Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Parece que algunas cosas no cambian. Cinco años después de escribir esta columna en la forma de una noticia, parece más relevante que nunca:
WASHINGTON.
Hubo ayer informes no confirmados de que USA no es el centro del mundo.
La Casa Blanca no formuló un comentario inmediato sobre los informes, que provocaron una tormenta de controversia en la capital de la nación.
Hablando en segundo plano, un alto funcionario del Departamento de Estado descartó la posibilidad de que los informes correspondieran a la realidad. «Si fuera así,» dijo, «¿no cree que lo habríamos sabido desde hace tiempo?
En el Congreso, líderes de ambos partidos rechazaron rápidamente esa afirmación. «Que ciertas organizaciones noticiosas publiquen una historia de una fuente deficiente y obviamente sesgada significa que los medios liberales siguen con sus viejos trucos, a pesar de la actual crisis,» dijo furioso un legislador republicano. Un destacado demócrata, también hablando bajo condición de anonimato, dijo que informaciones confidenciales a los paneles de inteligencia parlamentarios habían desmentido hace tiempo semejantes afirmaciones.
Eruditos en destacados gabinetes estratégicos se mostraron más comedidos, y algunos dijeron que existe algo de verdad literal en la esencia de los informes. Pero subrayaron que aunque incluían exactitud objetiva en un sentido limitado, la afirmación estaba fuera de contexto y tenía potencial para dañar la unidad nacional en tiempos en los que USA no puede permitirse algo semejante.
La versión evidentemente provino de un artículo de un periodista libanés que apareció hace varios días en una revista de Beirut. Luego fue tomada por un par de diarios de orientación izquierdista en Londres. De allí, la historia rápidamente atravesó el Atlántico a través de Internet.
«Sólo muestra cuánto necesitamos guardabarreras experimentados, profesionales, que separen el trigo periodístico de la paja antes de que atraiga una atención más amplia,» señaló el gerente de un programa de noticias en una importante cadena de televisión de USA. «Es el tipo de material que se ve en sitios en la red de orientación ideológica, pero difícilmente significa que deba salir en las noticias de la noche.» Un editor de periódicos estuvo de acuerdo, y calificó las informaciones de «el peor tipo de corrección geográfica.»
Ninguna de las principales redes de cable dedicó mucho tiempo a informar sobre la historia. En un medio, un memorando ejecutivo informó al personal que cualquier referencia a la controversia debería incluir la mención del hecho que USA sigue al frente del mundo en descubrimientos científicos. En una cadena más conservadora, los presentadores y los corresponsales recordaron a los televidentes que se reconoce ampliamente que el inglés es el lenguaje internacional – y que hay más gente que habla inglés en USA que en ninguna otra nación del mundo.
Aunque funcionarios del gobierno expresaron profundo escepticismo ante la noción de que USA no sea el centro del mundo, se negaron a que se les atribuyeran sus dichos. «Si cae un relámpago y resulta que este informe tiene alguna sustancia,» explicó un estratega político en el Departamento de Estado, «quedaríamos muy mal, por lo menos a corto plazo. Hasta que pueda ser claramente refutado, nadie quiere arriesgar que sea el que muestra la cara y que termina con un montón de huevo revuelto sobre su cara.»
Una encuesta informal de intelectuales vinculados a revistas influyentes de opinión política, con toda la gama desde The Weekly Standard a The New Republic, indicó que el informe probablemente no valdría gran cosas en los foros mediáticos de la elite de Washington.
«El problema con este tipo de interpretación de pacotilla de la información es que es difícil de derrotar porque contiene granos de verdad,» comentó un editor. «Seguro, ¿quién no sabe que nuestro país sólo incluye porcentajes pequeños de la masa terrestre del planeta y de la población del planeta? Pero concluir de esos hechos aislados que de alguna modo USA no sea central para el mundo y su futuro – bueno, eso lleva al postmodernismo a un extremo descabellado.»
Otro periodista USamericano muy conocido especuló que la controversia terminaría pronto: «El relativismo moral sigue siendo una fuerza perniciosa en nuestra sociedad, pero en su conjunto tiene menos atractivo que nunca, incluso en los campus USamericanos. No es sólo que somos la única superpotencia – sucede que también somos un fanal para las naciones y la clave del destino del mundo. Los que no pueden aceptar esa realidad no van a lograr mucha credibilidad.»
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Norman Solomon es autor de «War Made Easy: How Presidents and Pundits Keep Spinning Us to Death.»