La defensa de Israel, la protección de sus grandes empresas y el rechazo al demoledor informe Alston (sobre los altísimos índices de pobreza y desigualdad) explican la espantada de EE.UU.
Varias granadas de gas caen sobre manifestantes palestinos en las protestas de Gaza contra la apertura de la embajada de EE.UU en Jerusalén. 14 de mayo de 2018
El 8 de enero de 2018, el semanario estadounidense The Nation publicó un artículo que alertaba sobre la renovada voluntad de Estados Unidos de abandonar el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Entre las razones para justificar la decisión, se señalaba el rechazo de las autoridades estadounidenses al contenido de un informe sobre la extrema pobreza y los derechos humanos en EE.UU., realizado por el Relator Philip Alston, que iba a ser presentado en la sesión del Consejo del mes de junio. Efectivamente, en esta sesión, la número 38, sucedieron ambas cosas: Alston presentó el demoledor informe denunciando la realidad de la extrema pobreza en el autodenominado «país más rico del mundo»; y Estados Unidos comunicó el día 19 de junio su salida del máximo foro intergubernamental de Naciones Unidas para la protección de los derechos humanos.