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¿Qué pacto educativo?

Fuentes: Rebelión

Una de las constantes en mis artículos referidos a educación ha sido siempre la necesidad de un pacto educativo, con la finalidad de impedir que con cada cambio de signo en el gobierno, se cambien las leyes educativas. Como vemos ahora, parece ser que ya se han dado cuenta de que es necesario este pacto […]

Una de las constantes en mis artículos referidos a educación ha sido siempre la necesidad de un pacto educativo, con la finalidad de impedir que con cada cambio de signo en el gobierno, se cambien las leyes educativas.

Como vemos ahora, parece ser que ya se han dado cuenta de que es necesario este pacto educativo, después del desastre que se ha generado, y la finalidad de dicho pacto es hacer de España una economía más competitiva.

El problema radica que no sólo debe hacerse este pacto educativo en función de la economía, sino que la educación debe de formar personas que estén por encima de las necesidades de las empresas. La educación es un concepto más amplio que esto que se pretende. Como no soy un ingenuo, la educación actual está en función de los intereses económicos y de ahí el desastre generado. Que el sistema debe dar respuestas a las necesidades del país es correcto, pero siempre que se tenga una visión más amplia de la realidad social y de la persona.

Que el sistema educativo actual no se sostiene es algo que es evidente y que sistemáticamente queda reflejado en todos los informes. La cuestión fundamental para saber que pacto educativo necesitamos, es hacernos algunas preguntas ¿Qué educación queremos? ¿Qué valores sociales queremos transmitir? ¿Buscamos ciudadanos libres o simples personas dóciles que estén al servicio de los poderosos? ¿Buscamos una educación integradora o una educación competitiva al margen del hombre?

Para mí el sistema educativo actual debe darse la vuelta completamente ya que es muy difícil de reformar. Tres son los aspectos fundamentales que debe tener dicho pacto educativo.

En primer lugar, un compromiso de todas las fuerzas políticas en entender la educación como una inversión y nunca como un gasto. Esto exigirá que el Estado garantice unos presupuestos al nivel de la Europa de los 15, es decir, pasar del escaso 4,28% del PIB actual a una horquilla que ronde entre el 5,5% y el 6% del PIB. La cuestión presupuestaria no nos garantiza por ella misma la solución del problema, pero sí pone las bases y las condiciones para una buena educación, exigiendo y controlando la eficiencia de tal inversión.

En segundo lugar, es la desaparición de la enseñanza concertada y este sí que es un aspecto importante. El Estado debe de garantizar una enseñanza pública para todos y no subvencionar a la enseñanza privada. Es necesario e imprescindible una educación emancipadora que de oportunidades de enseñanza en igualdad de condiciones y no una escuela segregacionista como es la concertada en general.

La educación privada en España supone el 30% del alumnado escolarizado, cuando la media de Europa no alcanza el 10%. Si exceptuamos Bélgica y Holanda, España es el país europeo que más enseñanza privada tiene. Suecia, Noruega, Finlandia, Alemania, Francia……… tienen un 95% del alumnado en la educación pública. Teniendo unas escuelas favorecedoras de la integración y disfrutando de un sistema educativo de los mejores del mundo por sus resultados. Se basa en una escuela pública, única y laica.

Los estudios de la OCDE manifiestan el elevado peso proporcional del gasto privado español en educación, más del 0,5% del PIB, el más elevado de la Unión Europea a 15, cuando nuestro país está a la cola del gasto educativo en toda la Unión Europea.

El informe PISA dice que si elimina los condicionantes socioeconómicos dan resultados muy similares entre sí la educación privada y la pública.

Como dice Vicenc Navarro «el sistema educativo español reproduce la estructura social de España. Las familias de renta altas envían a sus hijos a las escuelas privadas, en su mayoría regidas por la iglesia católica, mientras que las familias de rentas medias y baja envían a sus hijos a las escuelas públicas, donde se concentran los hijos de los inmigrantes, esta polarización por clase social caracteriza el sistema escolar en España».

Sirva como ejemplo, Navarra que tienes una tasa de inmigrantes en la escuela pública del 88% y en la privada y concertada solamente el 12%, señal de una discriminación absolutamente intolerable con la creación de guetos.

Como dice Calero y Escordibul «los centros privados pueden conseguir un mejor clima escolar por la vía de la concentración de alumnos de características parecidas, pero el rendimiento académico de los centros públicos sería incluso superior si se descontaran los factores socioeconómicos». Todos sabemos, que los centros privados tienden a seleccionar a sus alumnos blindándose contra los alumnos conflictivos. Una de las peculiaridades de la enseñanza privada y concertada es esa selección de sus estudiantes. Podemos decir que este sistema educativo es un buen negocio privado, fundamentalmente para la iglesia católica, pero un mal negocio para la sociedad y para el futuro de nuestro país.

Como dice Jorge Calero «hay que invertir justamente la situación actual para que la igualdad formal de oportunidades se conviertan en igualdad real de oportunidades. Hay que impedir que las desigualdades de origen colonicen el sistema educativo como lo hace actualmente».

Es clara la necesidad de que se acabe con la dualidad del sistema educativo actual y hacer de la educación pública la única que sea apoyada y prestigiada por el Estado.

En tercer lugar, debería modificarse la actual organización educativa, con planteamientos rígidos, con programas fuera de cualquier principio pedagógico, sirva como ejemplo la enseñanza de las ciencias sociales, mejorar la actual Formación Profesional es algo obvio y necesario. Cambiemos toda la organización actual cuya única finalidad es llegar al final del bachillerato y de ahí a la universidad. Los datos son tercos, pues solamente un 30% de los alumnos que empiezan la ESO llegan a conseguir el título del Bachillerato. Por ello, tengamos en cuenta que hay un 70% del alumnado que deberían ser educados con otros planteamientos y además con sistemas educativos mucho más flexibles.

Estos tres principios son básicos en cualquier pacto educativo que se precie. La realidad hará que esto sea imposible dado los intereses ideológicos y económicos tanto de la derecha como de la iglesia, que sólo busca su beneficio de clase y para nada los intereses del país (aunque se envuelvan en la bandera del patriotismo) ni conseguir un sistema educativo socialmente justo.

Asistiremos a un reparto de cromos entre la cobardía del PSOE y la derecha, de forma que se hagan algunas mejoras estéticas pero para nada se solucionará las necesidades educativas que necesita este país. El timorato Zapatero accederá a todo lo que plantee la derechona y la iglesia para asegurarles todos los privilegios que tienen.

Los que creemos que la educación debe ser pública, única y laica pues es la que nos asegura la libertad y la igualdad de oportunidades reales, debemos presionar para lograr un pacto educativo de las características aquí planteadas que solucionan los problemas reales que nuestra sociedad necesita.

Rebelión ha publicado este artículo con autorización del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.