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Rabat frente al Sahara Occidental: pataletas y cortinas de humo

Fuentes: Rebelión

La actitud de Rabat de resaltar la tensión en sus relaciones con Suecia no es más que una cortina de humo dado que el gobierno sueco aún no ha procedido con la activación de la decisión del Parlamento de reconocer a la RASD. Se trata de una polémica artificial para desviar la atención del papel […]

La actitud de Rabat de resaltar la tensión en sus relaciones con Suecia no es más que una cortina de humo dado que el gobierno sueco aún no ha procedido con la activación de la decisión del Parlamento de reconocer a la RASD. Se trata de una polémica artificial para desviar la atención del papel que está desempeñando Christopher Ross, el enviado del Secretario General de la MINURSO, para avanzar en la solución.

A nivel regional , Rabat se ha ahogado en su propio silencio. La batalla se ha estado librando en círculo desde el golpe contra Ould Tayaa (antiguo militar mauritano y presidente del país entre 1984 y 2005), para continuar imponiendo el control de la inteligencia marroquí sobre régimen en Mauritania. Después de años de caos y anarquía, Mauritania decidió durante el gobierno de Ould Abdel Aziz (presidente de Mauritania desde 2009), la imposición de la soberanía real y la igualdad en sus relaciones con los Estados.

La decisión no fue aceptada por Rabat, que sigue considerando a Mauritania su patio trasero: un corredor estratégico para llegar al norte de Malí y facilitar la aplicación de sus planes de espionaje y conspiración contra nuestro pueblo en la región, así como desestabilizar Argelia y facilitar la producción y embarque de hachís a África y Oriente Medio, entre otros. Ould Abdel Aziz considera que la insistencia en prorrogar el mandato en la Embajada marroquí en Nouakchott tiene como fin interferir en la soberanía y la seguridad de su país. Frente a la situación de estancamiento en su relación con Marruecos, Mauritania decidió cambiar su posición, algo que quedó demostrado durante la visita de su delegación parlamentaria a los territorios liberados, donde se reunió con los dirigentes militares y también en su participación en los esfuerzos serios y eficaces que realiza Christopher Ross para resolver el conflicto.

En Argelia, el despido de Mohamed Mdyan «Tawfik», del Departamento de Información y Seguridad (DRS) demostró que hay un sistema que respeta las instituciones y existe la capacidad de renovar las políticas conforme con estrategias pragmáticas, enviando un mensaje claro: que en Argelia hay un hombre (el presidente Bouteflika) que devolvió al país su prestigio y estatus. Es por eso que, antes de perpetuar su memoria después de muerto, la élite política todavía busca aprovechar la experiencia de Bouteflika en vida.

En Malí, Rabat buscaba la implicación del MNLA (Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad) en un golpe de Estado contra la autoridad de Uagadugú y el dictador régimen de Compaoré. Aquel fue el último de los escenarios que le impidió la reexportación de drogas y dar vidas a las redes criminales y terroristas.

A nivel continental , los esfuerzos políticos y diplomáticos que se acercaron a la parte saharaui en los últimos facilitaron un consenso sobre la cuestión de nuestro pueblo. El desarrollo de ideas y propuestas empujaron a la organización continental Unión Africana a nombrar un representante especial y enviar una delegación con el fin de presionar a la Comunidad Internacional para trazar el calendario para organizar el referéndum. Esa posición acabó por invalidar los esfuerzos de Marruecos y sus relaciones y negocios con algunos de sus aliados en el continente.

El apoyo al régimen marroquí, que era ya huérfano en las cumbres continentales, son hoy casi inexistentes tras adoptar la Unión Africana una posición unificada de apoyo a la causa saharaui.

Respecto al resto de los países árabes, Marruecos ya había planteado, antes y durante la ocupación de nuestro territorio la cuestión del Sahara Occidental. La mayoría de los gobiernos árabes consideran el conflicto una mera «cuestión de separatismo», ignorando por completo la historia, la geografía y la estructura social así como de las resoluciones de la ONU. Siempre han sido partidarios de Marruecos, al que han facilitado dinero y suministros en su guerra contra nuestros país.

Después de cuatro décadas de la invasión y ocupación, todos estos países se encuentran atrapados en conflictos sectarios. Debido a la falta de transparencia de sus monarquía, la mayoría de los Estados del Golfo están amenazados por la división. El candidato a la Presidencia en Estados Unidos Donald Trump puso a Arabia Saudí como un ejemplo de «vaca lechera» a la que se sacrificará cuando deje de dar leche, o se pedirá a otros que lo hagan, llamando al régimen saudí a pagar tres cuartas partes de su fortuna por la protección proporcionada por las fuerzas estadounidenses a la Casa de Al Saud.

No tenemos tiempo para hablar de Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, que se encontraban al lado del Reino de Saud para defender el destino de los tronos ante los riesgos de las mareas Chaiaa, Zaidi o Alaui en la Península Arábica, después de años financiando a los movimientos extremistas en Afganistán, Pakistán, India y la monarquía en Marruecos.

En el plano internacional, el régimen alauita carga contra Ross así como contra partidos y medios de comunicación a los que acusa de una visión sesgada en favor del Polisario. Hubo políticos de Rabat que pensaron que podrían reducir los esfuerzos de la ONU a la mínima expresión, a la vez que sembraban la desesperación entre las filas saharauis para hacerles perder la confianza en la vanguardia de la lucha.

Las potencias internacionales también han decepcionado a Marruecos. Entre ellas Francia, que «obligó» a Marruecos a renovar la confianza en el veterano diplomático Ross y frustró las aspiraciones del régimen alauí. Ross volvió a la región en rueda de visitas en octubre de 2013, desafiando a Marruecos al mantener reuniones con militantes del Frente Polisario en El Aaiún (la capital del Sáhara Occidental ocupado) y otras ciudades como Smara y Dajla.

Ross refutó toda la propaganda promovida por el régimen marroquí y los mercenarios de Hicham Aalaui, primo de rey y opositor a éste, y dijo que no iba a llevar las propuestas contra la voluntad del pueblo saharaui y su derecho a la libre determinación, el derecho que constituyó la base de la resolución judicial del conflicto que dura ya demasiado, según el enviado de la ONU.

Ross cree que Francia y España son un obstáculo para la solución del conflicto, por razones históricas y económicas: la primera tiene el poder de bloquear cualquier esfuerzo. Por su parte, Ross es consciente de los errores de su predecesor y compatriota James Baker, pero reconoció que él es un antecedente político, ya que su plan fue el resultado de siete años de esfuerzo y debe ser la base para encontrar una solución recomendada por el Consejo de Seguridad, por lo que cree que debería haber negociaciones con los dos países.

La última visita de Ross a la región fue diferente en sus formas: llegó a los campamentos sin pasar por antes Rabat, Argel o Nuakchot. Allí se encontró en su gira con el grupo de Amigos del Sahara Occidental.

En su visita a Rabat el 16 de septiembre, la respuesta de Marruecos a Ross se dejó en manos del cuarto en el Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí. Aprovechando la ocasión, el enviado personal de Ban Ki-moon dejó una bomba de relojería, lo cual quedó demostrado con el resurgimiento de la crisis con Suecia y la respuesta histérica de Marruecos en la Asamblea General de la ONU, atacando a las Naciones Unidas y amenazando con rechazar lo que calificó de «aventura» y de «amenaza para la estabilidad en la región».

En Rabat saben que en una confrontación con Ross y las Naciones Unidas, el chantaje y la presión de Marruecos no va a funcionar.

Los factores de confrontación entre Marruecos y la ONU para presionar o quitar la confianza al enviado personal del Secretario General habían sido dejados de lado (contra la voluntad de Naciones Unidas y la Comunidad internacional) cuando estalló la guerra en Yemen. Pero la confrontación volvió a aparecer y destaca por razones económicas, como la declaración de la empresa San Leon Energy sobre supuestas cantidades de gas natural en el pozo de El Aaiún y otras de seguridad. Mientras Rabat acusa al Polisario de «colaborar con el terrorismo», informes de EEUU revelados por Wikileaks aseguran dicen que el Polisario es una de las mayores bazas para combatir el terrorismo en la región.

En Suecia, Italia, Dinamarca, Noruega, Brasil y Chile las instituciones legislativas estudian la cuestión del reconocimiento del Estado saharaui. En el Reino Unido no solo el reconocimiento del Sahara preocupa al régimen marroquí sino también lo que puede ser planteado por un Gobierno potencial liderado por Jeremy Corbyn. Por ello se produjo el anuncio, a principios de octubre, de la decisión de despedir a Chrifa Jamala de la Embajada de Marruecos en Londres y reemplazarlo por Yasser Zannaki.

Ahmed Ettanji es periodista y activista de los DDHH en El Aaiún, Sahara Occidental ocupado

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.