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¿Salvamos el Congo o no? Vayamos con calma

Fuentes: Black agenda report

Traducido del inglés para Rebelión por Mariola y Jesús María García Pedrajas

La región más rica en recursos de África también «sufre un menor control económico y sociopolítico sobre sus ‘riquezas’ que cualquier otra parte de África.» Cincuenta años después de su independencia nominal, la República Democrática del Congo -donde han muerto cinco millones y medio de personas en los últimos quince años- sigue siendo una víctima de «las maquinaciones políticas y económicas extranjeras que hacen imposible un progreso pacífico en el Congo.»

«¿Por qué, si hay una campaña Save Darfur, no hay una campaña Save Congo?»

El 30 de junio marca el 50 aniversario de la independencia de la República Democrática del Congo, pero no todo el mundo está de celebración. La RDC, como se conoce comúnmente, es una de las regiones más ricas del continente africano. Pero el control local de sus recursos es muy escaso, incluso para los estándares africanos. La seguridad y la soberanía que deberían dar 50 años de independencia no cuadra mucho con la realidad del Congo actual, con un conflicto por el control de los recursos que dura catorce años, y que se ha podido cobrar la vida de seis millones de personas y miles de mujeres violadas.

El llamado «genocidio» de Darfur palidece en comparación con la situación del Congo, pero no hace falta decir que el tratamiento que se le da es el opuesto. El 2 de junio, el cuerpo de Floribert Chebeya, un importante líder de los derechos humanos en la RDC, fue encontrado atado en el asiento trasero de su coche. Chebeya murió por «causas desconocidas» después de haber sido citado para encontrarse con el jefe de la fuerza de policía nacional en Kinshasa la tarde anterior. Multitud de congoleños están exigiendo una investigación independiente sobre el asesinato, pero no están recibiendo una respuesta contundente y proporcional por parte de la «comunidad internacional» a sus demandas, éste es un termino usado a menudo para referirse a los gobiernos occidentales y a aquéllos que están es su esfera de influencia.

Sólo la ceguera deliberada de los que abogan por la justicia social puede evitar ver la conexión entre la situación actual de África en general y del Congo en particular y el imperialismo por el otro lado. Éstos son los mismos que, sin embargo, dicen que están trabajando por los intereses de los congoleños pero que insisten en adoptar un enfoque sincronizado con las lecciones de la historia y despegado de las exigencias actuales de África y de sus hijos, dispersos y sufriendo por todo el mundo.

«Toda África vio una serie de golpes de Estado, asesinatos y medidas de desestabilización diseñadas para atajar un creciente movimiento por un continente unido y liberado.»

Durante el mismo periodo en el que la CIA conspiró con Bélgica y otras potencias imperialistas para asesinar a Patrice Lumumba, el Primer Ministro elegido democráticamente del Congo (enero de 1961), toda África conoció una serie de golpes de Estado, asesinatos y medidas de desestabilización diseñadas para atajar un creciente movimiento por un continente unido y liberado. Éste es el contexto histórico que debe tenerse en cuenta para poder comprender de qué se está hablando y que podría iluminar el único camino para la consecución de una verdadera independencia del Congo en particular y de África en general. Por lo general, los liberales blancos que trabajan en los asuntos del África y del Congo no respetan verdaderamente ni pueden comprender la conexión natural de lo afro-americano como lo hacen, en última instancia, los africanos. Hay una negación tácita entre ellos del hecho de que, como personas negras, tenemos un irrenunciable interés en un Congo verdaderamente liberado y en una África unida. Porque, para ellos, comprender esto significaría que su enfoque del trabajo por la justicia, en lo que se refiere al Congo, tendría que tratar con respeto los ideales del pan-africanismo, y significaría también un reto a los gobiernos occidentales y las multinacionales, de palabra y con los hechos, que ellos no están preparados para afrontar.

En cambio, ellos mantienen su creencia de que la justicia en África, y por ende en el Congo, puede alcanzarse con un enfoque poco sistemático y progresivo, es decir, buscando reformar la política del gobierno de EEUU en África país por país y asunto por asunto. Se sienten cómodos simplemente apelando a la conciencia moral de aquéllos que detentan el poder que, en conjunto, es un grupo sin moral y sin conciencia.

Además, aceptando que los «afro-americanos» no son simplemente «compatriotas» que comparten el mismo interés sobre el Congo que ellos, significa que las ONG cuya misión es «traer una política como la de EEUU a África» deberían estar, de manera predominante, compuestas por negro-africanos, y deberían estar guiadas por análisis y conclusiones negro-africanos, que no estén al servicio del statu quo y del entramado industrial del sector no lucrativo. La verdad es que, después de todo, somos africanos cuyo destino está inseparablemente entrelazado con el destino del Congo en particular y de África en general. Ésta es una visión que deja, en el mejor de los casos, una mirada vacía o una incómoda sonrisa en la mayoría de los liberales blancos.

«Nkrumah trazó las maquinaciones políticas y económicas extranjeras que hicieron imposible un progreso pacífico en el Congo.»

Los vastos recursos minerales del Congo, su posición geográfica y su potencial ecológico para proveer de energía eléctrica a todo el continente y más allá, le dio un papel vital en el movimiento por una África verdaderamente liberada y por un mundo antiimperialista. El adelantado Kwame Nkrumah, primer presidente de Ghana y uno de los principales ideólogos del movimiento de liberación africana escribió el libro El reto del Congo: Estudio de la presión extranjera sobre un país independiente. En este instructivo trabajo, Nkrumah señaló las maquinaciones políticas y económicas extranjeras que hicieron imposible un progreso pacífico en el Congo. Nkrumah fue el jefe de Estado africano más estrechamente involucrado en preservar el Congo de las garras del imperialismo entre su independencia en junio de 1960 hasta enero de 1961, y trató de salvar la vida de nuestro querido Patrice Lumumba. El rasgo más valioso de El reto del Congo de Nkrumah es la inclusión de registros oficiales, como correspondencia y documentos que ilustran las circunstancias que llevaron al asesinato de Lumumba y la usurpación de los deseos de las masas africanas en el Congo. Este libro es de lectura obligada para cualquiera que esté interesado de manera genuina en deconstruir y comprender el estado actual de la RDC.

Ya que los documentos en video se han convertido en un medio más popular y absorbente de revelar verdades como éstas, también recomiendo ver Apocalipsis África: Hecho en América del periodista Del Walters. Apocalipsis África usa materiales que estaban clasificados y documentos secretos de los archivos del gobierno de EEUU para contar la historia de cómo las acciones de EEUU, a la larga, llevaron al colapso de África y de su lucha por la independencia.

Dado el estado actual del Congo, resultan bastante apropiado formular una pregunta: ¿Por qué, si hay una campaña Save Darfur, no hay una campaña Save Congo? La cantidad de ruido que nos llega de Zimbabue, y el silencio sobre el Congo debería, seguramente, suscitar preguntas. Existe el buen trabajo de organizaciones como Friends of the Congo y Congo Global Action. Se podría pensar que organizaciones como éstas comparten la misma financiación y apoyo que el movimiento Save Darfur. Al contrario, esto está obscenamente lejos de la realidad -aunque de fácil comprensión cuando son informados por gente con perspicacia como Nkrumah, con un íntimo conocimiento de la naturaleza, los métodos y los intereses del capitalismo.

Netfa Freeman es un antiguo activista de los movimientos pan-africanos y de los derechos humanos internacionales y es coproductor y copresentador de Voices With Vision, WPFW 89.3 FM, Washington DC. Puede ser contactado en [email protected].

Fuente: http://www.blackagendareport.com/?q=content/saving-congo-or-not-one-piece-time 

rCR