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Según el derecho internacional, Trump puede sentarse en el banquillo de los acusados

Fuentes: ecsaharaui.com

Aunque Estados Unidos de América tiene fama de intervencionista, la realidad es que los norteamericanos en los últimos 30 años, o al menos de forma oficial, han cuidado extremadamente las formas y los canales legales y han cubierto todas sus intervenciones con resoluciones de las Naciones Unidas, lo que les ha convertido en uno de los estandartes de la defensa de la llamada legalidad internacional y sobre todo, se transformo en el portador de la bandera del multilateralismo.

Sin embargo, la llegada del Sr. Trump  introdujo prácticas no convencionales en  la política americana. De repente apareció el personalismo, el nepotismo y la política del show que  han cambiado más de 30 años de la posición de liderazgo multilateral, un aparente respeto a la legalidad internacional y el establecimiento de relaciones equilibradas con la mayoría  de los países del mundo.

La política personalista, unilateral y en ocasiones infantil del Sr. Trump, ha conducido al empeoramiento de las relaciones de los Estados Unidos con las Naciones Unidas, la Unión Europea, la OTAN, la OMS, Irán etc. Trump abandonó la cooperación, el entendimiento y el diálogo con los aliados clásicos y se dedicó a  practicar políticas unilaterales, esporádicas y propagandísticas  fuera de los canales diplomáticos habituales.

Uno de los ejemplos más palpables de esta política inmadura de Trump es el intercambio ilegal e inmoral que acaba de protagonizar entre Israel y Marruecos, los dos países que más han violentado la legalidad internacional ocupando territorios que no les pertenecen y agrediendo a sus gentes. El desconocimiento de Trump de las leyes y relaciones internacionales es descomunal. Según su exsecretario de Estado de Seguridad el Sr. Jonh Bolton, en mayo del año 2019 Trump en una reunión confesó que no había oído hablar nunca del Sáhara Occidental. La curiosidad no consiste en cómo es posible que un presidente de la potencia más poderosa del planeta tierra, no sepa nada de uno de los conflictos más antiguos. La verdadera curiosidad consiste en cómo llego esta persona a ser presidente de América y como osa entregar la soberanía de un territorio que no sabe ni donde esta ubicado.  

No hay duda,  cualquier entendedor de legalidad, leyes y del derecho internacional sabe de sobra que el regalo que acaba de hacer Trunp al Majzen es inútil y totalmente nulo, porque no solo no esta recogido en el derecho internacional sino que se salta todas las resoluciones de la asamblea General de la ONU, de la IV Comisión de Descolonización y del mismo Consejo de Seguridad.  Así lo han afirmado todos los expertos en la materia que han hablado estos días. Nadie está legitimado para repartir soberanías de territorios a cambio de prebendas. La soberanía de un territorio es propiedad absoluta de la voluntad del pueblo que lo habita.

 Quiero detenerme en una tribuna publicada en el Diario de Sevilla por el Catedrático de Derecho Internacional  público y Relaciones Internacionales, Pablo A. Fernández Sánchez, que desmenuza las ligeras, irresponsables y sancionables declaraciones de Trump. En su artículo el catedrático, que afirma, cito textualmente porque no tiene desperdicio:

 “La realidad jurídica es que lo que se está violando es algo mucho más grave, es una norma de ius cogens, es decir de derecho imperativo: la autodeterminación de los pueblos sometidos a dominio colonial. Hasta el artículo 53 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados señala expresamente que «es nulo todo tratado que, en el momento de su celebración, esté en oposición con una norma imperativa de derecho internacional general».

“Por tanto, se podrá anular todo acuerdo, incluso los celebrados con formato de tratados internacionales que estén en oposición a esta norma imperativa, por lo que se podrá exigir la responsabilidad internacional del Estado”.

“Como puede comprobarse, hacer declaraciones en tuits no sólo puede tener consecuencias, incluso penales, para la persona que los emiten, sino consecuencias internacionales, si quienes hacen las declaraciones pueden comprometer la voluntad de sus respectivos estados”.

“Yo recomendaría a los políticos que se informaran y se dejaran asesorar por quienes tienen la competencia para conocer las consecuencias de estas acciones, por lo menos, en el plano internacional.”

Lo que nos hace concluir que el catedrático Fernández Sánchez nos lo deja claro, blanco y en botella que lo que acaba de hacer Trump no solo no tiene efectos prácticos relacionados con sus pretensiones, sino que es denunciable ante los tribunales internacionales, hecho que supone que los perjudicados podemos algún día sentar a Trump ante la justicia. 

Fuente: https://www.ecsaharaui.com/2020/12/segun-el-derecho-internacional-trump.html