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Análisis de un Sahara independiente

Realidad y fantasía en el gobierno marroquí

Fuentes: Rebelión

Las autoridades del Reino Encantado de Marruecos no caben en sí de gozo y alegría por la sorprendente, y casi milagrosa, última resolución del Consejo de Seguridad, concretamente la número 1813 (2008). Después de tantos años de guerra, de limpieza étnica, torturas y desapariciones; después de tantas inversiones y reinversiones copiosas en la compra de […]

Las autoridades del Reino Encantado de Marruecos no caben en sí de gozo y alegría por la sorprendente, y casi milagrosa, última resolución del Consejo de Seguridad, concretamente la número 1813 (2008). Después de tantos años de guerra, de limpieza étnica, torturas y desapariciones; después de tantas inversiones y reinversiones copiosas en la compra de voluntades, en corrupción y chantaje, el Miramamolín jerifiano ha visto compensados sus regios esfuerzos. Y hasta hay quien cree que se ha salido con la suya, es decir, que el Sáhara Occidental será marroquí de todas las maneras.

Está claro que el que la sigue la consigue y los dos miramamolines alauitas, Hassán II y su vástago Mohamed VI, no han hecho más que seguir en sus trece en lo que respecta a la ocupación militar del Sáhara Occidental. Por muy ilegítima, ilegal e inmoral que haya sido, y es, la invasión del territorio de un pueblo vecino y amigo, finalmente los sanguinarios agentes de planificación estratégica del Reino Encantado, léase franceses, israelitas, estadounidenses y algún que otro desvergonzado español, han obtenido una recompensa inigualable del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. No hay más que ojear la prensa encantada marroquí para darse cuenta del triunfalismo verborréico y desbordado que emana de sus sonrientes páginas rayanas en la insolencia. Y uno se imagina que no es para menos, pues de la noche a la mañana han visto su quimera hecha realidad; su delirante y patético proyecto del Gran Marruecos a medio camino de realizarse. Ahora le tocaría el turno a Mauritania, Malí y Argelia… sin hablar de España, claro. Hasta aquí, el delirium tremens y la cabezonería política del Majzén marroquí. Pero pasemos a la realidad y seamos realistas.

La tan sonada y afamada resolución 1813 del presente año con la que Marruecos, en un enésimo ataque de delirio paranoide, pretende crear jurisprudencia y sentenciar el Sáhara Occidental a una marroquí dad inapelable, no se diferencia de las anteriores resoluciones más que en la utilización por primera vez del término «realista». El Consejo de Seguridad, tras recordar «todas sus resoluciones anteriores sobre el Sáhara Occidental» y reafirmar «su decidido apoyo a los esfuerzos del Secretario General y de su Enviado Personal por aplicar las resoluciones 1754 (2007) y 1783 (2007) [y ] su compromiso de ayudar a las partes a alcanzar una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable que prevea la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental», toma varias decisiones, entre las cuales la segunda dice así:

» Hace suya la recomendación del informe de que la visión realista y el espíritu de compromiso de las partes son esenciales para mantener el impulso del proceso de negociaciones».

Independientemente de las pretensiones ocultas, y no tan ocultas, de algunos miembros permanentes del Consejo de (In)Seguridad (véase la declaración licantrópica del americano Alejandro Wolf o la cínica del francés Jean-Maurice Ripert ¡si Astérix saliera de su viñeta!), la frase no presenta mayores problemas desde el punto de vista lingüístico. Respecto al vocablo de la discordia, «realista», tampoco es que dé para tanto: la acepción de «monárquico»(la que dejaría babosos al Majzén y sus compinches) queda descartada al ser el texto español una traducción del original inglés. La relacionada con el sistema estético tampoco ha lugar, con lo que la acepción más adecuada y ajustada al contexto es la que dice así: » Que actúa con sentido práctico o trata de ajustarse a la realidad».

En este sentido, el Consejo de Seguridad considera, como algo esencial para mantener el impulso de las negociaciones, que Marruecos y el Frente Polisario traten de ajustarse a la realidad y obren con espíritu de compromiso. Es decir, que la recomendación va dirigida a los dos por igual: los dos deben ser realistas y los dos deben comprometerse y respetar los compromisos. Sin embargo, esto ha sido interpretado por los hermeneutas y trujamanes majzenianos como un reconocimiento simple y llano de que el Sáhara Occidental es Marroquí y lo único a lo que puede aspirar su pueblo es a una autonomía. Este tipo de interpretaciones textuales es denominado por Umberto Ecco interpretaciones paranoicas.

Pero todavía hay más, pues lo que es interpretado por muchos como una deriva en las intenciones del Consejo de Seguridad hacia una aceptación de la realidad de la ocupación por parte del Frente Polisario, en la realidad y en el texto parece más bien decir lo contrario, pues la intención textual ofrece poco margen de maniobra, por no decir ninguno, y en este sentido, lo mismo ha traicionado la intención de sus autores. Y cuando las dos partes son invitadas a ajustarse a la realidad, la única realidad conocida y válida desde el punto de vista legal y moral, es la de treinta y dos años de ocupación militar donde las violaciones de los derechos humanos han sido algo sistemático y minuciosamente programado. Un acercamiento realista a esta realidad deleznable y condenable para todo ser humano es la puesta en marcha de mecanismos de urgencia que la hagan desaparecer una vez por todas y que le devuelvan al pueblo saharaui su realidad: disfrutar de paz, democracia y libertad sobre su propio territorio. Una visión realista por parte de Marruecos es aceptar lo que todo el mundo sabe: el Sáhara Occidental no es marroquí y nunca lo ha sido.

En lo referente al espíritu de compromiso, la recomendación se convierte en un buen tirón de orejas a Marruecos que, como es bien sabido, no suele acatar sus compromisos internacionales, sin olvidar que lleva incumplidas más de setenta resoluciones de la ONU. El Frente Polisario hasta ahora ha cumplido todos sus compromisos con Marruecos y con la Comunidad Internacional.

La reacción del Majzén marroquí tras la publicación de la citada resolución ha sido una respuesta refleja y canallesca muy similar y en muchos aspectos mimética de la protagonizada por Hassán II tras el revés sufrido por la sentencia del Tribunal Internacional de Justicia el 16 de octubre de 1975. Esperemos que esta vez la Marcha Verde sea en sentido contrario, de vuelta a casa, y que la visión realista acompañe y asista al Majzén marroquí.

Larosi Haida, Agustín Millares Cantero, Sergio Ramírez Galindo, Manuel de Paz Sánchez y Carlos Ruiz Miguel son miembros del Grupo Interuniversitario de Opinión de Canarias.