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Reflexiones sobre «El tráfico de las mujeres» y el feminismo blanco

Fuentes: Rebelión

Tras leer el famosísimo trabajo de GayleRubin, «El tráfico de mujeres: Notas sobre la economía política del sexo» no pude evitar hacer algunas observaciones en contraste con las teorías decoloniales propuestas por Maria Lugones, en especial sobre la Colonialidad del género. A continuación haré unos breves señalamientos sobre algunos puntos que llamaron mi atención. GayleRubin, […]

Tras leer el famosísimo trabajo de GayleRubin, «El tráfico de mujeres: Notas sobre la economía política del sexo» no pude evitar hacer algunas observaciones en contraste con las teorías decoloniales propuestas por Maria Lugones, en especial sobre la Colonialidad del género. A continuación haré unos breves señalamientos sobre algunos puntos que llamaron mi atención.

GayleRubin, en su ensayo del tráfico de las mujeres hace un sondeo en distintas civilizaciones buscando encontrar las raíces del patriarcado y la opresión de las mujeres.Desde aquínace el sistema sexo/género que ella propone. Rubin observa esas experiencias bajo los lentes Marxistas, Engelianos, Freudianos y Levi-Straussianos para hacer su análisis.

De acuerdo a Rubin, el sistema sexo/género es «el conjunto de disposiciones por el que una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana, y en el cual se satisfacen esas necesidades humanas transformadas».A través del Marxismo se evidencia que el trabajo dómestico de las mujeres funciona como una base desde donde el capital extrae su plusvalía. También son las mujeres quienes reproducen al trabajador y así sostienen al capital. Aunque el Marxismo da muchas luces, GayleRubincontinúa indagando más a profundidad los orígenes del patriarcado en sociedades pre-capitalistas no europeas.Rubin demuestra una inconformidad con la mirada al sexo únicamente es su calidad material como proponía el Marxismo, sino que busca explorar más el producto social de estas relaciones(Engels) y encuentra conexiones entre las formas históricamente y culturalmente diversasen que las mujeres han sido traficadas por sus funciones biológicas reproductoras y arreglos sociales/culturales.Tras un extenso recorrido enla teoría freudiana, Gayle señala al psicoanálisis como cómplice en proveer un mecanismo científico que justifique la normalización de la heterosexualidad y que reafirme el «dimorfismo sexual» construido hasta entonces. Sin embargo, también reconoce valor de las contribuciones de Freud en traer el tema de la sexualidad en tema de debate y como posible instrumento para abrir un dialogo sobre las políticas de la economía basados en la heteronormatividad, la institucionalidad de la familia y la sexualidad de las mujeres.

Rubin en su ensayo sobre El trafico de Las mujeres, da con la siguiente conclusión:

«Personalmente, pienso que el movimiento feminista tiene que soñar con algo más que la eliminación de la opresión de las mujeres: tiene que soñar con la eliminación de las sexualidades y los papeles sexuales obligatorios.

El sueño que me parece más atractivo es el de una sociedad andrógina y sin género (aunque no sin sexo) , en que la anatomía sexual no tenga ninguna importancia para lo que uno es, lo que hace y con quién hace el amor.»

Para empezar mi análisis tras este recorrido a grandes rasgos del trabajo de GayleRubin, me permitiré utilizar la misma sana irreverencia con la que María Lugones comienza su trabajo en » Subjetividad esclava, colonialidad de género, marginalidad y opresiones múltiples»: No hay despatriarcalización sin descolonización que no sea racista.

GayleRubin es incapaz de concebir la opresión de las mujeres desde una concepción que no sea universalizadora sobre el sujeto mujer. El abordaje de Rubin sobre como la liberación sexual es un eje para combatir la opresión de las «mujeres», es completamente ciego a las dinámicas interseccionales ni a las estructuras coloniales que han determinado la racialización, el sexismo, la negación del ser y la jerarquización y re-organización del mundo. «Necesariamente los indios y negros no podían ser hombres y mujeres, sino seres sin género. En tanto bestias se los concebía como sexualmente dimórficos o ambiguos, sexualmente aberrantes y sin control, capaces de cualquier tarea y sufrimiento, sin saberes, del lado del mal en la dicotomía bien y mal, montados por el diablo. En tanto bestias, se los trató como totalmente accesibles sexualmente por el hombre y sexualmente peligrosos para la mujer. «Mujer» entonces apunta a europeas burguesas, reproductoras de la raza y el capital.»Afirmó Maria Lugones. El sistema sexo/género de Rubin sólo es aplicable a aquellos seres a quienes la colonia no les negó su sexualidad, aún si fuese solo en su forma heterosexuada.

Rubintampoco hace un cuestionamiento acerca de quien se habla cuando se habla de las «mujeres».En su búsqueda por los orígenesdel patriarcado, asume particularmente eso: que existe tal cosa como un «patriarcado»(Aunque ella se resista a usar ese término) que ha sometidoa todas las mujeres por igual. Este acercamiento no permite evidenciar las diferencias y las alianzas que las mujeres blancas burguesas tranzaron con los hombres blancos para subyugar a aquellxs «otrxs», ni la colonialidad moderna que aun opera hoy.

Otra observación sobre el abordaje de Rubin sobre «el génesis del patriarcado» es el rastreo históricoque ella hace. Aunque hace un esfuerzo por nombrar ejemplos de sociedades no Europeas, aún esto no responde al desafío de contrarrestar la linealidad eurocéntrica de la historia de la ¨humanidad» y responde al relato de la modernidad. Esto es a lo que Enrique Dusselllamaria el ¨Paradigma Eurocentrico».

Como conclusión, podría decir que el feminismo «blanco» tiene aún muchos abismos epistemológicos centristas y hegemónicos dados particularmente por su posición de privilegio. Estos abismos vienen desde lo que DonnaHaraway nombraría como conocimiento situado. Un feminismo nacido desde la mirada periférica -desde las mujeres afrodescendientes, indígenas, pobres, etc.- producirán conocimiento que no responderá a la misma lógica del «amo» por su condición de sujetos epistémicos privilegiados.

Bibliografia

· Lugones, María (2008) «Colonialidad y género». Tábula Rasa, Nº9, Pp 73-101

· Lugones, María (2010) «Hacia un feminismo descolonial». Hypatia. Vol. 25 Nº4

· Enrique Dussel – Europa, modernidad y eurocentrismo.enriquedussel .com/txt/1993-236a.pdf

· Rubin, Gayle (1998). «El tráfico de mujeres: notas sobre la «economía política» del sexo, en Marysa Navarro y Catharine R. Stimpson (compiladoras) ¿Qué son los estudios de mujeres?, México: Fondo de Cultura Económica, pp.15-74.

· Sandoval, Chela (2004). «Nuevas ciencias. Feminismo cyborg y metodología de los oprimidos» en Otras inapropiables. Traficantes de Sueños. Madrid. Pp. 81-106. Disponible en: http://doctoradosociales.com.ar/wp-content/uploads/otrasinapropiables.pdf.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.