, como lo han hecho cada día desde hace muchos años, no así las jóvenes, que prefieron esperar a la caída de la tarde para ejercer su profesión, pero modificando sus pautas de conducta: en vez de permanecer fijas en un lugar durante varios minutos, paseaban lentamente, aunque se insinuaban a los transeúntes que se cruzaban a su paso.

Es la recomendación que días atrás había lanzado la Plataforma Trabajo Sexual y Convivencia: no concentrarse en un mismo punto, no situarse cerca de los colegios e intentar pasar lo más inadvertidas posible. Pero la presión policial que el colectivo viene recibiendo desde la tarde del jueves es para la plataforma «un claro ejemplo de acoso y abuso de la autoridad». Marcela Torres, miembro de esta organización, tenía ayer sólo constancia de cuatro avisos y una multa a una prostituta, que se habían puesto la noche del jueves. Concretamente, explicó que la sanción se puso alrededor de las dos de la madrugada por «persistir en el ofrecimiento de los servicios sexuales» y que «la policía también le requisó los 65 euros que llevaba encima».

«No es el aspecto monetario el objetivo final de la ordenanza ni el tema principal de ésta -recordó Clo$- al respecto-, sino mantener la convivencia en la calle. Por eso deseamos que su aplicación, sobre todo en estos primeros días, sea ordenada y proporcional, que sepamos hacerlo con seny e inteligencia, porque introduce muchas innovaciones».