AFRICOM es una consecuencia de la actividad desarrollada por los círculos políticos, económicos, militares y académicos que conforman el lobby africano de la política estadounidense. Por ello, su creación se basa en un importante consenso bipartidista y en el apoyo del empresariado y los principales mandos político-militares de la superpotencia.Aunque el proyecto venía de lejos, […]
AFRICOM es una consecuencia de la actividad desarrollada por los círculos políticos, económicos, militares y académicos que conforman el lobby africano de la política estadounidense. Por ello, su creación se basa en un importante consenso bipartidista y en el apoyo del empresariado y los principales mandos político-militares de la superpotencia.Aunque el proyecto venía de lejos, existe una coincidencia estratégica de rabiosa actualidad entre los militares y los grupos empresariales con intereses en el continente africano -especialmente los vinculados al sector del flaring- y esto se evidencia en las numerosas declaraciones que en los últimos años realizaron los principales jefes del US. EUCOM. Para los altos mandos del comando que poseía el mayor peso sobre la región, Estados Unidos necesitaba incrementar su presencia, porque gracias a «su abundancia de recursos naturales» devendrá en el «próximo frente de la lucha contra el terrorismo«( General James L. Jones).
Bush anunció el 6 de Febrero la creación del AFRICOM para coordinar los intereses militares en el continente africano, exactamente una semana después de que el presidente chino Hu Jintao realizara en febrero de 2006 una visita a ocho países africanos. Antes de abandonar su puesto de Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld y su equipo pusieron a punto un plan detallado para la instalación del AFRICOM (Mando de las Fuerzas Americanas en Africa) en la región del Sahel.
El comando operacional de combate dependía de EUCOM hasta octubre de 2007, y actualmente, transita a un comando completamente independiente en unos doce meses más. Muy probablemente, esto exigirá trasladar las jefaturas de AFRICOM desde Stuttgart, Alemania, donde opera la cabeza de EUCOM, a un país anfitrión africano, cómo por ejemplo, Zambia que ya ha dicho que no lo quiere, o Senegal, Sudáfrica ni mucho menos, incluso su ministro de defensa, Mosiuoa Lekota dijo que «los catorce miembros de la Comunidad de Desarrollo de África Austral acordaron no ser la sede de la iniciativa de Africom de Estados Unidos, o de soldados asociados», o Liberia, que ha sido el último país africano que se ha ofrecido «oficialmente» a albergarlo y qué tiene más posibilidades de «hospedarlo», junto con Botswana, que parece que se lo piensa, o Marruecos, quizás. Las últimas declaraciones de oficiales de USAF, contemplan el que se distribuya el personal de AFRICOM en distintos países, aunque «no se ha tomado una decisión final» sobre la ubicación final del cuartel general. AFRICOM lo forman cinco equipos:
1.- Desde Mauritania a Libia. 2.- Sudán, Etiopía, Somalia, Kenia, Uganda, Madagasar y Tanzania. 3.- Sudáfrica, Angola y Zimbabue. 4.- Zona central, abarcando la República Democrática del Congo y Chad. 5.- Nigeria, Níger, Liberia, Sierra Leona y el Oeste del Sáhara.
Gobernanza, contraterrorismo, contrainsurgencia y seguridad energética(más en su FAQ)
El, 1 de Octubre, U.S. Africa Command, o AFRICOM, alcanza su IOC (initial operating capability) desde una base en Alemania y se espera que tenga total capacidad a lo largo del próximo año.El comando comienza con un equipo de 120 personas bajo el mando del general William E. ‘Kip’ Ward y aumentará hasta cerca de 800 a lo largo del próximo año.Ya se diseñan operaciones y se establecen los objetivos.
Sus «actividades»:
En Mauritania, en una región interior del país de difícil acceso, EEUU construye una base especial.
En Argelia, los norteamericanos han construido el Centro de Estudios y de investigación sobre el Terrorismo, que se completará con una base de escucha electrónica de comunicaciones situada en las cercanías de Tamanrasset en el extremo sur argelino. Por su situación geográfica, la zona meridional de Argelia se encuentra en el epicentro de toda la región del Sahel.
En Marruecos, el Pentágono tiene previsto reforzar su sistema de comunicaciones y de conexión entre el AFRICOM y el Mando de Fuerzas estacionadas en Europa con sede en Stuttgart (Alemania), e instalar una base naval al sur de Agadir.
En Niger y Malí, se instalarán cuarteles para la formación de Comandos y Unidades especiales antiterroristas, dirigidas por oficiales norteamericanos de la escuela de Fort Bragg.
En Darfur se siguen buscando las instalaciones petroleras secretas.
Francia sigue con mucha preocupación la evolución de la situación geoestratégica en la región del Sahara/Sahel, donde la penetración militar de Estados Unidos la está desplazando. El Presidente francés Jacques Chirac ordenó constituir una «célula especial de crisis» para seguir la evolución en la región, que aún hoy, y con más razón, sigue con sus actividades. Las fuerzas francesas estacionadas en Centroáfrica, en Senegal, en Tchad y en Djibutti, son la punta de lanza del despliegue estratégico galo en África, y no están dispuestas a perder su influencia.
China, por su parte, recorre otro camino: inversiones y más inversiones, ya que se estima el 30 por ciento de sus importaciones del energético proviene de Africa. Ofrece créditos blandos sin intereses ni garantías nada que ver con los «austeros» del Banco Mundial y el FMI y otorga préstamos para construir caminos, hospitales y escuelas en algunos de los países más endeudados del planeta. Esto viene envuelto en una serie de iniciativas diplomáticas. En noviembre del 2006, Pekín organizó una reunión en la cumbre a la que asistieron 40 jefes de Estado africanos, de Angola, Nigeria, Mali, Argelia, Sudáfrica entre otros. La Compañía Nacional de Petróleo de China (CNPC) acaba de cerrar acuerdos con Nigeria y Sudáfrica para crear un consorcio que incluye a la South African Petroleum Co. y que le dará acceso a otros 175.000 barriles diarios de oro negro el año que viene. La CNPC tendrá el 45 por ciento de las acciones correspondientes a la explotación de un yacimiento submarino de Nigeria. Y luego: Pekín aportó más de 8.000 millones de dólares a Angola, Nigeria y Mozambique en el 2006, contra los 2.300 millones que el Banco Mundial destinó a toda el Africa subsahariana. Y asoma el cinismo sin fronteras: la Casa Blanca denuesta a China porque quiere «asegurarse el abastecimiento de petróleo en las fuentes», como si ésa no fuera una preocupación central de EE.UU. desde hace un siglo.
En el «New American Century’s Present Dangers: Crisis and Opportunity in American Foreign and Defense Policy» se lee clarito: «Nuestro poderío militar y la voluntad de emplearlo seguirá siendo un factor clave en nuestra capacidad de promover la paz«.