La viuda del antiguo Presidente ruandés, asesinado en 1994 en Kigali en un atentado contra su avión, ha visto rechazada su solicitud de asilo por parte de las autoridades francesas. En su decisión, la Oficina Francesa de Protección a los Refugiados y Apátridas (OFPRA) considera que la esposa de Juvénal Habyarimana, cuya muerte el 6 […]
La viuda del antiguo Presidente ruandés, asesinado en 1994 en Kigali en un atentado contra su avión, ha visto rechazada su solicitud de asilo por parte de las autoridades francesas. En su decisión, la Oficina Francesa de Protección a los Refugiados y Apátridas (OFPRA) considera que la esposa de Juvénal Habyarimana, cuya muerte el 6 de abril de 1994 fue el desencadenante del genocidio en Ruanda, habría participado «como instigadora o cómplice» en el «crimen de genocidio». El jueves, el Gobierno ruandés juzgó el rechazo como insuficiente, y consideró que Francia debía «detener» a Agathe Habyarimana. Ésta dispone aún de varios recursos.
El 9 de abril de 1994, cuando se iniciaba en Ruanda el genocidio que asesinaría, según la ONU, a unos 800.000 tutsis y hutus opuestos al régimen de Habyarimana, las autoridades francesas evacuaron a París a Agathe Habyarimana, viuda del Presidente asesinado tres días antes, en un atentado contra su avión en el aeropuerto de Kigali. Diez años después, en julio de 2004, Agathe Habyarimana presentaba una solicitud de asilo ante la Oficina Francesa de Protección a Refugiados y Apátridas (OFPRA), el organismo público encargado de decidir en esta materia. Solicitud que, al final, según se ha sabido, la han rechazado el 4 de enero de 2006.
Para justificar el rechazo, la OFPRA, que celebró una audiencia con Agathe Habyarimana en septiembre de 2004, precisa, sobre todo, que la ex primera dama de Ruanda, de 64 años en la actualidad, tuvo un papel de representación al lado de su marido. Ahora bien, basándose en varios «testimonios», la Oficina afirma que, por el contrario, ella «puso en marcha su poder de influencia para imponer sus orientaciones u opciones en materia política».
Según OFPRA, el hermano de Agathe Habyarimana, Protais Zigiranyirazo, querellado ante el TPIR, «puso en marcha, con otros miembros de la familia, a escuadrones de la muerte». La Oficina añade que, durante su audiencia, la viuda del expresidente ruandés había «desmentido» la existencia de un genocidio en Ruanda, entre abril y julio de 1994, calificando los acontecimientos de simple guerra civil interétnica».
Además, apoyándose en numerosos documentos, la OFPRA considera que hay «razones serias» de pensar que la Sra. Habyarimana «participó como instigadora o (…) cómplice en la comisión del crimen de genocidio». En consecuencia, no cumple las condiciones, dice la Oficina, para obtener el derecho de asilo en territorio francés donde reside en la actualidad. Por el contrario, sus hijos, que la acompañaban en el momento de su salida de Kigali, ya se benefician del estatuto de refugiados políticos en Francia.
«Un verdadero acto de acusación».
Esta decisión, sin embargo, no constituye el epílogo judicial del asunto.
Agatha Habyarimana tiene que comparecer aún el 25 de enero, ante la Comisión de Recursos de los Refugiados (CRR), que tendrá que confirmar o invalidar el rechazo de la OFPRA. Si la CRR rechaza su recurso, dispone de la posibilidad de recurso de revisión ante el Consejo de Estado. El abogado de Agathe Habyarimana, Philippe Meilhac ha denunciado esta decisión como «verdadero acto de acusación», subrayando que su clienta no estaba querellada por el TPIR. Y añadió: «Estoy sorprendido que no haya decidido antes, teniendo en cuenta la severidad extrema de la decisión de la OFPRA».
De hecho, a la viuda del expresidente de Ruanda no se la ha perseguido nunca sobre el genocidio ruandés. Su nombre, sin embargo, se ha citado varias veces durante algunos procesos ante el TPIR. Ella habría jugado un papel esencial en el seno de la Akazu, facción extrema del poder, que gravitaba alrededor del clan del Presidente Habyarimana y que era una clase de red paralela, sospechosa de haber ordenado y planificado el genocidio. La Akazu, de la que negó la existencia durante su audiencia ante la OFPRA, está acusada de haber financiado la Radio de las Mil Colinas, que jugó el papel de catalizador del genocidio.
En enero de 2004, cuando faltaban unos meses para la conmemoración del 10º aniversario del genocidio en Ruanda, la presencia de Agathe Habyarimana en las celebraciones de la Organización Internacional de la Francofonía (OIF), en París, provocó una polémica y suscitó la «consternación» de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) y de la Liga de Derechos Humanos.
«Francia tiene que arrestarla».
El jueves, el Gobierno ruandés criticó con severidad la decisión de la OFPRA.
«No basta con rechazar el estatuto de refugiado para ella. Francia tiene que arrestarla pues figura entre los principales planificadores del genocidio, declaró a AFP el Ministro ruandés de Justicia, Tharsice Karugarama. ¿Por qué razón Francia ha esperado más de 12 años para tomar esa decisión? Todo el mundo se lo pregunta. Y, al final, ella se queda en Francia».
Las relaciones entre Francia y Ruanda se rompieron después de los mandamientos internacionales de arresto emitidos en noviembre de 2006 por el juez francés Jean-Louis Bruguière, contra personas del entorno del actual Presidente Paul Kagame, considerado por el Magistrado como el instigador del atentado contra el avión de Juvénal Habyarimana.
Aunque la investigación del juez francés señalaba al primer jefe, Paul Kagame no ha sido objeto de un mandamiento de arresto, en virtud de la jurisprudencia francesa que concede inmunidad judicial a los Jefes de Estado en ejercicio. Jean-Louis Bruguière, sin embargo, ha formulado una solicitud para que el Presidente ruandés sea perseguido ante el TPIR.