Con motivo del 24 aniversario del comienzo del genocidio tutsi de Ruanda, otro libro ha salido a la venta, pero esta vez bajo la firma de una periodista canadiense: Judi Rever. El libro se titula In Praise of Blood: The Crimes of the Rwandan Patriotic Front Front («En alabanza a la sangre: los crímenes de […]
Con motivo del 24 aniversario del comienzo del genocidio tutsi de Ruanda, otro libro ha salido a la venta, pero esta vez bajo la firma de una periodista canadiense: Judi Rever. El libro se titula In Praise of Blood: The Crimes of the Rwandan Patriotic Front Front («En alabanza a la sangre: los crímenes de guerra del FPR») y ha sido publicado por la editorial canadiense Random House Canada [1].
Judi Rever es una periodista freelance que ha trabajado para agencias de noticias francesas como Radio France Internationale o Agence France-Presse y para el diario canadiense anglófono The Globe and Mail. La periodista ha publicado sus experiencias en varios medios de comunicación desde que, en 1996, descubrió la región africana de los Grandes Lagos a través del infierno que sufrieron los refugiados de guerra perseguidos por tropas ruandesas y ugandesas en la selva de Zaire (actual República Democrática del Congo). En ese momento, la canadiense se dio cuenta de que la idea, generalmente aceptada desde hacía ya diez años (la existencia de unos «buenos» y unos «malos» en la abominable historia de esta región), necesitaba actualizar no solo sus matices, sino también y sobre todo, tenía que ser analizada en base a los principios de honestidad y de lógica intelectuales que deben orientar cualquier investigación. Rever ha trabajado durante veinte años en un libro que acaba de salir a la venta en edición inglesa.
En esta obra, la autora narra su recorrido de país en país y de hallazgo en hallazgo. Relata cómo encontró, preguntó y escuchó a cada vez más testigos, supervivientes y personas de todas las partes (o casi todas). Rever afirma tener acceso a documentos confidenciales, entre otros filtraciones del Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR). Poco a poco, se declara convencida de que existe una historia tapadera de estos últimos treinta años de guerras entre Uganda, Ruanda y la República Democrática del Congo. Aborda esta historia a partir del planteamiento de las 5W+H: What? (¿Qué?), Who? (¿Quién?), Where? (¿Dónde?), When? (¿Cuándo?), Why? (¿Por qué?) + How? (¿Cómo?). A estas preguntas, la autora ofrece unas respuestas coherentes, completas y lo más precisas posibles que convergen, todas ellas, en Paul Kagame: su clan, su estirpe, su primer círculo, su ejército, sus aliados y sus apoyos.[2]
Así, Judi Rever pone en cuestión, desde una perspectiva cada vez más crítica, la prensa mayoritaria y los informes sesgados por los «expertos». Estos presentan, por un lado, a los malos: el Gobierno ruandés de genocidas; y por el otro, ensalzan a los buenos: el Frente Patriótico Ruandés (FPR) de Paul Kagame al que el pueblo ruandés pidió ayuda y que liberó, a costa de la sangre de su propia gente, a todos los ruandeses de su cruel tirano y puso fin al largo genocidio.
La periodista pone de relieve una impostura cuyas dimensiones sobrepasan cualquier lógica. Aunque no niega el genocidio tutsi de Ruanda, sostiene que antes (crímenes contra la paz), durante (crímenes de guerra) y después (masacre de los hutu) del genocidio, Paul Kagame fue el responsable y culpable de numerosos asesinatos, entre los cuales, algunos son claramente crímenes contra la humanidad. Así, a partir del conjunto de hechos destacados para presentar los crímenes del FPR, llega a la misma conclusión a la que otros llegaron hace mucho tiempo y que sus investigaciones y experiencias le ratifican. Rever afirma que si resulta que el FPR fue quien estuvo detrás del asesinato del presidente hutu Habyarimana, debe estudiarse de nuevo la historia del genocidio. En este sentido, su revisionismo está a la altura del de la jurista suiza Carla Del Ponte. En cuanto a la culpabilidad de Paul Kagame en el atentado contra el avión presidencial el 6 de abril de 1994, Rever podría haber mencionado las respuestas del propio Kagame a las preguntas del periodista británico Stephen Sackur en el programa de la BBC HARDTalk [3] («Y si hubiera sido él [el presidente Jubenal Habyarimana de Ruanda] quien me hubiera asesinado a mí, ¿este mismo juez [el juez Bruguière de Francia] le habría acusado de matarme?» La confesión está implícita).
En lo que concierne a la exterminación de los refugiados en los bosques de Zaire, la periodista utiliza las palabras de un ilustre abogado de la Fiscalía del TPIR, Douglas Marks Moore. Este destaca la existencia de «dos genocidios diferentes»[4]: uno pequeño y otro grande, uno conocido y otro desconocido. Así, su planteamiento se acerca al de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la sudafricana Navanethem Pillay, en el informe de las Naciones Unidas Mapping Report de 2009-2010.
En la conclusión de los 15 capítulos y 225 páginas, Rever cita los métodos que emplearon los nazis de las SS en la Unión de Repúblicas Soviéticas (URSS) entre 1940 y 1941, en la llamada Operación Barbarroja, ante las actuaciones del FPR «detrás» del frente durante el genocidio. Se une así a quienes desde 1990 han descrito a los miembros del FPR como «jemeres negros» [5], así como a los escritos y declaraciones de André Vltchek, Susan Thomson, Phil Taylor, Helmut Strizek, Albanel Simpemuka, John Pilger, Andy Piascik y Kayumba Nyamwasa, entre otros. Rever hace referencia a René Lemarchand cuando especifica que es necesario decir la verdad sobre todos los temas y que la intensificación del horror no se debe a la actitud de tan solo una de las partes. La espiral de violencia es un proceso dinámico con un comienzo y en el que las retroalimentaciones crean caos. El genocidio no se define por el número de víctimas, sino por el acto en sí mismo.
Durante sus 20 años de investigación, tuvo que enfrentarse a las peores amenazas allá donde iba [6]. En este sentido, ha sido la víctima de lo que otros muchos actores (abogados [7], testigos, periodistas y demás) implicados en investigaciones, interrogatorios y juicios han sufrido hasta su «abandono» por «impulso básico», por «instinto de supervivencia» [8]. Sin embargo, para ella los hechos son tenaces y ella lo es aún más. Tanto que ha mantenido, contra todo pronóstico, el rumbo que se marcó. «Cuenta todo lo sucedido, da todos los nombres», podría ser su lema contra la desinformación y la propaganda.
Trataré de ofrecer otros puntos de vista sobre esta obra en este documento si todavía tengo la fuerza, la salud y el tiempo y si este primero pasa los requisitos de la comunidad de moderadores de la página web.
(Continuará)
Notas:
[3] https://www.blackagendareport.com/crime-turned-central-africa-vast-killing-ground
The Crime That Turned Central Africa Into a Vast Killing Ground
[4] Y no de un doble genocidio.
[5] Diferencias entre Pol Pot y Paul Kagame. Para Pol Pot = China comunista + 22 años de poder + alrededor de 1,5 millones de muertes + éxodo urbano al campo, pero sin invadir a sus vecinos. Para Paul Kagame = el conglomerado anglo-belga-canadiense-estadounidense (en orden alfabético) + 23 años de poder (hasta la fecha) + la reagrupación en aldeas de los campesinos hutu + entre 6 y 7 millones de muertes directas e indirectas aproximadamente en Ruanda y Zaire + las 2 invasiones del Zaire. Sin embargo, «la comparación-conclusión» de la época, aunque se queda corta, parece haber sido más que premonitoria.
[6] Canadá, República Democrática del Congo, Bélgica, Italia, Tanzania.
[7] Jean Flamme: «Vi en Arusha a abogados, decididos a hacer su trabajo hasta el final, rodeados de guardaespaldas».
[8] Andrew McCarten (†), JwaniMwaikusa (†), Me Gakwaya, etc.
Fuente original: Agora Vox. Le média citoyen
Traducido para Umoya por Leticia Herrero Vicente y María Martín-Luquero Rodríguez (USAL).
Fuente: https://umoya.org/2018/05/21/ruanda-paul-kagame-y-judi-rever-12/