Ganó Obama: la progresía mundial está de fiesta. Para los que pensamos que el Tío Sam -sea del color que sea y del partido que sea- siempre será el Tío Sam, es una mala noticia. Sí: somos los que queremos ver al lobo con su propia piel, no con la de un cordero; Sí: somos […]
Ganó Obama: la progresía mundial está de fiesta.
Para los que pensamos que el Tío Sam -sea del color que sea y del partido que sea- siempre será el Tío Sam, es una mala noticia.
Sí: somos los que queremos ver al lobo con su propia piel, no con la de un cordero;
Sí: somos los que consideramos que Bush Jr. ha sido el máximo potenciador de la rebelión a nivel mundial de las últimas décadas;
Sí: somos los que queremos que el Presidente del Imperio sea tan flagrantemente deplorable como los principios y políticas que representa;
Sí: somos los que queremos que nuestro enemigo venga de frente y hable a las claras (y cuanto más torpe y cómicamente lo haga, mejor);
Sí: somos los que pensamos que un negro, en cuanto llega a Presidente de los Estados Unidos de América… deja de ser negro, pues ambas condiciones son tan incompatibles, tan incongruentes, como un rabino en el papel de Fürehr del III Reich;
Sí: somos los que pensamos que «cuanto peor, mejor», pues no aspiramos a una reforma, sino a una ruptura;
Sí: somos los que pensamos que debe llegar el día en que las elecciones presidenciales de EEUU deben acaparar tanta atención mediática mundial como las que se celebren en Honduras;
Sí: somos los conspiranoicos convencidos de que, cuando un aislado Tío Sam se sale del papel que le corresponde, es inmediatamente borrado del mapa: física (JFK) o políticamente (Jimmy Carter).
Podemos entender que desde Cuba y Venezuela, por razones de Estado, diplomáticas, de coherencia discursiva o sencillamente de supervivencia, se dé apoyo -genial y lúcidamente condicionado, eso sí- al nuevo y flamante inquilino de la White (¡¡¡»WHITE»!!!) House…
…pero alegrarnos o albergar esperanzas desde la «izquierda» mundial por tal supuesto «cambio»…
…resulta tan obscenamente rendicionista como si nos alegráramos de que un inmigrante marroquí fuera elegido Presidente de la CEOE.
Un buen McCain, con una buena Palin, que tengan como referente y asesor a un buen George W. Bush: ¡¡¡eso precisamente es lo que necesitamos para que este sistema global contra el cual se supone que luchamos se hunda frenéticamente en sus propias miserias!