Introducción
El Sáhara Occidental es un territorio de 266.000 km² localizado en la costa atlántica, es fronterizo con Marruecos, Mauritania y Argelia. Fue una colonia española desde la repartición de África por los europeos en la Conferencia de Berlín de 1884.
Como todos los pueblos africanos, el pueblo saharaui comenzó su lucha por la libertad a finales de los años sesenta, con la creación del Movimiento Nacional de Liberación Saharaui. Un movimiento político pacífico que buscó llegar a un acuerdo con el Dictador Franco, para que, durante un período de tiempo limitado, nos proporcionase nuestra libertad e independencia. La respuesta fue la represión política y la violenta masacre de una gran manifestación del pueblo saharaui el 17 de junio de 1970, por las fueras militares españolas.
España buscó hacer de nuestro país su provincia número 53, por dos motivos: las riquezas que descubrieron y como base de seguridad para las Islas Canarias.
Esta situación radicalizó el pensamiento saharaui. Al ver que la potencia colonial no quería negociar el futuro de nuestra nación, esto llevó a la fundación del movimiento saharaui denominado Frente POLISARIO, el 10 de mayo de 1973, que asumió el camino de la lucha armada. A pesar de ello, declaró a estar dispuesto a negociar y deponer las armas cuando España aceptase las negociaciones.
Cuando España acordó negociar, a finales de 1975, entraron otros actores contra el pueblo saharaui: Marruecos, Mauritania, y tras ellos, Francia y los Estados Unidos.
Francia no tenía interés en la existencia de un Estado nacionalista de lengua española en el Norte de África. Fue así que maniobraron para eliminar a nuestro pueblo.
Esto forzó a la España de Franco2 a alinearse a los intereses marroquíes y mauritanos, apoyados entonces por Francia y por los Estados Unidos. De esta manera, el vergonzoso acuerdo tripartita fue firmado el 14 de noviembre de 1975, a través del cual vuelve la aplicación de la teoría de la división de África de 1884, pero esta vez, solamente entre tres países: España, Marruecos y Mauritania. De esa forma, nuestro país y nuestro pueblo quedaron divididos en dos por estas potencias extranjeras. La parte Norte quedó para Marruecos, la Sur para Mauritania y España, además de los beneficios económicos de la parte más rica del país.
Aquí, el Derecho Internacional, las resoluciones de la ONU, la Carta de la Unidad Africana y los Derechos Humanos fueron puestas de lado por los invasores y por sus Guardianes Occidentales.
El Consejo de Seguridad de la ONU (Resolución 380/1975) condenó la invasión marroquí e instó a “Marruecos a retirar inmediatamente del territorio del Sáhara Occidental a todos los participantes en la marcha invasora, principalmente marroquíes”. Sin embargo, la decisión de la ONU fue un escrito sin eficacia, como vivimos hoy, a pesar de la aplicación del Derecho Internacional Humanitario y de los Derechos Humanos a la situación.
La población saharaui, que no murió en la fuga, se instaló en la zona de Tindouf (territorio argelino), sitio donde todavía hoy se encuentran los campos de refugiados saharauis.
Esta situación obligó al pueblo saharaui a seguir la lucha armada contra los dos nuevos invasores, Marruecos al norte y Mauritania al sur. Esta invasión desencadenó contra Marruecos y Mauritania una guerra de 16 años, conducida por el Frente POLISARIO – un movimiento de liberación fundado en 1973, que luchó primero contra España por la descolonización del territorio, y fue reconocido por la ONU como único representante del pueblo saharaui en mayo de 1975.
En 1979, se consiguió la retirada de Mauritania del campo de batalla, se firmó la paz y fue devuelto parte del territorio. Hoy tenemos relaciones diplomáticas con nivel de respeto a nuestra soberanía, abandonando aquella agresión a nuestro país.
En vez de eso, el reino de Marruecos inició la invasión de nuestras tierras con una marcha llamada Verde, con más de 350.000 civiles marroquíes en el lado norte y la invasión militar en el lado nordeste. Con eso, consiguió hacer que los medios de comunicación se interesasen más por la masa popular y así, su ejército persiguió a los saharauis por el desierto con armas pesadas y bombas, incluso de NAPALM y de fragmentación, ambas prohibidas internacionalmente. Esa fue una masacre perpetrada por el reino de Marruecos poco conocida por los medios de comunicación occidentales.
Marruecos continuó con la ocupación de gran parte de nuestro territorio. Para eso, construyó un gran muro, de cerca de 2.700 kilómetros, con más de 8 millones de minas y cerca de 150 mil soldados fuertemente armados. Los marroquíes convirtieron la parte ocupada en una fortificación periodísticamente impenetrable, en un área de amplias violaciones de derechos, agravado por el Muro de la Vergüenza, uno de los más largos del mundo y, paradójicamente, uno de los menos visibles en los grandes medios de comunicación, que divide al país y a nuestro pueblo en dos partes.
El 27 de febrero de 1976, el último soldado español dejó el territorio y el Frente POLISARIO rellenó el vacío jurídico que España dejó, con la Proclamación de la República Árabe Saharaui Democrática – RASD, hoy reconocida por más de 84 países en el mundo y país miembro fundador de la Unión Africana.
Después de 16 años de guerra, el rey de Marruecos aceptó las negociaciones y la autodeterminación del pueblo saharaui, garantizada por el Derecho Internacional. Así, entró en vigor un plan de paz respaldado y ejecutado por la ONU y firmado por ambas partes en 1991. De este acuerdo se destacan dos puntos: el cese al fuego y la aplicación de la Resolución 1.514 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, del 14 de diciembre de 1960. Fue creada la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO).
Infelizmente, el nuevo rey de Marruecos cambia de idea y comienza a dificultar todo lo que fue acordado con el Frente POLISARIO. Frente a eso, la ONU quedó paralizada, sin fuerzas para presionar, ya que Marruecos tiene un aliado que lo defiende en el Consejo de Seguridad – Francia, país que hasta votó contra el monitoreo de los derechos humanos en el Sáhara Occidental. Infelizmente la MINURSO continúa siendo la única misión de las Naciones Unidas en el mundo que no tiene mandato para monitorear las violaciones de los derechos humanos en esa región.
La situación de los derechos humanos
Desde el inicio de la invasión de nuestro país, se inició una amplia persecución y violencia contra la población saharaui. Los que huyeron fueron perseguidos por batallones y aviones, causando la muerte de millares de mujeres, niños y ancianos. Aquellos que no pudieron salir del territorio invadido, están en las manos de la Majzen, la Gestapo marroquí. Más de 650 personas están desaparecidas, hay centenas de prisioneros, semidesaparecidos, torturas en las calles, desempleo, etc.
La situación de agravación de los derechos humanos en las prisiones está documentada por muchas organizaciones internacionales, tales como: el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, los mecanismos de la Unidad Africana, Human Right Watch, Amnistía Internacional, la Asociación Americana de Juristas, Adala UK, Global Human Rights Defense, Terre des hommes, Campaña del Sáhara Occidental, Asociación para el Monitoreo de los Recursos y la Protección del Ambiente en el Sáhara Occidental (AREN), Observatorio de los Derechos Humanos y Empresas del Mediterráneo (ODHE), entre otros.
Vuelta a las armas
Durante 30 años sin guerra o paz, los saharauis continúan esperando que el Consejo de Seguridad y la Asamblea General, así como el Secretario General de la ONU, muevan fichas y tomen iniciativas para presionar a la parte que obstruye la posibilidad de un acuerdo de paz, algo que no puede ser hecho debido a las potencias defensoras de Marruecos, nótese los Emiratos Árabes Unidos, España y Francia.
Ante esta situación, a los saharauis sólo les restaba un camino, la decisión de volver a alzarse en armas en busca de la libertad y regresar a su tierra. Así, el día 13 de noviembre de 2020, infelizmente, las armas volvieron a hacer parte del conflicto.
El Gobierno saharaui y el Frente POLISARIO, consternados por la inoperancia y sumisión de la Comunidad Internacional, decidieron utilizar todos los medios legales para la liberación y la independencia del pueblo saharaui.
Conclusión
La República saharaui ya es una realidad global irreversible, debido a varios factores, entre los cuales se mencionan:
– Es miembro fundador de la Unión Africana (UA), en la cual tiene asiento al lado del reino de Marruecos, en condiciones iguales, en la misma categoría. Para regresar a la UA, Marruecos necesitada la firma del presidente saharaui.
– Reconocimientos diplomáticos de más de 84 países. Algunos, debido al trabajo sucio del gobierno marroquí, congelaron la relación. Pero al abrigo del Derecho Internacional los reconocimientos son irreversibles.
– La existencia de un acuerdo bilateral entre el Frente POLISARIO y el reino de Marruecos, aprobado por el Consejo de Seguridad, por la Asamblea General y por la Unión Africana desde 1991.
– Hubo varias reuniones bilaterales bajo el auspicio de las Naciones Unidas. Marruecos acepta, pero a la vuelta, infelizmente, niega todo y mantiene la agresión militar y la ocupación de nuestro territorio.
– Desde 1963, importantes organismos internacionales reconocen y apoyan el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y a la independencia (cientos de resoluciones).
– Para las Naciones Unidas y la Unión Africana, España continúa siendo la potencia administradora de iure y Marruecos es la potencia ocupante, aunque ocupe apenas una parte.
– Los tribunales de la Haya, el departamento jurídico de la ONU, el Tribunal General de Justicia Europea y el Tribunal Africano de Justicia reconocen el derecho y la razón que tiene el pueblo saharaui, tanto a su soberanía como al gozo de sus riquezas. El Norte de África, especialmente el pueblo saharaui, necesita de defensores de la justicia para el establecimiento de la paz, en conformidad con el derecho internacional.
Nota:
(2) Franco muere el 20 de noviembre de 1975, después de los acontecimientos que narra el autor (N/T)
Artículo extraído de Rede Estação Democracia (RED) de Brasil.