«Los alejados suspiran por volver en nostalgias y lagrimas a lo que reconocen como perdida sustraída. Va algo de dentro, aunque queramos esconderlo y ocultarlo en prisas. La madre siempre es tierra, el vientre donde te meces y creces. El sueño donde imaginas descansar de la vida.» Turónvalle ¿Qué salida hay para un pueblo que […]
«Los alejados suspiran por volver en nostalgias y lagrimas a lo que reconocen como perdida sustraída. Va algo de dentro, aunque queramos esconderlo y ocultarlo en prisas. La madre siempre es tierra, el vientre donde te meces y creces. El sueño donde imaginas descansar de la vida.» Turónvalle
¿Qué salida hay para un pueblo que quiere vivir y morir en su tierra? Solo el silencio ante los dictados de la política internacional y sus intereses económicos puede seguir haciendo «maquiavelismos» con esto. Para nosotros la respuesta es clara, los saharauis son los únicos dueños de su destino y futuro, en su país, pensar otra cosa sería lo que esa misma «diplomacia internacional» llama intrusión.
«Los saharauis defenderán sus legítimos derechos nacionales con todos los medios a su disposición, incluida la reanudación de la lucha armada», afirma Abdelaziz en estos días en los que se ha marchado contra el muro de separación marroquí y se conmemora el 32 aniversario del levantamiento del Frente POLISARIO. Levantamiento en armas contra una colonización que dejó a un pueblo empobrecido en manos de dos ejércitos extranjeros, abandonados a su suerte. Pocas salidas están quedando para salir de este conflicto. La única salida real sigue siendo que toda la comunidad internacional asuma lo que a día de hoy es un fracaso más de la ONU: la organización de un referéndum de autodeterminación que permita al pueblo saharaui ejercer lo que es su derecho, decidir. En su día esto también lo reconoció Marruecos ante la comunidad internacional. ¿Por qué no se cumple? Frente a la honestidad y transparencia de los saharauis, están todas las trampas de Marruecos, con el apoyo de Estados Unidos y Francia, dos países que tienen una gran responsabilidad en la situación actual. Repetimos, solo la reanudación de los acuerdos aceptados por las partes y apoyados en su día por la comunidad internacional son la única puerta que queda abierta: el referéndum. La ONU y su Consejo de Seguridad, no pueden lavarse las manos (¿?) cuando ellos mismos reconocen la ilegalidad de la ocupación marroquí.
Por otro lado, la postura española, no puede ser tan ambigua como para querer gustar a todos. Zapatero, una cosa es el talante y otra no mojarse y rehuir la responsabilidad histórica que tiene que asumir España, ante tamaña chapuza descolonizadora: el gobierno apoya al dictador y tirano marroquí, despreciando e ignorando la situación del pueblo marroquí oprimido, tanto allí como aquí en España, manda «caridad» a Tinduf, y se abstiene en el Consejo de Seguridad, mucha tolerancia y apoyo al dictador Mohamed VI y mucho oscurantismo hacia los saharauis.
Si las armas vuelven a sonar, los responsables de que desgraciadamente corra la sangre de nuevo, serán los que en todos estos años, no han jugado limpio, ni han aplicado lo que era de JUSTICIA, con mayúsculas. El fracaso de la ONU, es más que evidente. El egoísmo colonial e imperialista de Francia y Estados Unidos, queda claro en cada día que se mantiene esta situación. La hipocresía de los gobiernos de turno de España se puede resumir en esta frase dicha en los campamentos de refugiados: «Sabemos que vuestra experiencia es la de haber recibido muchas promesas nunca cumplidas; yo quiero, por consiguiente, no prometeros algo, sino comprometerme con la Historia: nuestro partido estará con vosotros hasta la victoria final». Lo decía Felipe González en 1976, hoy en 2005, con gobierno del PSOE, las palabras siguen igual, puede que en la aridez del desierto se las lleve con facilidad el viento.
Mientras, en los campos de refugiados en Argelia, hay una población, que sigue con el sueño de volver a su tierra, sobreviviendo a las calamidades de un lugar inhóspito, manteniéndose gracias a la ayuda y solidaridad de miles de organizaciones y pueblos, que siguen apoyando al Frente POLISARIO, al pueblo saharaui. Los saharauis son un pueblo que han decidido escribir su propia historia.