La semana pasada un editorial del New York Times criticó seriamente la política migratoria de la administración del presidente Obama, quien ha prometido hacer lo posible para que se apruebe una amplia reforma al sistema migratorio. Millones de personas ven con frustración que la ésta no se concreta debido a la oposición de un puñado […]
La semana pasada un editorial del New York Times criticó seriamente la política migratoria de la administración del presidente Obama, quien ha prometido hacer lo posible para que se apruebe una amplia reforma al sistema migratorio. Millones de personas ven con frustración que la ésta no se concreta debido a la oposición de un puñado de legisladores republicanos a discutirla, y en su caso aprobarla. Sin embargo, advierte el editorial, la administración ha deportado casi a 2 millones de personas en los pasados cinco años, para demostrar a los republicanos que el gobierno cumple sus obligaciones en materia migratoria y de esa manera convencerlos de la urgente necesidad de la reforma.
Quienes han esperado durante años que dicha promesa se cumpla están frustrados, ya no sólo de la imposibilidad para que el presidente cumpla su promesa, sino por la atingencia con la que ha aplicado su política de deportaciones. El editorial llama la atención sobre el número de deportaciones en los años recientes. Ciertamente, como expresa el texto, es difícil entender dicha política por parte de un régimen que se ha beneficiado con el voto de familias, amigos y conocidos de los migrantes indocumentados. En su gran mayoría todos ellos han respaldado con su voto la elección y relección del presidente Obama y no pocos de los legisladores demócratas.
El rigor con el que las autoridades migratorias han actuado en contra de los indocumentados tendrá una respuesta en las próximas elecciones, cuando se renovará la Cámara de Representantes en su totalidad y una tercera parte del Senado. Las encuestas de opinión dan cuenta de la posible abstención de un segmento del electorado latino que ve con horror y resentimiento los apetitos deportadores de las autoridades migratorias. En cambio, ha ocasionado la separación de cientos de familias que han visto que uno o varios de sus miembros han sido deportados sin mediar la mínima consideración humana. Esa actitud, tal como refleja el editorial, ha dejado en la orfandad a más de 5 mil niños que ven cómo sus padres son separados de su hogar cuando más los necesitan. Es una razón para que el electorado latino, que ha apoyado al presidente y su partido consistentemente, probablemente no se repita en la próxima elección.
Si no por razones humanitarias, tal vez haya tiempo aún de que, por razones políticas, la administración recapacite en tal despropósito.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2014/04/14/opinion/019o1pol