Peleando por capturar la primaria de Florida el próximo jueves y retomar su impulso en la carrera por la nominación republicana, Mitt Romney cortejó ayer a la crucial comunidad latina del estado, mientras al mismo tiempo acusaba a Newt Gingrich, su principal rival, de malinterpretar su posición sobre la inmigración. Después de llamar «repulsiva» a […]
Peleando por capturar la primaria de Florida el próximo jueves y retomar su impulso en la carrera por la nominación republicana, Mitt Romney cortejó ayer a la crucial comunidad latina del estado, mientras al mismo tiempo acusaba a Newt Gingrich, su principal rival, de malinterpretar su posición sobre la inmigración. Después de llamar «repulsiva» a una propaganda de Gingrich en la cual lo atacaba sobre el tema de inmigración durante un debate en Jacksonville el jueves, Romney partió ayer para una gira, primero a dar una conferencia a los líderes latinos en Miami y luego a Orlando, un área con concentración de hispánicos.
Ambos rivales saben que la victoria aquí consiste en atraer a los hispánicos, quienes conforman el diez por ciento de los probables votantes republicanos. Entre ellos, los cubano-estadounidenses son el grupo más grande, seguido por los puertorriqueños. Los republicanos habían apartado a los hispánicos con su retórica sobre la inmigración ilegal y la frontera mexicana. En un discurso en la Asociación de Constructores Latinos, también en Miami, Gingrich evitó toda mención a su rival y se enfocó en el problema habitacional del estado: «A la larga, la respuesta a la crisis habitacional es darle trabajo a la gente», le dijo Gingrich a la asociación, prometiendo recortar regulaciones e impuestos.
La lucha por la nominación de Romney en 2008 fracasó después de Florida, cuando John McCain ganó con el desproporcionado apoyo de los hispanos. Esta vez puede ser el turno de Romney. Una encuesta realizada por Latino Decisions la semana pasada lo mostraba con una ventaja sobre Gingrich del 49 por ciento contra el 23 por ciento entre los republicanos latinos.
Mientras, ya fue apoyado por un montón de prominentes republicanos en el estado. El gobernador de Puerto Rico, Luis Fortuno, debía aparecer con Romney en la manifestación de Orlando de anoche.
La aparente ventaja de Romney puede explicar la postura agresiva que tomó Gingrich, quien en el debate en diciembre señaló una posición más moderada respecto de permitirle quedarse a los inmigrantes ilegales que hayan estado durante 25 años en el país. Su spot de radio, que marcaba a Romney cono el más «antiinmigrante» de los candidatos republicanos, fue bajado después de las quejas de un senador, Marco Rubio, quien es cubano-estadounidense.
«Es inexcusable», dijo Romney del comercial de la radio en el debate del jueves, agregando que sólo se oponía a la inmigración ilegal. «No soy antiinmigrante. Mi padre nació en México. La idea de que soy antiinmigrante es repulsiva. No usé un término así.» Pero en un comercial suyo se habían referido al español como «lenguaje de gueto».
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère.