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Gerardo Díaz Ferrán, un "modelo" de empresario

Patrón de patrones

Fuentes: Le Monde Diplomatique

El hombre a quien el Gobierno argentino acusa de vaciamiento de Aerolíneas Argentinas durante el periodo en que fue su accionista mayoritario, es el mismo que como copropietario de Air Comet dejó en Navidad tirados a 7.500 pasajeros, y a sus 660 trabajadores en la calle, al dejar de operar por decisión judicial. Pese a […]

El hombre a quien el Gobierno argentino acusa de vaciamiento de Aerolíneas Argentinas durante el periodo en que fue su accionista mayoritario, es el mismo que como copropietario de Air Comet dejó en Navidad tirados a 7.500 pasajeros, y a sus 660 trabajadores en la calle, al dejar de operar por decisión judicial. Pese a ello, tiene el respaldo cuasi unánime del millón de empresarios que integran la CEOE, la poderosa patronal española, de la que es presidente. Es su líder, el patrón de patrones.

«Los empresarios no somos los culpables de la crisis, hemos generado riqueza y desarrollo» i. Estas palabras, de julio de 2009, fueron dichas por un hombre poderoso. Son palabras de Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE, integrada por más de un millón de empresas). Es también consejero de Cajamadrid -la cuarta entidad financiera de España- y copropietario junto a Gonzalo Pascual Arias, del Grupo Marsans. A ese grupo pertenece la compañía Air Comet, que cerró sus puertas el 23 de diciembre, dejando en tierra a 7.500 pasajeros que tenían billetes para viajar en Navidad a Buenos Aires, Lima y otras capitales latinoamericanas. Según la Asociación Catalana de Agencias de Viajes, el número total de afectados puede ascender a 70.000, dado que se vendieron pasajes para los próximos meses.

El Gobierno español desembolsó más de un millón de euros de los contribuyentes para fletar varios aviones que lograron trasladar a 4.215 de los clientes afectados. El resto se vio obligado a comprar nuevos billetes, gestionados por los consulados de los distintos países con otras aerolíneas a precios preferenciales.

El cierre de Air Comet dejó igualmente en la calle a sus 660 trabajadores, la mayoría de los cuales no cobraba sus salarios desde hacía ocho meses, estando afectados igualmente trabajadores de las filiales de Argentina y Perú.

El mismo día en que dejó de operar Air Comet, Díaz Ferrán declaraba: «Yo tampoco volaría a ningún sitio con Air Comet». Sus palabras sólo agudizaron más la tensión. El empresario se explicaría después. Según este generador de «riqueza y desarrollo», las huelgas y otras medidas de fuerza llevadas a cabo por los pilotos, azafatas y personal de tierra en reclamo de sus salarios, habían dañado la imagen y credibilidad de la empresa, alejando a potenciales pasajeros.

De esta forma, Díaz Ferrán hacía en gran parte responsables a los propios trabajadores de Air Comet de la crítica situación a la que había llegado la empresa. La mala gestión de la misma, agravada por la crisis económica mundial, provocó su caída en picado. La propia Cajamadrid, a cuyo Consejo de Administración pertenece Díaz Ferrán, se negó en 2009 a renovar sin garantías el préstamo de 26,5 millones de euros que éste había contraido durante 2008, y le acusó de fraude. Simultáneamente, el banco alemán Nord Bank que venía financiando el alquiler de la flota de Air Comet, reclamó a Díaz Ferrán su deuda de 17 millones de euros. A su vez, la Seguridad Social española le reclamaba otros 16 millones de euros por impago de las cotizaciones sociales por sus trabajadores. Estas deudas fueron a sumarse a las contraídas con bancos e incluso con otras empresas también propiedad de Díaz Ferrán y su socio Gonzalo Pascual, desde las que estos traspasaron 143 millones de euros para intentar reflotar Air Comet.

Ante las advertencias de sus acreedores y de las autoridades, Díaz Ferrán intentó in extremis que el Gobierno mediara ante sus acreedores para conseguir una nueva prórroga, al tiempo que le pedía también préstamos adicionales por 60 millones de euros al Instituto de Crédito Oficial (ICO).

Un juez británico terminó aceptando la denuncia del Nord Bank y decidió el embargo de la flota de aviones de Air Comet. El Gobierno consiguió una prórroga para que Air Comet pudiera operar hasta el 10 de enero, de manera de cumplir con los pasajeros a los que había vendido billetes para las fiestas navideñas. A pesar de ello, Díaz Ferrán y su socio optaron por paralizar todas las actividades de la aerolínea, alegando que ni siquiera tenían dinero para combustible. El Ministerio de Fomento español decidió entonces cancelarle su licencia de vuelo. La crisis había estallado.

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«No pasa nada, una empresa cierra,

eso es la economía de mercado» (24.12.2009)

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Un día después de que Air Comet dejara de operar, con los pasajeros airados en el suelo del aeropuerto preparándose para pasar allí la Navidad, y con los trabajadores de la compañía manifestándose en la calle, Díaz Ferrán declaraba a una radio:

«Hay que creer en la empresa privada y en la economía de mercado. Lo que ocurre es que a la economía de mercado y la empresa privada hay que dejarlos que funcionen, si una empresa cierra, por las razones que sea, pues ha cerrado (…) Hay otras empresas que saldrán a cubrir esos tráficos. Y no pasa nada, una empresa cierra y eso es la economía de mercado. Y unos trabajadores que ya está previsto que cobren el subsidio de desempleo y que buscarán trabajo en otras compañías».ii

Los trabajadores se mostraron furiosos con la frivolidad con la que su ex patrón abordaba el tema. La empresa no había presentado aún ante las autoridades laborales un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), aportando la documentación que justificara el cierre de la empresa y el despido de los empleados, por lo que estos no podían cobrar el subsidio de desempleo -unos 1.000 euros mensuales por un máximo de dos años-al que alegremente hacía alusión Díaz Ferrán.

La Fiscalía del Estado investiga las denuncias hechas por pasajeros y trabajadores de Air Comet, según las cuales la compañía siguió vendiendo billetes cuando ya tenía los aviones embargados, lo que supondría un delito de estafa.

UN PODEROSO ‘HOLDING’

El Grupo Marsans del que es dueño Díaz Ferrán y Pascual y al que pertenece Air Comet, está integrado por las principales empresas que controlan el turismo en España, tanto a través de agencias de viajes, como Viajes Marsans, VIE Viajes (business travel), Tiempo Libre-Mundicolor, Marsans Internacional o Star Turismo, o con los hoteles de Hotetur, así como la amplia gama de transporte en autobús para circuitos turísticos en España y el extranjero, Trapsatur, Trapsa o Travel Bus. Díaz Ferrán se enorgullecía de tener 17.000 trabajadores. El Grupo Marsans factura más de 1.400 millones de euros anuales.

La agencia de viajes ahora perteneciente al Grupo Marsans es la primera que se creó en España y sigue siendo la más importante. Fue fundada en 1910 por Josep Marsans, propietario también de la Banca Marsans, vendida en 1965 al Instituto Nacional de Industria (INI), durante el régimen de Franco. A mediados de los 80, bajo el Gobierno del socialista Felipe González (1983-1996), comenzó la ola privatizadora, con la venta del Grupo Marsans, Secoinsa y Telesincro. Esa ola alcanzaría su apogeo luego con el Gobierno del derechista José María Aznar (1996-2004), del Partido Popular.

El grupo turístico Viajes Marsans fue adjudicado en 1985 después de una inversión millonaria para sanearlo, a Trapsatur, la empresa de transportes de Díaz Ferrán y su socio Gonzalo Pascual Arias. Se asegura que estos pagaron en realidad un monto muy inferior al de la millonaria inversión previa de saneamiento hecha por el INI. La venta, tanto de Viajes Marsans como de la Empresa Nacional de Turismo (Entursa), fue motivo de una fuerte discusión en el propio Gobierno de Felipe González. El Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicaciones rechazaba la venta de ambas, tanto por considerarlas estratégicas, como por la inversión de 10.000 millones de pesetas -60 millones de euros- hechas en ellas para sanearlas.

Pero González decidió venderlas.iii

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Su socio y amigo, Gonzalo Pascual Arias,

era familiar del último presidente de Gobierno de Franco

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Durante los años de boyante economía en España, Díaz Ferrán y su socio hicieron operaciones cada vez más arriesgadas, y de ahí su profunda caída actual. Una de las últimas grandes operaciones que el Grupo Marsans pudo concretar fue en 2006, con la venta de Pullmantur, gran operadora de circuitos turísticos en todo el mundo, a Royal Caribbean, por 400 millones de euros. Sin embargo las cosas han cambiado mucho en estos últimos cuatro años. Para conseguir liquidez y poder pagar los voluminosos préstamos contraídos, calculados en más de 400 millones de euros, Díaz Ferrán y Pascual Arias negocian ahora la venta de Trapsa, la primera empresa del grupo, creada por los dos en 1966, cuando ambos, de 23 años, estudiantes de Ingeniería industrial, la crearon con dinero y avales de sus respectivos padres. Durante los años 70. Trapsa compró varias compañías de transportes interurbanos de viajeros en la zona de Madrid. Su veloz desarrollo se habría visto favorecido por la relación de Pascual Arias con el poder. Su madre era prima del entonces alcalde de Madrid, Carlos Arias Navarro, por lo que en su época se rumoreó que se habían beneficiado le concesiones a dedo. Carlos Arias Navarro llegaría a ser el último presidente del Gobierno de Franco, el mismo que anunció lloroso su muerte a los españoles el 20 de noviembre de 1975iv y que luego, en democracia, se reciclaría en el Partido Popular.

Actualmente están avanzadas las negociaciones de venta de Trapsa al fondo británico de capital riesgo Doughty Hanson, que controla el poderoso grupo de transporte por autobuses Avanza. Y no sólo Trapsa está en venta, sino el propio Grupo Marsans busca comprador desesperadamente.

Si Díaz Ferrán y su socio se beneficiaron primero de las relaciones familiares con Arias Navarro y luego con la adjudicación de Viajes Marsans por parte del Gobierno de Felipe González, no podían dejar de tener la misma suerte con el líder del PP y hoy ex presidente de Gobierno Jose María Aznar. Fue bajo su gobierno conservador que los dos socios volvieron a ser agraciados, esta vez con la adjudicación de Aerolíneas Argentinas, por el simbólico precio de una peseta, en 2001. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), sucesora del INI, les adjudicó Aerolíneas Argentinas, aportándoles además cientos de millones de las viejas pesetas para reflotar la misma. Fue una decisión sumamente polémica que motivaría posteriormente la apertura de una causa judicial en Madrid. La investigación no sólo pretendía aclarar los criterios con los que tomó su decisión la SEPI, sino también si los dos socios hicieron desvío de los fondos públicos recibidos, además de defraudar en más de 100 millones de euros a Hacienda.

El Gobierno argentino acusó también a los dueños del Grupo Marsans de vaciamiento de Aerolíneas Argentinas, mientras la Justicia en Buenos Aires tiene abiertas igualmente causas contra los dos socios por emisión de cheques sin fondos e impago de salarios a sus trabajadores.

EL PATRON DE LOS PATRONES

Díaz Ferrán, a sus 67 años, es junto a su socio Pascual Arias igualmente accionista, mayoritario en muchos casos, de decenas de otras empresas de distintos ramos en España, y es presidente o miembro de la dirección de numerosos organismos empresariales españoles y europeos. Pero sin duda el cargo más importante que ostenta Díaz Ferrán y que lo convierte en alguien tan poderoso, es el de presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Esta aglutina a cerca de un millón de empresas y es la única institución en España que en nombre del mundo económico y empresarial se sienta en la Mesa de Diálogo Social con el Gobierno y los líderes de las dos más grandes confederaciones sindicales, CCOO y UGT, para negociar los convenios colectivos de millones de trabajadores.

Actualmente hay bloqueados 1.500 convenios colectivos que afectan a cuatro millones de trabajadores, después de que Díaz Ferrán, en representación de la CEOE, rompiera las negociaciones en julio pasado al no conseguir que prosperaran sus posiciones. En nombre de la CEOE, Díaz Ferrán exige que las empresas paguen menos impuestos, que se rebaje en cinco puntos las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social, que los salarios no suban más del 1% anual, que se flexibilice el mercado de trabajo -léase despido libre-y un gran número de otras medidas favorables para la patronal.

Poco antes de esa ruptura de la Mesa del Diálogo Social, los micrófonos le hicieron una mala jugada a Díaz Ferrán. Fue a inicios de mayo, cuando creyendo que nadie lo oía, se lo escuchó por el micrófono decir que «el problema no es la gravedad de la crisis, sino los años de Zapatero». Y lo dijo en la asamblea anual de la patronal madrileña, CEIM, ante un millar de empresarios. Y no fue eso solo lo que se le escuchó. También, en referencia a la presidenta de la Comunidad de Madrid -equivalente a gobernadora de la provincia de Madrid–, Esperanza Aguirre, agresiva dirigente del PP, Díaz Ferrán dijo: «Es cojonuda, cojonuda». La sintonía entre las posiciones del Partido Popular y las de la CEOE y su presidente es total.

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«La mejor empresa pública es la que no existe… más libertad de empresa, más mercado, más desregulación y más competencia» (6.6.2007)

«Creo en la libertad de mercado, pero en la vida hay coyunturas excepcionales. Se puede hacer un paréntesis en la economía de libre mercado» (17.7.2008)

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Rodríguez Zapatero reprocharía la moral de los empresarios durante una reunión del Comité Federal de su partido, el PSOE. «»Salimos al rescate del sector privado sobre-endeudado, y las empresas que tienen deudas de millones de euros critican que subamos los impuestos y nos dicen que los bajemos»v, dijo el presidente. «El discurso capitalista es el de la hipocresía, el Gobierno no debe intervenir en nada, pero todo depende del Gobierno», añadió. El presidente español respondía de esta manera al doble lenguaje de Díaz Ferrán y la CEOE. En junio de 2007 Díaz Ferrán decía que «La mejor empresa pública es la que no existe… más libertad de empresa, más mercado, más desregulación y más competencia» Sin embargo, al estallar la crisis, la patronal exigía al Estado que hiciera algo por ellos. El 17 de julio de 2008 declaraba Díaz Ferrán:»Creo en la libertad de mercado, pero en la vida hay coyunturas excepcionales. Se puede hacer un paréntesis en la economía de libre mercado»vi.

Pero ni su lenguaje oportunista ni los desastres que va dejando en el camino con sus empresas, ni las causas judiciales que tiene abiertas en España y Argentina, son suficiente motivo para que el 95% de la CEOE no lo siga respaldando.

Los patrones aseguran que Díaz Ferrán perfectamente puede seguir representándolos en sus negociaciones con el Gobierno y los sindicatos, independientemente de lo que haga con sus empresas, sus trabajadores y frente a los tribunales de Justicia. Un caso insólito, sin precedentes en España. Es el patrón de patrones, todo un símbolo de la moral empresarial imperante.

Roberto Montoya, periodista especializado en temas internacionales, autor, entre otros, de los libros El Imperio Global y La impunidad imperial.

Notas:

i http://www.eleconomista.es/noticias-email/1404217/Diaz-Ferran-Los-empresarios-no-somos-culpables-de-la-crisis-hemos-creado-riqueza

iihttp://www.rtve.es/mediateca/audios/20091224/entrevista-integra-gerardo-diaz-ferran-rne/655936.shtml

iii http://www.elpais.com/articulo/economia/ESPAnA/MINISTERIO_DE_TRANSPORTES_Y_COMUNICACIONES/INSTITUTO_NACIONAL_DE_INDUSTRIA_/INI/EMPRESA_NACIONAL_DE_TURISMO/_SA/VIAJES_MARSANS/PODER_EJECUTIVO/_GOBIERNO_PSOE_/1982-1986/elpepieco/19850611elpepieco_13/Tes/

iv http://www.rtve.es/mediateca/videos/20080116/espanoles-franco-muerto/362530.shtml

v http://www.elconfidencial.com/espana/zapatero-contra-empresarios-20090920.html

vi www.comfia.info/noticias/pdf/44390.pdf

Rebelión ha publicado este artículo con permiso del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.