Washington prepara un informe sobre las consecuencias de un ataque militar contra Irán. Una nueva agresión imperialista está en marcha, mientras las negociaciones siguen un calamitoso camino
Luego de simular días atrás la afición al diálogo con Teherán por su programa nuclear, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush volvió a quedar al descubierto tras anunciarse la confección de un informe que presentará al Congreso de su país sobre las consecuencias de un ataque estadounidense contra el país Persa. El documento deberá presentarse luego de que entre en vigor la Ley de Presupuesto para el año próximo.
El informe, según informaron fuentes fue solicitado en el marco del proyecto de ley sobre asignación de fondos para defensa en 2007 y fue presentado en la Casa Blanca para que Bush estampe su firma. Bajó el título «Informe Sobre la Política y la Estrategia de Estados Unidos, respecto a Irán», el escrito se sumerge en el concepto de «Guerra Preventiva», utilizado por la administración republicana.
En este contexto, en torno a las posturas de ambos países en esta cuestión, que se debate a escala global cuenta con dos vertientes. Por un lado, la mayoría de la comunidad mundial solicita que el caso nuclear iraní se resuelva por medio de la diplomacia y en el marco de las normas del Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA). Por el otro lado, la Casa Blanca reincide en desprestigiar y mitificar, sin pruebas concretas, el desarrollo nuclear iraní como eminentemente belicista, y efectúa fuertes presiones a los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) para que acepten las políticas agresivas de Washington, con el fin de imponer sanciones contra Irán.
No obstante, conociendo los planes del conflicto armado que vislumbra Estados Unidos, el periódico dominical británico «Sunday Telegraph» informó que el Pentágono está elaborando un plan de ataques militares contra centros nucleares de Irán, apoyados con misiles balísticos lanzados desde submarinos, utilizados como «último recurso» para bloquear los esfuerzos de Teherán en materia de desarrollo nuclear.
Esta información, reproducida por la prensa mundial, tenía como fuente al Comando Central y Estratégico del Pentágono y agrega que actualmente se están identificando blancos de ataque, (en su mayoría plantas nucleares en el país persa) «para determinar cuáles serán bombardeados en una eventual operación».
Según el matutino londinense entre los datos militares resalta que el ataque sería llevado a cabo con aviones bombarderos de larga distancia B-2, equipados con bombas de hasta 90 toneladas, incluida la «más grande del mundo» desarrollada por Estados Unidos y que podría destruir refugios subterráneos de hasta 20 metros de profundidad.
En este sentido la secretaria de Estado del país norteamericano, Condoleezza Rice, agregó que «el mundo no puede confiar en que Irán sólo usará su programa nuclear para producir electricidad, como asegura, porque el régimen islámico «ha mentido durante los últimos 18 años».
Además, la funcionaria ha viajado a los países de Medio Oriente «para incitar a los gobiernos de la región en contra de las actividades nucleares pacíficas de Irán» afirmó la Agencia de Noticias Iraní IRNA.
Por su parte Rusia y China se oponen ante cualquier sanción contra Irán; Francia, por el momento, también integra la lista de los que se oponen a la aplicación de medidas y sanciones a Teherán, al tiempo que el primer ministro británico Tony Blair le preocupa la medida ya que teme que un eventual ataque desate más violencia en Medio Oriente.
Mientras tanto, las autoridades de la Casa Blanca insisten en convencer al mundo en que han logrado la unanimidad mundial en contra de Irán; sus argumentos toman forma de «cuento chino» luego de la vergonzosa ilegalidad demostrada por la ONU del informe publicado por el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense en Agosto pasado en el que decía que el país persa representaba una «amenaza estratégica» a nivel regional y mundial sin la más mínima prueba de enriquecimiento de uranio a escala armamentística.
En respuesta a la evidente actitud beligerante de la casa Blanca el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad se refirió en su discurso al tema, se explayó fue más lejos al decir que «A base de dinero y con sus recursos mediáticos, el gobierno de Estados Unidos ha sido puesto de manera forzada a sus propios ciudadanos y, junto a unos cuantos que le siguen, se creen que son los gobernantes del mundo y se enfadan ante los éxitos que cosechan los pueblos libres».
Hasta ahora el Consejo de Seguridad de la ONU no se ha expedido en cuanto a las sanciones. Desde los hechos no puede confirmarse en lo más mínimo una adhesión al diálogo por parte de Bush y sus halcones, que ya miden las consecuencias de un conflicto armado. El tablero se encuentra convulsionado y la estrategia parece seguir los mismos pasos que la aplicada en Irak: Pedido de sanciones sin consenso, autorización para la intervención militar, su respuesta, y listo. En este caso, tampoco existen pruebas armas de destrucción masiva, ni uranio para su fabricación. Irán ¿tendrá el mismo destino que Irak?