Defensores de los migrantes califican a políticos demócratas de oportunistas y cobardesFoto: Centroamericanos detenidos en San Ramón, Chihuahua-Foto ApCuando funcionarios de la Casa Blanca anunciaron que el presidente Barack Obama decidió aplazar su promesa de tomar acción ejecutiva en favor de indocumentados hasta después de los comicios intermedios de noviembre, organizaciones de migrantes y defensores […]
Defensores de los migrantes califican a políticos demócratas de oportunistas y cobardes
Foto: Centroamericanos detenidos en San Ramón, Chihuahua-Foto Ap
Cuando funcionarios de la Casa Blanca anunciaron que el presidente Barack Obama decidió aplazar su promesa de tomar acción ejecutiva en favor de indocumentados hasta después de los comicios intermedios de noviembre, organizaciones de migrantes y defensores de éstos calificaron a la cúpula demócrata de oportunista y cobarde.
Obama no se atrevió a anunciar su decisión en persona, dejando que funcionarios de la Casa Blanca confirmaran a los medios lo que en días recientes ya se sospechaba: que el mandatario optaría por no cumplir su promesa de anunciar cambios ejecutivos en la aplicación de las políticas migratorias.
El presidente desea hacer esto de manera sostenible para el largo plazo y que la medida sea efectiva y buena para el país. La realidad que ha tenido que evaluar el mandatario es que estamos en medio de una temporada electoral, y por la extrema politización del tema por los republicanos el gobernante cree que sería dañino a la política (de migración) misma y para las perspectivas de largo plazo para una reforma migratoria integral anunciar acción administrativa antes de los comicios, afirmó un funcionario no identificado de la Casa Blanca en una declaración a los medios.
Algunos líderes defensores de los migrantes calificaron la decisión de decepcionante. Otros dijeron que ya no les había sorprendido otra promesa incumplida del presidente y que las consecuencias de la inacción se sentirán por todo el país, donde los indocumentados continuarán padeciendo discriminación, abusos, separación de sus familias y la continuación de las deportaciones en una vida rodeada de incertidumbre y temor.
Pero observadores afirman que la decisión fue tomada después de que líderes demócratas del Senado y estrategas electorales presionaron al gobernante para no anunciar nuevas medidas ejecutivas justo antes de los comicios intermedios de noviembre, en los cuales está en riesgo la mayoría demócrata en el Senado. El argumento era que tal anuncio ejecutivo ofrecería municiones políticas muy efectivas para los republicanos en las pugnas electorales en estados claves, donde el tema migratorio sigue dividiendo al electorado.
Después de que el Senado había aprobado un proyecto de reforma migratoria integral, el liderazgo de la mayoría republicana de la cámara baja anunció que frenaría cualquier avance en ese tema y que no abordaría el asunto de migración hasta el año entrante, anulando así toda posibilidad de una reforma en la materia.
En junio, Obama anunció que ante la renuencia de los republicanos en la cámara tomaría acciones dentro del marco de la ley para modificar las políticas migratorias. Indicó que ello podría incluir la ampliación de la llamada deportación diferida -que había beneficiado a más de medio millón de indocumentados que llegaron antes de 2007 como menores de edad- a otros sectores de la comunidad indocumentada. Prometió que después de evaluar las opciones anunciaría estas acciones a finales del verano.
Organizaciones de promoción de la reforma, entre ellas coaliciones nacionales que incluyen desde sindicatos nacionales, la Cámara de Comercio y la Iglesia católica, entre otros, junto con las principales organizaciones latinas y algunas de migrantes y sus aliados por todo el país, fueron invitados a dialogar en la Casa Blanca y realizaron acciones para generar apoyo político y vez presionar al mandatario para que su acción ejecutiva fuera lo más amplia posible, mientras millones de migrantes estaban en espera de si por fin lograrían tener alguna protección mínima contra la amenaza de la deportación como un permiso temporal para trabajar y estudiar, y tal vez poder viajar para visitar a familiares en sus países de origen.
Pero con este sabadazo las sospechas de que Obama estaba titubeando quedaron confirmadas.
«Estamos amargamente decepcionados del presidente y de los demócratas del Senado. Nosotros no hicimos la promesa de reforma. Sólo cometimos el error de creerle. El presidente y los demócratas del Senado han optado por el politiqueo y no por la gente, por el estatus quo en lugar de resolver problemas reales. Estos políticos son, simplemente, oportunistas. Esperan que los votantes latinos los apoyen en buenos tiempos, pero cuando la cosa se complica abandonan a los latinos y sus temas», afirmó Frank Sharry, director de America’s Voice, una de las organizaciones de derechos de migrantes en Washington que ha trabajado de cerca con la Casa Blanca.
A la vez, el líder latino Antonio González, presidente del Instituto William C. Velázquez en Los Ángeles, comentó a La Jornada que yo no estoy para nada sorprendido por este anuncio, porque Obama ha incumplido sus promesas sobre reforma migratoria desde el inicio. Agregó: Lo que sí me sorprende es que tantos de los llamados líderes de derechos de los migrantes hayan permitido durante tanto tiempo que Obama no asuma ninguna consecuencia por esto.
Pablo Alvarado, dirigente de la Red Nacional de Organización de Jornaleros, declaró que ha habido un fracaso de liderazgo en Washington durante cinco años, mientras muchos, dentro y alrededor de la Casa Blanca, han optado por usar las vidas de los migrantes como tema de maniobra política. Su hipocresía está hoy a la vista de todos, pero no minará la voluntad de los migrantes, cuya valentía ha llevado a la política migratoria al frente de la agenda nacional.
Eddie Carmona de, PICO, red nacional de más de mil congregaciones religiosas, dijo que el presidente y los demócratas del Senado han dejado claro que los indocumentados y los latinos simplemente son vistos como peones políticos. Desafortunadamente, este juego político tiene como consecuencia la destrucción de familias.
Otros líderes de migrantes recordaron que aplazar estas medidas, aunque no parece gran cosa para los políticos, es trágico para familias de migrantes que podrían ser destrozadas y divididas por las políticas actuales.
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