El pasado 10 de diciembre, día internacional de los derechos humanos, el Instituto Hegoa de la UPV/EHU y Euskal Fondoa presentaron en Donostia el Oasis de la Memoria . Se trata de un informe que recoge el trabajo de más de año y medio de recopilación de datos y de testimonios sobre la sistemática violencia […]
El pasado 10 de diciembre, día internacional de los derechos humanos, el Instituto Hegoa de la UPV/EHU y Euskal Fondoa presentaron en Donostia el Oasis de la Memoria . Se trata de un informe que recoge el trabajo de más de año y medio de recopilación de datos y de testimonios sobre la sistemática violencia ejercida por el Reino de Marruecos sobre el pueblo saharaui durante casi cuatro décadas.
El valor del documento reside en tres aspectos fundamentales: el primero es el período cubierto por el Informe, que parte desde el bombardeo de Um Dreiga en 1976 -que obligó a la población huida al desierto a internarse definitivamente en Argelia- y llega hasta el bombardeo de Gdem Izik, en noviembre de 2010. Por tanto, es un recorrido histórico completo, algo que nunca se había hecho hasta el momento.
El segundo aspecto que debe resaltarse es la cantidad y la calidad de los testimonios obtenidos -más de 260-, tanto en los campamentos en Argelia como en las complejas condiciones del Sahara Occidental ocupado. Este alto número permite constatar los muy variados tipos de conculcación de derechos humanos perpetrados por Marruecos. Así, en Informe se denuncian bombardeos, asesinatos, torturas, violencia sexual, pillajes, desplazamientos forzados, detenciones arbitrarias, etc.
En este sentido se explicita la voluntad de Marruecos por ejercer la mayor violencia posible sobre las mujeres y hombres saharauis, con el ánimo de ahogar sus legítimos derechos de justicia y autodeterminación. También se explicita que esta estrategia, aunque varió, sigue vigente aún después del alto el fuego de 1991.
Por último, el tercer aspecto significativo es que el Oasis de la Memoria está elaborado según los estándares internacionales de este tipo de documentos, y por tanto puede y debe ser utilizada como herramienta política y jurídica para denunciar lo que ya se sabía pero no se había sistematizado, así como para situar este conflicto olvidado en el centro de la agenda internacional, sacándolo del olvido cómplice en el que se encuentra en la actualidad.
Porque precisamente si este documento tiene un gran valor es el de reconocer que el conflicto entre Marruecos y Sahara es uno de los procesos de descolonización no resueltos -como el palestino, por ejemplo-. A su vez, el Oasis de la memoria demuestra el uso sistemático de violencia con total impunidad, y en base a unas enormes asimetrías de poder entre perpetradores y víctimas.
De esta manera, y ante las pruebas presentadas por el Informe, los países y estamentos que permiten esa impunidad, así como los que no asumen sus responsabilidades históricas, deberán retratarse.
¿Qué dirá el Reino de España, constatándose la violencia ejercida por Marruecos frente a una población que abandonó a su suerte hace 37 años, frente a un poderoso país sediento de los recursos naturales saharauis? ¿No debería asumir su responsabilidad como fuerza colonizadora inicial y ofrecer una salida democrática a las legítimas aspiraciones saharauis?
¿Qué dirán Francia y Estados Unidos, aliados históricos de Marruecos, ante las evidencias presentadas por el Informe, que por ejemplo sitúan el ratio de población desaparecida más alto respecto a cualquier conflicto -por encima del 2 por 1.000-, o que ha ensayado formas nuevas de horror, como por ejemplo las personas detenidas-desaparecidas por más de 15 años? ¿Qué dirá la comunidad Internacional, en general, ante la imagen en el espejo que les devuelve este Informe?
Es momento de una solución democrática. Es momento de una implicación decidida de la comunidad internacional en la resolución del conflicto. Es momento de un reconocimiento del dolor infligido. Es momento de la verdad, de la justicia, y de la reparación. Es tiempo, también, de la dignidad de las víctimas. Y es tiempo, sobre todo, de la dignidad de un pueblo luchador que nunca hinca la rodilla. ¡Autodeterminación para el Sahara, ya!
Gonzalo Fernández Ortiz de Zárate es miembro de la Mesa Internacionalista de Alternatiba
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