Albares transmite la postura que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, expresó en la Asamblea General de las Naciones Unidas el pasado 22 de septiembre de apoyo a una solución política, mutuamente aceptable, en el marco de la Carta de las Naciones Unidas.
El apoyo que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, expresó en la Asamblea General de las Naciones Unidas el pasado 22 de septiembre en Nueva York a la labor del enviado personal del secretario general de Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, ha sido reiterado en Madrid.
En la ONU Sánchez dijo que no se pueden “arrastrar conflictos del siglo pasado” al referirse al Sáhara Occidental, el territorio que España abandonó sin descolonizar hace 47 años y que Marruecos invadió, y afirmó que “apoya una solución política, mutuamente aceptable, en el marco de la Carta de las Naciones Unidas y de las resoluciones del Consejo de Seguridad”, pero no citó el derecho del pueblo saharaui a la libre determinación.
Tampoco mencionó el cambio de postura del Gobierno de España a favor de Marruecos, dado a conocer en una carta enviada el pasado mes de marzo al rey Mohamed VI, en la que afirmó que la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental es la base “más seria, realista y creíble”, cambiando así la histórica postura de España favorable a la autodeterminación saharaui mantenida hasta entonces por los diferentes gobiernos tanto del PSOE como del PP.
El apoyo a De Mistura ha sido expresado por el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, en la reunión mantenida entre ambos en la tarde del 4 de agosto, martes, en Madrid, en el Palacio de Viana, sede del MAEC. Albares dijo a De Mistura que España seguirá poniendo a su disposición cualquier recurso que esté en su mano para facilitar su labor.
Se trata del cuarto encuentro entre Albares y De Mistura y se ha producido después de que el enviado personal del secretario general de la ONU haya estado en Marruecos, Argelia y Mauritania.
Durante su estancia en Marruecos a primeros de julio, De Mistura pasó tres días en un hotel de Rabat hasta que vio al ministro marroquí de Exteriores, Naser Burita, tras lo que canceló el viaje que tenía previsto hacer a El Aaiún, capital de Sáhara Occidental.
El representante del Frente Polisario ante la ONU, Sidi Omar, declaró a EFE que esto se debía al habitual obstruccionismo y tácticas dilatorias de Marruecos, impidiendo “con total impunidad” al Enviado de la ONU visitar las zonas ocupadas del Sáhara, lo que dijo “es deplorable e inaceptable, y demuestra claramente que el estado ocupante no tiene ninguna voluntad política de participar de modo constructivo en el proceso de paz”.
A principios de septiembre el enviado especial de la ONU viajó a los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf, donde se reunió con el líder del Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Brahim Gali, tras lo que continuó su gira por Argelia y Mauritania.
Sidi Omar dijo entonces que España había pasado de ser un actor que podía contribuir de modo positivo a un actor que ha creado más problemas para el proceso de descolonización del Sáhara Occidental.
El avión que utilizó De Mistura en su desplazamiento a Tinduf no fue el de la Fuerza Aérea Española que el Gobierno ponía habitualmente a disposición del enviado especial, sino un avión comercial de Air Algérie al considerarse que España ya no es neutral.
España renuncia ‘in extremis’ a su intervención en el comité de descolonización de la ONU sobre el Sáhara
La visita del enviado personal de Antonio Guterres se ha producido al día siguiente de que el diplomático español encargado de representar a España en el comité de descolonización de la ONU tomase la palabra para, “ante la sorpresa del resto de países”, retirar su intervención en una reunión en la que se abordaba, entre otros asuntos, la descolonización pendiente del Sáhara Occidental, invadido ilegalmente desde 1975 por Marruecos. “Madrid optó por escurrir el bulto”, según informó El Independiente.
La información continúa que la sucesión de los hechos fue, además, una ceremonia de la confusión. “Puede España repetir lo que ha dicho. Ha habido un problema y no le he oído”, declaró el presidente de la comisión. Cuando inició su intervención aclarativa, el representante español se preguntó incluso si debía hablar en español o inglés en una escenificación de cierto y creciente nerviosismo. La comisión informó de que había servicios de traducción y acabó procediendo en español.
“Lo que decía era que habíamos hablado con el secretariado para avisar que íbamos a eliminar nuestra inscripción en la lista de oradores para hoy. Muchas gracias”, manifestó escuetamente el diplomático español, sin proporcionar más detalles. Minutos antes y después de la negativa española, el resto de países que sí aceptaron y reclamaron su intervención abordaron el litigio saharaui, abogando por la resolución de un conflicto que se prolonga durante casi medio siglo.