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Sassou-Ngueso, la familia que explotaba la República Popular del Congo

Fuentes: Guin Guin Bali

La historia reciente de la República del Congo está marcada por su actual presidente, Denis Sassou­ Nguesso, que ha gobernado el país desde 1979, con un lapsus de cinco años (1992-1997). El presidente, además, acumula una de las mayores fortunas del continente africano, ha sido dos veces presidente de la Unión Africana (UA) y actualmente […]

La historia reciente de la República del Congo está marcada por su actual presidente, Denis Sassou­ Nguesso, que ha gobernado el país desde 1979, con un lapsus de cinco años (1992-1997). El presidente, además, acumula una de las mayores fortunas del continente africano, ha sido dos veces presidente de la Unión Africana (UA) y actualmente es el mediador en el conflicto de la República Centroafricana. Él y su familia controlan los sectores económicos más importantes del país, sobre todo el petróleo, que es la base de una fortuna colosal.

Denis Sassou ­Nguesso nació en 1943 en el distrito de Oyo al norte del país. Su carrera militar se inició en 1960 cuando se alistó al ejército justo antes de que se iniciara el proceso independentista de su país. Recibió entrenamiento militar en Argelia y en Francia, con quien ha mantenido muy buenas relaciones durante toda su vida. Su trayecto político se inició con la fundación del Partido Congoleño del Trabajo (PCT) en 1969 y la llegada al poder de Marien Ngoubai, cuyos ideales socialistas marcaron el desarrollo del país.

A lo largo de diez años Nguesso fue ocupando diferentes cargos en el gobierno: Director de Seguridad, Ministro del Consejo Presidencial, vicepresidente del Comité Militar del PCT y alcanzó el rango de coronel en el ejército. Finalmente el asesinato perpetrado contra el presidente Ngoubai en 1977 fue allanando el camino a Nguesso y el 8 de febrero de 1979 era elegido nuevo presidente de la República Popular del Congo.

Aunque muchos vieron en él un hombre de fuertes convicciones marxistas que poco o nada iba a cambiar su política exterior, lo cierto es que el nuevo presidente cayó en nuevos préstamos con el FMI y además abrió las puertas a empresas de Francia y Estados Unidos para acceder a la explotación de sus principales materias primas: el petróleo y algunos minerales. Entre esas empresas se encontraba la Société Nationale ELF Aquitaine que mantuvo (y mantiene) su apoyo incondicional al presidente. Con este cambio, no debería sorprendernos como, a medida que el petróleo se extraía del subsuelo los beneficios empezaban a engordar la famosa fortuna del presidente. A pesar de los vínculos con Francia y Estados Unidos, el principal aliado del Congo fue la URSS.

Sin embargo con la caída del bloque comunista en 1989 y siendo consciente de lo que estaba ocurriendo en el este de Europa, Nguesso optó por modificar el régimen de partido único con el apoyo del gobierno francés. De esta forma a finales de ese año anunció el abandono del control económico, la adopción de la economía de mercado, y ordenó una amnistía para presos por lo que se conocía como delitos políticos. De esta forma Denis Sassou­ Nguesso se estaba condenando, sin saberlo, a ser apartado del poder.

El primer paso en la transición congoleña fue la elección en 1991 de André Milongo como primer ministro. Entre sus objetivos se encontraba la retirada de la mayoría de poderes ejecutivos del presidente y la organización de elecciones libres para 1992. En estos comicios el PCT de Nguesso sólo obtuvo 19 de los 125 escaños de la Asamblea Nacional frente a la Unión Panafricana para la Democracia Social (UPADS) de Pascal Lissouba y los conservadores del Movimiento Congoleño por la Democracia y el Desarrollo Integral (MCDDI) de Bernard Kolélas.

Esta fiebre democrática va a sufrir un duro golpe en 1993 con el inicio de una guerra civil entre los dos principales contrincantes, Lissouba y Kolélas, que llevará al antiguo presidente y a su familia a exiliarse en París. A pesar del drama del clan Nguesso, el exilio duró tan sólo cuatro años y cuando las cosas se calmaron Denis Sassou­Nguesso volvió al Congo con un fin: presentarse a las elecciones presidenciales convocadas el 27 de julio de 1997. Sin embargo estas elecciones nunca tuvieron lugar ya que se inició un nuevo enfrentamiento entre Lissouba y la milicia de Nguesso, conocida como los Cobras.

Nguesso no reparó en gastos ni en medios para recuperar la presidencia y para ello contó con viejos aliados: Francia, Gabón, la empresa petrolera ELF Aquitaine que ya hemos mencionado, soldados del derrocado régimen de Mobutu en el Zaire y, sobre todo, el Ejército de Angola que el presidente José Eduardo dos Santos dirigió en auxilio de los cobras desde el pequeño enclave de Cabinda. La segunda guerra civil en una década terminaba en Octubre de 1999 con la victoria de Nguesso, con una población civil indefensa y hundida en la miseria que había sufrido continuas violaciones de los Derechos Humanos y con un país arrasado.

El petróleo, que fue un factor crucial de la guerra, volvió a pasar al dominio del clan Nguesso e, indirectamente, a los intereses de Francia. Pero la nueva transición se alargó hasta 2002, cuando se aprobó en referéndum la nueva Constitución que extendía el mandato presidencial a siete años e incapacitaba al poder legislativo de la destitución del presidente. Además, para asegurarse el poder, Denis Sassou­ Nguesso incluía una cláusula que prohibía la concurrencia a las elecciones de los candidatos no residentes en el país por un período mínimo de dos años. Es decir, sus dos grandes opositores: Lissouba y Kolélas. Además el ex primer ministro Milongo se retiró de la carrera presidencial y denunció fraude en las elecciones, por lo que Nguesso no tuvo obstáculos en su camino al trono congoleño. Y así se reflejó en las urnas, en las que obtuvo un 89,4% de los votos.

Esta dudosa victoria electoral no sólo abrió las puertas del poder, sino que le entregaba la llave del petróleo a Nguesso y a su familia, así como de otros muchos sectores económicos. De esta forma, la fortuna del clan ha seguido aumentando en los últimos años y parece que su estabilidad no peligra si tenemos en cuenta que en el 2009 Sassou­ Nguesso fue reelegido presidente por un mandato de siete años (hasta 2016), en un proceso electoral que fue considerado por la comunidad internacional y por la oposición poco transparente.

Desde 1999 el clan ha ido extendiendo sus redes por todo el país, sobre todo en los principales sectores económicos. El petróleo es la principal fuente de ingresos del país, pero también lo es de la familia ya que Denis Christel Sassou­ Nguesso, hijo del presidente y conocido como kiki le pétrolier, es el Director General de la SNPC (Sociedad Nacional del Petróleo del Congo). Además de los combustibles, el clan domina otros sectores. El sector turístico es también una pieza clave del clientelismo familiar de los Nguesso, ya que dominan varias cadenas hoteleras de lujo. Además la principal compañía aérea, Air Congo, pertenece a Maurice Nguesso, hermano del presidente. Recientemente se han conocido las diversas operaciones inmobiliarias a las que se dedican diferentes miembros de la familia.

Pero la fortuna del Presidente y sus familiares también se extienden a otras actividades económicas como el control de la telefonía móvil, la seguridad privada (dominada por Denis Sassou­ Nguesso y sus Cobras) e incluso la industria del agua potable. Estas son las fuentes de las que mana el dinero que van engordando las arcas del Presidente, mientras los ciudadanos congoleños siguen sufriendo las mismas miserias y carencias de siempre. Una situación insostenible que pone en evidencia las desigualdades que se viven en el Congo y que el Presidente no ha logrado (ni querido) erradicar en 23 años de gobierno. Dentro de un año los congoleños serán llamados de nuevo a las urnas para elegir quién dirigirá el destino de su país durante otros siete años.

Fuente: http://www.guinguinbali.com/index.php?lang=es&mod=news&task=view_news&cat=3&id=4205