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Más allá del covid

Otras enfermedades que se agravan, consultas canceladas y retrasos en los diagnósticos

Fuentes: Público [Foto: Un sanitario del Hospital Universitario de Canarias (HUC) en un pasillo cercano a la UVI donde se encuentran atendidos pacientes infectados por covid-19. EFE/Ramón de la Rocha]

Los casos de varias mujeres que han fallecido con cáncer sin conseguir una cita presencial en su centro de salud han puesto en el foco un gran problema que llevamos viendo desde que empezó la pandemia: las muertes, el dolor y el sufrimiento derivado de otras enfermedades y patologías que no son covid y que no llegan a ser atendidas. Enfermos que no se han diagnosticado en estos meses de emergencia sanitaria. Fallecimientos que también forman parte del exceso de mortalidad. Dolencias que se agravan porque no han sido tratadas. Casos anómalos que no son por el coronavirus pero sí se deben a la crisis sanitaria y al colapso del sistema que ha provocado la pandemia.

El pasado 4 de octubre se conoció el fallecimiento de Sonia Sainz-Maza, una mujer de 48 años con cáncer de colón, sin haber tenido cita presencial en su centro de salud tras tres meses llamando. «No aparecerá en ninguna estadística, pero sin duda ha sido una víctima de la covid», afirmó su hermana durante una entrevista con El Correo de Burgos. La Junta y la Fiscalía investigarán el caso pero, una semana después de conocerse esta muerte, salió a la luz que Lidia Bayona y Lidia González, otras dos burgalesas, fallecieron en condiciones similares. En Público contamos este martes el caso de María Jesús Leal, una mujer a la que le diagnosticaron lumbago y que intentó, en seis ocasiones, conseguir una cita presencial en su centro de salud. Los dolores aumentaban y, cuando ingresó en el Hospital Clínico San Carlos, tenía cáncer con metástasis. Falleció a los 34 días.

Todas ellas fueron víctimas de la pandemia aunque no tuvieran covid. La semana pasada, el exceso de defunciones detectado por el Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo) en España, era del 19%. Según los datos publicados este lunes por Eurostat, España es el país de la Unión Europea (UE) con mayor exceso de mortalidad con 48.000 fallecimientos más que la media entre marzo y junio de este año y de los cuatro anteriores. 

La cifra de fallecidos durante la pandemia ha sido muy discutida porque el Ministerio de Sanidad cifra los muertos que contaban con una prueba diagnóstica que confirmaba que tenían coronavirus. Esto ha provocado grandes diferencias que, sin embargo, desde Sanidad siempre han defendido. Desde el equipo del ministro Salvador Illa se cree que, por ejemplo, en las residencias no fallecieron solo por covid: también por otras dolencias y enfermedades e incluso por el dolor y  por la soledad que provocó el confinamiento y los meses más duros de la pandemia

Todavía no hay datos ni estimaciones oficiales sobre esto por la complejidad y el colapso del sistema sanitario. Sin embargo, las asociaciones trabajan en estudios que muestran todas las consecuencias de la pandemia.

La Asociación el Defensor del Paciente estima que el incremento de las listas de espera estará entre un 40% y 50% . Las últimos datos de Sanidad, de diciembre de 2019, cifran en 705.000 los pacientes que esperaban una intervención quirúrgica. Ya entonces se notaba un importante incremento respecto a diciembre de 2018: 36.709 más.

«Es un momento gravísimo porque hay personas que están muriendo de covid y otras que están muriendo abandonados. No hay cifras oficiales y, las que hay, tampoco son fiables. Las citas de pruebas diagnósticas están cerrada. Si una persona no está apuntada, ni siquiera cuenta en la lista. Pero el aumento no va a ser menos del 40%», explica Carmen Flores, presidenta de esta institución privada, a Público. Esto que indica Flores es lo que explica que se tengan listas de esperas que se han visto reducidas, como reconocieron los Gobiernos autonómicos de Catalunya y Navarra, porque casi no hay derivaciones y se quedan congeladas.

Junto a la estimación del incremento de la lista de espera, hay muchos otros datos graves. Carina Escobar, presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), señala que la estimación sobre el tiempo que pasa para que se diagnostique una enfermedad crónica se incrementa hasta en un 30%. Antes de la pandemia, este tiempo ya era muy grave: una media de tres años para los hombres y de seis para las mujeres. Otro dato alarmante es que el 69% de los pacientes crónicos sufrió la cancelación de las consultas que tenía programadas antes de la pandemia. 

Desde la POP realizaron el Estudio del impacto de la covid-19 en las personas con enfermedad crónica, al que ha tenido acceso Público, y que releva mucha de las complicaciones que están viviendo tantas personas: el 41,4% de los pacientes vio suspendida o aplazada su rehabilitación durante los primeros meses de la pandemia y el 80% de las personas que participaron en el estudio se encontró con dificultades para poder conseguir medicación durante el estado de alarma. El miedo al contagio en los hospitales y centros de salud llevó al 22% de los pacientes a intentar aguantar para no acudir a los centros sanitarios. 

Esto último lleva a la conocida Ley de cuidados inversos por los médicos de familia: el acceso a la atención médica o social de calidad varía en proporción inversa a su necesidad en la población asistida. Esto ahora se ve más reflejado que nunca en Atención Primaria, completamente colapsada desde que terminó el estado de alarma

Ante esto, Escobar recuerda que desde la POP están pidiendo desde que empezó la pandemia que se elabore un plan para los pacientes crónicos. «Solo un 3,4% de más del 40% de nuestros pacientes que pidieron atención psicológica la han tenido. Es fundamental que se hable de esta epidemia paralela, que las Administraciones desarrollen un plan e indicadores de seguimiento. Los hemos pedido al Ministerio de Sanidad y estamos a la espera de que la Secretaría de Estado se ponga en contacto con nosotros», comenta a este medio. 

Flores comparte la crítica de Escobar sobre la falta de datos y, además, avisa de que las denuncias por omisión de socorro van en aumento. «Atención Primaria es la puerta a todo: a una analítica, a una prueba o a un diagnóstico. Es primordial y llevamos diciéndolo muchos años. La situación es alarmante, sobre todo en la Comunidad de Madrid, porque las Administraciones se han preocupado en las privatizaciones y no en defender la Sanidad Pública. Los médicos de familia están saturados, haciendo diagnósticos y mandando tratamientos por teléfono, y esto es muy peligroso para pacientes y médicos».

La presidenta de la Asociación El Defensor del Paciente confirma que tiene conocimiento de muchas denuncias y negligencias. El colapso de Atención Primaria se extiende por todo el país, aunque por miedo o por falta de fuerzas y capacidad no lleguen a hacerse públicos tantos casos como los que se van conociendo de Burgos. Pero cada vez es más claro: «Hay que asumir que no todo es covid», insiste. En este sentido, recuerda a todas las personas en listas de espera antes de la pandemia, a las diagnosticadas, a las que están esperando a ser diagnosticadas, a las que sufren los largos retrasos (que siguen aumentando) para ver a un especialista o para una intervención quirúrgica. Patologías que se agravan por la falta de atención médica por un sistema colapsado.

Interrupciones, cancelaciones y retrasos

Como han demostrado los tres casos de Burgos, los casos que tienen que ver con el cáncer son de los más graves. Este lunes, Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, el doctor Álvaro Rodríguez-Lescure, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), ha señalado que el desvío de recursos físicos, tecnológicos y humanos para tratar a enfermos de covid-19 ha supuesto un retraso en los diagnósticos de cáncer. Los datos de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO, en inglés) apuntan a que un 36,5% de los tratamientos oncológicos se han interrumpido en el continente, el 60,9% de los centros de oncología médica redujeron su actividad en el pico de la pandemia, lo que se tradujo en la cancelación o retraso de las cirugías (el 44% de los centros), la quimioterapia (25%) y la radioterapia (17 %).

Pero no es solo el cáncer. Un registro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) que comparaba datos de abril respecto a los de 2019 recoge un aumento del tiempo de isquemia; es decir, los minutos que transcurren desde que se inician los síntomas hasta la primera asistencia médica. Antes de la pandemia, ese tiempo era de 200 minutos y durante la crisis sanitaria alcanzó los 233. Asimismo, este estudio, firmado por el doctor Oriol Rodríguez Leor, mostraba que la mortalidad hospitalaria por infarto se dobló durante la pandemia.

Desde Jóvenes Pensionistas también han recogido una serie de datos para mandar un escrito a las Administraciones y pedir medidas. Según este documento, y haciendo referencia a datos de la Federación Española de Enfermedades Raras, nueve de cada diez pacientes han sufrido una interrupción de la atención que recibían por su enfermedad y, según el Observatorio de Políticas Farmacéuticas, en el mes de mayo se registró una bajada histórica del 10,77% menos del consumo de recetas.

Fuente: https://www.publico.es/sociedad/alla-covid-enfermedades-agravan-consultas-canceladas-retrasos-diagnosticos.html