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Entrevista a Rafael Burgos sobre Crema catalana. Amiguismo, corrupción y otras miserias (VIII)

«Se está produciendo una ramblización de Barcelona con todo lo que eso conlleva»

Fuentes: Rebelión

Nacido en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) en 1972, Rafael Burgos es historiador, periodista y, en la actualidad, guía oficial de Cataluña. Ha colaborado en La Vanguardia, RNE y Enciclopèdia catalana. Entre sus publicaciones cabe destacar: Cervantes en Barcelona (Marge Books, ediciones catalana y castellana). Recientemente ha publicado en Icaria, Crema catalana, un libro apasionante […]

Nacido en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) en 1972, Rafael Burgos es historiador, periodista y, en la actualidad, guía oficial de Cataluña. Ha colaborado en La Vanguardia, RNE y Enciclopèdia catalana. Entre sus publicaciones cabe destacar: Cervantes en Barcelona (Marge Books, ediciones catalana y castellana).

Recientemente ha publicado en Icaria, Crema catalana, un libro apasionante sobre la corrupción, el amiguismo y los negocios turbios-más-que-turbios. Sobre esta publicación conversamos en esta serie de entrevistas.

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Estábamos en el capítulo «Barcelona SA». Empiezas con una cita de Thomas Bernhard. «La ciudad poblada por dos clases de personas, las que hacen negocios y sus víctimas, solo es habitable […] de forma dolorosa.» ¿Es el caso de Barcelona?

El caso era más claro durante la época del desarrollismo, en los años 60 de la dictadura franquista; no obstante, ahora el sector servicios se ha acabado imponiendo en una ciudad donde el turismo es uno de los grandes polos de atracción económico. Se está produciendo una ramblización de la ciudad, con todo lo que ello conlleva. Pasear por el paseo de Gracia en la actualidad es toda una odisea. Técnicamente se llama gentrificación, expulsar a los vecinos de toda la vida y dar paso a unos paisajes urbanos que son calcados a los de cualquier gran ciudad del mundo.

El peso de las empresas multinacionales es tal que ha alcanzado niveles tan elevados que su capacidad de influencia ha penetrado en los partidos políticos. ¿Algún ejemplo?

Basta un repaso a los consejos de administración de las grandes multinacionales. Esas que exportan con tanto orgullo la marca España. La lista es interminable: Aznar (Endesa), Felipe González (Gas Natural), Elena Salgado (Chilectra, Endesa), Miquel Roca (Endesa, Abertis), Eduardo Zaplana (Telefónica), Ángel Acebes (Iberdrola), Abel Matutes (Santander)…

Hablas de las tres joyas que conforman el perfil arquitectónico barcelonés: Torre Marenostrum, Tres Xemeneies, Torre Agbar. ¿En manos de quién están? ¿Ves algún problema en ello?

Son algunos ejemplos de esta arquitectura de autor que conforma el paisaje urbano o skyline barcelonés. La Torre Marenostrum es la sede de Gas Natural. Las Tres Xemeneies, en el Paralelo, pertenece a Endesa y la torre Agbar a esta multinacional centrada en el negocio del agua y participada por CaixaBank.

Hablas de Gas Natural FENOSA. ¿También Caixabank tiene algo que ver?

Lamentablemente la respuesta sería, ¿en qué no tiene algo que ver? El banco, a través de Criteria CaixaHolding, es la propietaria de más de un tercio de las acciones. Su presidente es Salvador Gabarró, a su vez vicepresidente segundo de La Caixa. Por cierto, la torre Marenostrum se levantó con la participación de Inmobiliaria Colonial, entonces bajo las riendas de La Caixa.

¿Por qué se ubicó a Felipe González en su consejo de Administración?

Un ex presidente del gobierno de la talla de Felipe González tiene una agenda muy golosa. Y, además, estas empresas españolas cuentan con no pocos intereses en Latinoamérica, donde el ex líder socialista aún goza de buena reputación. También es asesor del presidente de Indra, Javier Monzón, algo que no se suele recordar mucho.

¿Qué es eso de las puertas giratorias? Todo el mundo habla de ello pero no sé si está claro para todos. ¿Qué peligro ves en ello? ¿Algún ejemplo que tengas a mano para ilustrarnos?

Es un término que acuñaron los norteamericanos, «revolving doors». En pocas palabras, consiste en pasar por la política para llevar a cabo un cambio de legislación que se adapte a las necesidades de determinadas empresas y luego, una vez fuera, pasar a formar parte de estas últimas y rematar la faena; esto es, aplicar esa ley ad hoc. Las industria farmacéutica o el sector financiero suelen estar a la cabeza de estos cambios legislativos, de ahí la importancia de unos lobbies o grupos depresión que «recomiendan» a los políticos qué camino seguir. Casos hay muchos. Por ejemplo lo descafeinada que ha quedado la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones tras integrarse en la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia y cuánto lo ha celebrado Telefónica. O, las compensaciones multimillonarias de Castor (propiedad en su mayoría de la constructora ACS de Florentino Pérez) tras el fiasco de las propecciones frente a las costas de Castellón.

¿Por qué al hablar de FECSA Endesa hablas de ladrones y enchufes?

Es pura ironía. Un juego de palabras que creo refleja bien la prepotencia de las grandes compañías suministradoras de unos servicios de primera necesidad y cómo su abuso tiene consecuencias en el día a día del ciudadano. No dejan de esconder un monopolio, debido a su posición predominante en un mercado cautivo. Estamos muy lejos de la libre competencia a la que siempre se alude. Y, por cierto, en lo retativo a los enchufes, ahí están o han estado (ocupando diferentes cargos): Rodolfo Martín Villa, Pedro Solbes y Elena Salgado, Manuel Pizarro, Aznar o hasta un primo del ex president Pujol, Joaquim Pujol i Figa. Por encima de todos ellos, Borja Prado, el presidente (además de hijo de quien fuera administrador de la fortuna de Juan Carlos I, Manuel Prado y Colón de Carvajal).

¿Algunas de estas eléctricas tienen inversiones en las nucleares catalanas?

Exacto. Las centrales nucleares de Vandellós (que han dado algún que otro susto) están gestionadas por Endesa e Iberdrola. Esta última presidida por Ignacio Sánchez Galán, quien tuvo cargos en empresas dedicadas a la industria militar. De consejero también estuvo Ángel Acebes, José María Atutxa o Ignacio López del Hierro (marido de María Dolores de Cospedal), entre otros.

Hablas también de otro edificio de la ciudad: Torre Telefónica. ¿Es importante el papel de Timofónica en Barcelona, SA?

Mucho. Los contratos que recibe esta multinacional por parte de los sucesivos concursos de la Generalitat son muy sabrosos. El departamento de Educación destinó casi 200 millones de euros de su presupuesto para que Telefónica se ocupase de suministrar con equipo informáticos esta institución.

Pues a veces se han presentado como defensores del software libre. Por ejemplo, el ex conseller Ernest Maragall.

Desconocía estas apreciaciones del ex conseller d’Ensenyament. Los contratos a los que me refiero son de hace un par de años, aunque siempre se lleva alguno esta multinacional de telefonía. Tanto aquí como si leemos el BOE.

No hablas con entusiasmo del Mobile World Congress. ¿Por qué? ¿Qué tienes en contra de los móviles?

En contra de los móviles, nada. O casi nada. En contra de la prepotencia y el abuso de poder, todo. Con la excusa de este gran acontecimiento (no todo es negativo, por supuesto) se han perpetrado cambios de legislación que benefician a las grandes compañías de telefonía. Me refiero a la hora de agilizar un cambio legislativo municipal que favorezca la instalación de antenas de cuarta generación o 4G. Una cuarta parte de ellas no cumplían las ordenanzas del Ajuntament de Barcelona y esta condición se arregló rápido. Sin olvidarnos de las bonificaciones fiscales al pasar a ser un evento de excepcional interés.

Por cierto, ¿qué tiene que ver el coltán y el trabajo infantil con los móviles?

Es lamentable que este asunto quede en un segundo plano. Ese mineral, imprescindible para que funcionen los terminales, se extrae principalmente de las minas situadas en la República Democrática del Congo, en unas condiciones de semiesclavitud (una tarea que sobre todo llevan a cabo niños)

Hablas de una votación en el Ajuntament de Barcelona en la que votaron juntos, oponiéndose a una iniciativa de ICV-EUiA, CiU y el PP. ¡No puede ser! ¡CiU y el PP votando juntos en enero de 2013, cayendo la que está cayendo!

Será por aquello de que la política hace extraños compañeros de cama. O no tan extraños, cuando se trata de escuchar las recomendaciones de las grandes multinacionales.

¿Rodrigo Rato fichó por Telefónica? ¿Cómo fue eso? ¿Sigue formando parte de la plantilla de don Alierta?

Según ha declarado César Alierta la imputación por el caso de las tarjetas black de Caja Madrid-Bankia ha sido suficiente para invitarle a salir del consejo. Pura hipocresía, puesto que se le fichó durante su imputación por el caso Bankia en 2013. Época en la que La Caixa, a través de su inmobiliaria Servihabitat, le hizo un hueco en su organigrama. Ahora también acaban de prescindir de sus servicios. Con Javier de la Rosa o Félix Millet pasaron cosas parecidas. De dioses a demonios. Pero, volviendo a Rato, también pasó por el Santander, Lazard, Mapfre o IAG.

¿El papel de la CNMC es positivo en toda esta trama? ¿Controlan? ¿Dónde están ubicados en Barcelona, SA?

Ha quedado descafeinado puesto que la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia acabó integrando a la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) en 2013. Una superestructura que la hará más permeable a la influencia de las grandes empresas. La CMT tenía una sede recién estrenada en el distrito barcelonés del 22@. Su función ha quedado muy reducida y pasa a depender del Ministerio de Economía y Sostenibilidad. Un edificio que, por cierto, costó 60 millones de euros.

¿Por qué está envuelvo en el secretismo la fecha final del contrato que otorga a Agbar la distribución del agua en Barcelona? ¿Qué se esconde en esa oscuridad?

Detrás de tanta opacidad no puede haber más que el interés por esconder algo que no se ha hecho bien. Si hay un motivo por el que las grandes empresas se pueden sentir molestas es cuando se ensucia su imagen. Ahí está la PAH y el ataque a determinadas entidades bancarias. El TSJC (Tribunal Superior de Justicia de Cataluña) sentenció que no existía contrato alguno de concesión entre Agbar y el Ajuntament de Barcelona. Un servicio gestionado por la empresa desde hace más de 140 años. Increíble.

¿La Caixa tiene algo que ver con Repsol? ¿Repsol figura entre las empresas con más denuncias por violaciones de los derechos humanos del mundo?

Mucho. Es uno de sus mayores accionistas, junto a Sacyr y la petrolera mexicana Pemex. Su hoja de servicios en Latinoamérica es bastante turbia. Está presidida por Antoni Brufau, ex director de La Caixa.

¿Cómo se consiguió que la nacionalización argentina se viviera por muchos ciudadanos como un ataque a España?

Los grandes medios de comunicación cerraron filas con el gobierno ante lo que se consideró un ataque a España. Resulta sorprendente. Unas multinacionales que cuentan con el monopolio de un servicio de primera necesidad se enfrenta a una política de inversión prepotente y más que dudosa, cuando no errónea. Y, encima, tenemos que sentirnos víctimas de un ataque por parte de, en este caso, Argentina. Cuando obtienen beneficios millonarios, ¿rebajan la tarifa a los usuarios de la metrópolis?

¿Es cierto que se mezcla gasolina con agua en Carrefour para conseguir gasolina de bajo coste?

Así lo denunció una trabajadora de esta cadena de supermercados, con el consiguiente peligro para el motor del coche.

Esta Barcelona SA de la que hablas, ¿es o no es una ciudad temática en manos del turismo internacional?

El peso que ha ido adquiriendo el sector hotelero es asfixiante. Este verano ha estallado el caso de los apartamentos ilegales en el barrio de la Barceloneta, pero hace años fue la agilización en la concesión de permisos para bares y restaurantes en el distrito de Ciutat Vella. Un manera de hacer que nada tenía que envidiar al sistema mafioso del sur de Italia. Se debería hacer frente a esta situación lo antes posible, no vaya a ser que sea demasiado tarde y acabemos muriendo de éxito.

¿Y cómo habría que hacer frente a esta situación?

o es fácil. En primer lugar, escuchando a los vecinos y a las Asociaciones de Comerciantes de los distintos ejes (que parecen más preocupadas por abrir los festivos que por las consecuencias que generan en unas áreas ya de por sí saturadas). Y que se cumplan las ordenanzas, sobre todo en las zonas próximas a las playas. A veces la legislación existe, pero no se aplica. He de decir que yo me dedico a trabajar como guía turístico. Estoy acreditado tras pasar las respectivas pruebas del Departament de Turisme. Pues bien, si nos damos una vuelta por el centro, somos una minoría los guías oficiales acreditados por la Generalitat. El intrusismo es atroz. En otras ciudades existe una policía que lo controla. Aquí no. Volviendo a la masificación de la que hablábamos en determinadas áreas, otra posibilidad sería limitar o, directamente, no conceder más licencias para abrir nuevos hoteles y terrazas en zonas saturadas de turistas.

Por cierto, un lema del consistorio municipal, no de este último: «Barcelona, la millor botiga del món». ¿Te gusta?

Visto desde la actual coyuntura económica tiene una lectura perversa, sobre todo porque parte de la reactivación económica debería venir del aumento del consumo y, si no hay dinero disponible, es muy difícil que suceda. Por otro lado, está más enfocado al turismo de congresos y de un alto poder adquisitivo. Mientras en muchos barrios de Barcelona las tiendas cierran, en el paseo de Gracia las firmas del lujo esperan años para conseguir local.

Pero el lema, como sabes, no es del actual consistorio convergente.

Tienes razón. La semilla de este modelo de ciudad viene de lejos. La marca Barcelona ya hace años que se estudia en algunas universidades. Yo soy un enamorado de mi ciudad y creo que la conozco un poco. Me apasiona, aunque últimamente tengo una sensación agridulce respecto a según qué actuaciones. Quiero pensar que aún estamos a tiempo de revertir lo que se ha hecho mal.

Pasamos a «La Cataluña real». ¿Te parece?

De acuerdo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.