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Recta final hacia el 29-S: todos y todas a la Huelga General

Fuentes: En lucha

Entramos en la recta final de cara a la Huelga General (HG) del 29-S. Ésta será la primera HG desde el 20-J de 2002. En aquella ocasión gobernaba el PP con mayoría absoluta. La movilización consiguió retirar la mayoría del llamado ‘decretazo’. Un día de huelga y varias manifestaciones masivas fueron suficientes para derrotar al […]

Entramos en la recta final de cara a la Huelga General (HG) del 29-S. Ésta será la primera HG desde el 20-J de 2002. En aquella ocasión gobernaba el PP con mayoría absoluta. La movilización consiguió retirar la mayoría del llamado ‘decretazo’. Un día de huelga y varias manifestaciones masivas fueron suficientes para derrotar al gobierno de Aznar. En aquel momento, en plena burbuja inmobiliaria, Aznar vio importante no poner en peligro la espiral especuladora, con un conflicto de clases generalizado.

Hoy, en plena crisis económica, la situación es otra. Zapatero ha decidido aplicar un plan de reformas neoliberales, en el que el ‘tijeretazo’ aprobado en mayo y la reforma laboral presentada en junio y aprobada recientemente son sólo unos de los primeros pasos. El gobierno del PSOE ha decidido tomar partido por la banca y los llamados ‘mercados financieros’. Éstos le exigen que, después de endeudar al estado para sanear las cuentas de bancos y cajas, ahora reduzca los servicios sociales y desregule todavía más las relaciones laborales. A su vez, la UE, el FMI e incluso Obama avalan las primeras medidas y exigen mayores recortes.

Es decir, el Gobierno se encuentra totalmente comprometido con la ofensiva neoliberal que se está desarrollando a escala global. Se siente respaldado por los poderes fácticos locales y globales y, en consecuencia, no va a ceder fácilmente. Así pues, es necesario tener en perspectiva la necesidad de una movilización sostenida en el tiempo, es decir un calendario de movilizaciones. Calendario en el que el 29-S sea la primera gran cita.

El 29-S es una fecha tremendamente importante, dado que una huelga masiva significará que la clase trabajadora está dispuesta a defender sus conquistas y tiene esperanzas puestas en la lucha. Un éxito de la huelga general permitiría articular un plan de lucha a lo largo de curso 2010-2011.

Tenemos que aprender de la lucha contra la Ley de Educación Catalana, donde a pesar de haberse convocado cinco huelgas desde 2008, al no encontrarse las mismas encuadradas dentro de un calendario ha impedido, en gran medida, la existencia de una perspectiva de lucha y victoria clara dentro de la comunidad educativa. Cada vez que se convocaba una huelga había que empezar a movilizar prácticamente desde la nada y, además, en un ambiente donde cada vez se veía menos útil ir a la huelga un día aislado. Así pues, es necesario que el 29-S no sea principio y final a la vez.

Por otro lado, es totalmente necesario preparar muy bien el 29-S en los centros de trabajo, pero también convertirlo en una jornada donde las personas en paro forzoso, pensionistas, etc., puedan participar y llevar sus reivindicaciones.

En ciudades como Barcelona, Madrid y Sevilla han tenido lugar asambleas abiertas con la intención de atraer a gente más allá de los núcleos de activistas y permitir organizarse a parados/as, trabajadores/as de bares, tiendas, etc. La cita, como otras anteriores, sirvió para organizar acciones encaminadas a impulsar la huelga del día 29-S, favorecer la articulación de comités locales de huelga y, sobre todo, ofrecer un marco de participación y democracia directa a los trabajadores y trabajadoras de las respectivas ciudades.

Este trabajo de coordinación continuará antes y después del 29-S, condición sine qua non para dar una continuidad a las luchas. Ése es precisamente nuestro objetivo, además de asegurar el éxito de la convocatoria del 29-S.

Ante la presente ofensiva neoliberal, debemos seguir articulando unas reivindicaciones comunes que ofrezcan alternativas a los recortes gubernamentales. Esta estrategia debe ser no sectaria, es decir sin renunciar a las críticas es necesario que en la medida de los posible exista unidad de acción. Esta unidad incluye sin duda a CCOO y UGT, lo que no significa una unidad de planteamientos o de perspectivas.

Nuestro objetivo principal debe ser parar los recortes. Para ello, es necesario dar los pasos para articular un movimiento de masas contra los recortes, centrado en la clase trabajadora, que es la que tiene la capacidad de parar el sistema. Pero la clase entendida en sentido amplio, no sólo trabajadores de grandes centros, sino todas aquellas capas que hoy por hoy tienen casi imposible organizarse en el centro de trabajo, ya sea porque no trabajan, lo hacen eventualmente o se encuentran en posiciones muy vulnerables.

Para articular este movimiento necesitamos un calendario común, reivindicaciones comunes, organización a diferentes niveles y optimismo en las posibilidades de vencer.

Fuente: http://www.enlucha.org/?q=node/2321