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Catalunya ante las posibles elecciones

Por la ruptura

Fuentes: Rebelión

Las hojas de ruta de CiU y ERC ante las próximas elecciones están sobre la mesa. En las dos se apela a un gobierno de unidad nacional con la excusa de llegar a la independencia: en realidad 18 meses para ver si cae el PP en Madrid y se encuentra un nuevo encaje para unos, […]

Las hojas de ruta de CiU y ERC ante las próximas elecciones están sobre la mesa. En las dos se apela a un gobierno de unidad nacional con la excusa de llegar a la independencia: en realidad 18 meses para ver si cae el PP en Madrid y se encuentra un nuevo encaje para unos, o si en este tiempo la UE de los Estados los reconocería para los otros. Mientras, como la crisis sigue sumando desahucios, parados y miseria,  ICV-EUiA hace la propuesta de gobierno de izquierdas con la excusa de atender lo social: una versión revisada y ya vivida de los tripartitos que nada cambian   o de IU en Andalucía, enviando la guardia civil a Somonte. Por eso decimos excusas. Porque la realidad es que así como no se conseguirá la independencia si no se suman los trabajadores porque vean que comporta un cambio social, así tampoco habrá cambio social sin resolver el problema nacional que ha movilizado a miles de catalanes. Excusarse en el «primero una cosa y luego la otra» es lo mismo que hipotecar  las dos. Por eso es necesario un frente de ruptura que hoy pasa para ensanchar la CUP-AE y tiene como hito ganar a la clase obrera a un proyecto que proclamando la República Catalana apoyándose en la movilización, atienda las necesidades sociales, rompiendo con el capitalismo y la UE.

Con Mas reforzado, las hojas de ruta de CiU y ERC son 18 meses más de recortes La posición enconada del gobierno del PP, con las denuncias de fiscalía por la consulta «de feria» de Mas, devolvieron a éste el protagonismo, permitiéndole capitalizar el éxito del 9N en que 2 millones trescientos mil catalanes desobedecieron al tribunal constitucional y fueron a votar. Lo que era otra afirmación del movimiento popular, se reconvertía en un fortalecimiento de Mas, a pesar de que éste ya había traicionado su propio compromiso de hacer una consulta en condiciones, por miedo a chocar con el Constitucional.

Mas se reafirmó en lo que siempre había dicho: plebiscitarias con lista única con el solo punto de la independencia. Es la manera de esconder los recortes y de evitar la caída de votos eliminando a ERC como competidor, cosa que de paso, le permitiría contrarrestar la crisis con Unió, todo ello reforzando su figura. La ANC en la asamblea de Cornellà, se ponía al servicio de Mas y llamaba a formar una lista «de país». Atrapado, Jonqueres, se descolgaba con listas diferentes con un eslogan paraguas de todas las independentistas.

Es probable que CiU y ERC lleguen a acuerdos, y quizás incluso con elecciones en febrero o marzo, sea con una o con tres listas, porque son hojas de ruta que coinciden en el gobierno de unidad nacional para los próximos 18 meses. Es decir -aparte de lo que hemos dicho respecto al tema nacional-, otra tregua para seguir descargando la crisis sobre los trabajadores para provecho de multinacionales y empresarios, tanto catalanes como foráneos. Ya han demostrado los dos lo que votan cuando pactan: recortes, silencios cómplices ante las agresiones policiales, negativa a apoyar a los trabajadores de Panrico… La abstención de ERC en la primera sesión de presupuestos 2015, y el decreto con las extras de funcionarios y el 100% para los interinajes, pueden ser signos de este acuerdo. Otra vez dos pinceladas populistas para que pasen estos u otros presupuestos sin cuestionar los temes de fondos, y usando los y las trabajadoras como moneda de cambio.

Las «izquierdas» y las recomposiciones

Al otro lado, ICV-EUiA se prepara para una debacle parecida a la que ha venido sufriendo el PSC. Y en los últimos días, Herrera apunta a un gobierno de izquierdas desde ERC a Podemos, Procés Constituent, ellos mismos, y la CUP. Cosa que, como CiU, le permitiría esconder el fracaso de su política, como pata izquierda del estado monárquico de un lado y del otro, como cómplice de privatizaciones desde los gobiernos en que ha estado -apoyando a la LEC en enseñanza, la reforma del ICS en sanidad…-, represora con Saura en defensa del «orden» capitalista cuando ha hecho falta… o desde CCOO pactando EROs y si era necesario, enfrentando a los propios trabajadores, como en Panrico con unidad completa de ICV des de la CONC y EUiA desde el comité de empresa. Y es que han sido parte de un sistema político y social que ha fracasado, tanto como sus continuas promesas de reforma.

Pero del balance político no sacan un cambio: se mantienen en la reforma -ahora- de la reforma, intentando lavarse la cara tratando de utilizar el paraguas del Procés Constituent (PC). Es lo mismo que hace en las municipales, donde en Barcelona, trata de acordar con Guanyem -parecería que incluso cambiando a Gomà como cara visible-, siempre y cuando Ada Colau se mantenga como hasta ahora dentro de la reforma en nombre de ganar con una mayoría social. Variantes de una nueva traición como la de la Transición.

La CUP tiene otra gran oportunidad para aglutinar la ruptura: impulsar el frente de izquierdas que podía haberse desarrollado a partir de la AE (Alternativa d’Esquerres, componente de CUP-AE). Y si lo hace con claridad y honestidad, obligará a definirse a muchas de las organizaciones y movimientos que hoy quedan centreando, o a que les cueste cara su opción reformista. Mientras se juegue con ambigüedades, otros tienen más oportunidad de aglutinar que la CUP, como se ha demostrado con Guanyem Barcelona, cuando la CUP ha creído que alrededor suyo, sin reconocer ninguna otra organización, aglutinaría a todo el mundo aflojando en el programa. Esto le ha dado aire a Guanyem, que puestos a hacer, puede aflojar más y más.

Tampoco se trata de buscar un paraguas de personalidades, cómo ha hecho la Crida Constituent, para disolver vía territorios e individuos unos puntos centrales de ruptura. La gente tiene organizaciones, tiene referentes diferentes y no hay «frentes únicos por abajo», con los que se calcula que arrancaremos mordiscos de otras organizaciones. Esto no funciona así como ha demostrado la historia: ningún luchador honesto comprometido con una organización la dejará, aunque dude, hasta que le quede blanco sobre negro su inviabilidad, y será provisional -como ha venido pasando con las bases del PSOE- hasta que rompa políticamente asumiendo otra organización. No hay atajos para construir una candidatura comprometida con las luchas. Es preciso huir del camino electoralista mediático que últimamente lo ha sustituido.

La CUP en el camino de un reagrupamiento de ruptura

Es necesaria claridad de cuáles son las líneas que delimitan reforma y ruptura. Para nosotros muy simples: República catalana ya y Parlamento convertido en  Constituyente y referéndum sobre ella en cuando a ruptura con el régimen monárquico; poner las necesidades sociales por delante del dinero de los bancos y no pagar la deuda, con una política de ruptura con la UE del capital. Hasta ahora éstas son la base de los 10 puntos acordados por la CUP y organizaciones de izquierda para fundamentar una candidatura conjunta. Mantenerse en ellos, sin ningún sectarismo previo respecto ninguna organización que se autodefina anticapitalista, tiene que ser uno de sus fuertes. El otro, el trabajo posterior a las elecciones, construyendo por abajo y por arriba, una alternativa nacional y de clase. Y este es el punto débil de la CUP: la construcción en el cinturón industrial.

Cuando decimos sin sectarismos, decimos sin ofrecérselo a todos aquellos que no han formado parte del régimen del 78 y que se definen rupturistas. Y esto incluye a Podemos y a Procés Constituent. Este último, atrapado por la dicotomía de Revolta con un pie en Podemos y el otro en PC de un lado y del otro con la amplia participación de ICV-EUIA en sus filas. La negativa a posicionarse sobre las autonómicas, aplazando la asamblea que tendría que hacerlo a que sean convocadas las elecciones, parece facilitar la no presentación para obviar los problemas internos y los compromisos externos. Pero no importa qué quieran las direcciones, lo que importa es  la  honestidad de  la propuesta y la claridad en la ruptura que propone la CUP: sobre ella se tienen que posicionar unos y otros y quienes tenían expectativas en ellos serán quienes decidirán. La presencia en la actual confluencia que impulsa la CUP, de algunas CAV aunque sea cómo observadores, Alternativa d’Esquerres de Cornellà o del Prat, o de organizaciones que saludaron y participaron del PC -como Corriente Roja o Red Roja- y que no estaban en la CUP-AE -LI 120, con los debates de 2012 para conformar la AE-, son signos positivos.

Una hoja de ruta marcada por la calle y las luchas de los y de las trabajadoras

Pero la preocupación por la construcción en los cinturones industriales, tiene que ser eje de este bloque de ruptura. No sólo porque son esenciales para la ruptura social, sino incluso para la nacional. Hay que recordar Escocia, donde ante las incertidumbres de la independencia hubo sectores pequeño burgueses que retroceden y se mantienen los convencidos de que el cambio comporta también mejora social, los y las trabajadoras (triunfo del Sí en Glasgow y derrota en Edimburgo: LI 134). Este proceso empieza a despuntar en Catalunya cuando después de 2 años de crecimiento de las posiciones independentistas, éstas por primera vez quedan detrás de las unionistas en la última encuesta del CEO, después del 9N.  De un lado porque Podemos actúa de catalizador de indecisos particularmente de clase obrera, pero también porque bajan los partidarios entre sectores burgueses y pequeño burgueses: el reto siguen siendo los trabajadores, tanto los aún dudosos, como para recuperar aquellos que rechazan la ruptura con el Estado emocionalmente, porque la sienten como una ruptura con sus raíces y no ven en la independencia solución a sus problemas.

Por eso hay que repetir pacientemente que independencia es ruptura con el estado franquista, pero no es ruptura con los otros pueblos del estado, sino acercamiento a una unidad real, entre iguales y en libertad. Pero también, y sobre todo, esto empieza desde hoy, poniendo en el centro la lucha contra los presupuestos, por unos servicios que siguen privatizándose por ejemplo en enseñanza con el incremento de conciertos. Tenemos que ser los «locos» de resolver las necesidades a todo precio, los «locos» del no pago de la deuda -como hace años nos decían en Argentina al MAS-, los locos de ningún desahucio o despido más… no importa que el calendario parlamentario sea sobre otra cosa, lo que importa es que una y otro vez seamos insistentes en la defensa de las necesidades de los y de las trabajadoras. Porque el Parlamento tiene que ser caja de resonancia de la calle, tanto como que a la calle tienen que llegar las concreciones de una política parlamentaria que lo anime a la movilización, a que los y las trabajadoras tomen en sus manos su futuro. Porque así, y sólo así, ganaremos.

Cualquier tentación de llegar a acuerdos de legislatura «de izquierdas» nos traga hacia el reformismo y la política de IU y el PSOE, se diga así o de otra forma, porque nos aleja de la calle tratando de apaciguar las necesidades con promesas sin que nada cambie. Una cosa es un acuerdo puntual, o muchos, o incluso facilitar que ERC llegue al gobierno con una abstención…. y otra muy diferente, aparecer comprometidos con su política, por más que tenga puntos «progresivos», porque la política es un todo, y viene marcada por cuestiones de clase: con los bancos o con los desahuciados, con los despedidos o con la patronal… y llegados a este punto,   lo «progresivo» se convierte en la moneda de cambio de la burguesía para mantener su dominación, dando algo para no perderlo todo.

Por último, la unidad de un bloque de izquierdas, rupturista, no es sólo un problema cuantitativo. Lo venimos pidiendo hace años, y por eso, alrededor de puntos de ruptura, en tramos a la AE, a pesar de nuestras diferencias con la CUP. Lo pedimos porque es una necesidad de las luchas de los y de las trabajadoras, una necesidad imperiosa que permita resolver las miserias que nos han traído hasta aquí y garantice la libertad del pueblo. Nos alegramos de que hoy estemos profundizando este camino.

M. Esther del Alcázar. Militante de Lucha Internacionalista
(http://luchainternacionalista.org/?lang=es)

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