La intervención de las potencias en Libia se ganó el rechazo de un importante abanico de países. Venezuela y Bolivia la repudiaron y dijeron que estaba motivada por la sed de petróleo. La Unión Africana dijo que con un ataque no se logrará nada en el país norafricano. Mientras que Rusia lamentó la determinación de […]
La intervención de las potencias en Libia se ganó el rechazo de un importante abanico de países. Venezuela y Bolivia la repudiaron y dijeron que estaba motivada por la sed de petróleo. La Unión Africana dijo que con un ataque no se logrará nada en el país norafricano. Mientras que Rusia lamentó la determinación de los países que ayer se reunieron en París.
Hugo Chávez criticó fuertemente lo que él denominó como una intervención extranjera «a punta de bombas», que sería empujada por Washington para adueñarse del petróleo. «Es muy lamentable porque se viene más muerte, más guerra. Son los señores de la guerra», señaló. Para el presidente venezolano, el bombardeo de los occidentales es una irresponsabilidad. «Detrás de esto está la mano de los Estados Unidos y de sus aliados europeos, que no tomaron el camino que nosotros modestamente venimos proponiendo y por el que hemos hecho el esfuerzo con los países de Africa, con los árabes y con otros de Europa y de Latinoamérica. Pero no, la mano del imperio se impone al final con la guerra. Ellos quieren adueñarse del petróleo libio», denunció una vez más el líder bolivariano, que semanas atrás había propuesto que se conformara una comisión para mediar entre el régimen de Muammar Khadafi y los opositores.
Las críticas de Chávez a la intervención auspiciada por la resolución del jueves de la Organización de Naciones Unidas se dieron durante un acto en Caracas. «¿Cuánto le importa la vida de los pueblos al imperio? Siguen bombardeando en Afganistán, en Gaza, y mataron con bombas a miles de seres humanos. Lo que quiere es adueñarse del petróleo libio, como quiere adueñarse del petróleo venezolano, pero aquí somos libres y ningún imperio podrá mandar nunca», disparó. «Es lamentable que se imponga de nuevo la política de la guerra, del imperio y sus aliados, y es lamentable que la ONU se preste para avalar la guerra», remató.
El presidente Evo Morales coincidió con Chávez. «En Irak, el problema no era Saddam Hussein. Ahora le inventan un problema a Khadafi. El interés que tienen es adueñarse del petróleo», dijo el mandatario boliviano al inaugurar una reunión de funcionarios de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA). Morales remarcó que no se puede aceptar que se violen los derechos humanos en Libia y que quienes cometen esos crímenes deben ser investigados y sancionados. Pero, según el mandatario, la penosa situación humanitaria no debe servir de pretexto para intervenir militarmente.
Desde Africa, el rechazo a la ofensiva de las potencias fue tajante. La comisión designada por la Unión Africana para hallar una solución a la crisis en el país norafricano rechazó «toda intervención militar extranjera, cualquiera sea su forma». El presidente de Mauritania, Mohamed Uld Abdelaziz, hizo pública esta posición al comienzo del encuentro en Nuakchot de los cinco jefes de Estado africanos, Mauritania, Mali, Sudáfrica, Uganda y República Democrática del Congo.
Rusia volvió a dejar en claro que no está contento con el bombardeo de las potencias. En la votación del jueves en el Consejo de Seguridad, la delegación del Kremlin se abstuvo, lo que permitió que la resolución saliera sin dificultad. «En Moscú lamentamos esta intervención armada, efectuada en el marco de la resolución 1973 de la ONU, adoptada apresuradamente», afirmó el vocero Alexander Lukashevich. «Seguimos convencidos de que para solucionar de manera estable el conflicto interno en Libia hay que parar rápidamente los derramamientos de sangre y que los libios emprendan el diálogo», concluyó.