A los seis meses desde que estalló el conflicto, la brutal guerra en Sudán continúa infligiendo un sufrimiento inconmensurable: poniendo vidas en peligro, desplazando a millones de personas de sus hogares y provocando muertes incluso en zonas alejadas de las líneas del frente.
Para evitar una tragedia mayor, pedimos un aumento sustancial de los esfuerzos humanitarios, la protección del personal médico, los trabajadores humanitarios y los civiles, la eliminación de los bloqueos administrativos al personal y a los suministros médicos y humanitarios, y que se permita a las personas acceso sin obstáculos a la ayuda humanitaria.
A los seis meses del comienzo de la guerra en Sudán, las vidas de las personas siguen en peligro debido a los bombardeos y los tiroteos, tanto directa como indirectamente. El personal sanitario y el personal voluntario sudanés están luchando por responder a las necesidades médicas de la gente y el sistema de salud del país está al borde del colapso. Es el caso de nuestros equipos, quienes constatan una vergonzosa ausencia de organizaciones humanitarias trabajando en el país. En aquellas zonas donde se proporciona asistencia, la respuesta es insuficiente para las inmensas necesidades de la gente y, por ello, pedimos un aumento inmediato de los esfuerzos humanitarios.
«La crisis de Sudán personifica un fracaso catastrófico de la humanidad, marcado por el fracaso de las partes en conflicto a la hora de proteger a los civiles o facilitar el acceso humanitario esencial, y por la terrible negligencia y deficiencias de las organizaciones internacionales a la hora de ofrecer una respuesta adecuada», afirma el Dr. Christos Christou, presidente internacional de MSF. «Sin una escalada inmediata y sustancial de la respuesta humanitaria, lo que estamos presenciando ahora será el comienzo de una tragedia aún mayor que aún está por desarrollarse, lo que significa que más personas seguirán muriendo innecesariamente».
«Tanto en Jartum como en Darfur, muchos pacientes
llegan gravemente heridos, hasta el punto de necesitar múltiples rondas de
cirugía», dice nuestro cirujano Shazeer Majeed. «Solo en septiembre,
en más de siete ocasiones, los hospitales donde opera MSF recibieron una afluencia significativa de
personas heridas tras bombardeos, ataques aéreos y explosiones».
Incluso las personas que no se ven directamente afectadas por la violencia,
sufren los efectos indirectos de la guerra. Hay una escasez crónica de medicamentos en todo Sudán. Las farmacias se han quedado sin suministros o han subido sus precios, lo
que hace que muchos medicamentos sean inasequibles para quienes los necesitan.
Como resultado, los pacientes con enfermedades crónicas sufren complicaciones
graves y, en ocasiones, mueren.
«Estamos viendo que llegan
casos críticos al hospital debido a la falta de medicamentos, especialmente pacientes con enfermedades como la diabetes», dice
nuestra coordinadora general Frauke Ossig. «Cuando llegan a nosotros, a
menudo es muy poco lo que podemos hacer».
Incluso en lugares de más fácil
acceso, millones de personas desplazadas viven en campamentos abrumados y
sitios improvisados como escuelas, después de haber sido
desplazadas de sus hogares por la violencia. Las personas en estos sitios,
incluidos los niños y niñas, están muriendo de enfermedades prevenibles como la
malaria y el sarampión, debido a una vergonzosa falta de respuesta humanitaria.
En Jartum, así como en muchos campamentos, los sistemas de agua han sido
destruidos o son inadecuados para las necesidades de la gente, lo que aumenta
el riesgo de la aparición del cólera y hace más difícil abordar casos
sospechosos de cólera en medio de la guerra. Nuestros equipos están apoyando al
Ministerio de Salud en muchos lugares para garantizar que el personal sanitario
esté preparado para responder a posibles brotes de esta enfermedad.
Nuestra propia respuesta
humanitaria se está viendo obstaculizada por considerables trabas burocráticas
y administrativas impuestas por las autoridades sudanesas. Estas incluyen restricciones a los movimientos del personal, rechazos de
permisos de viaje, retrasos en la entrega de suministros médicos y
prohibiciones sobre insumos específicos, como los quirúrgicos. En el sur de Jartum, a uno de los hospitales apoyados
por MSF le quedan suministros esenciales con los cuales brindar atención
traumatológica de emergencia a pacientes heridos sólo para una semana. Una vez que estos suministros se agoten, los equipos de MSF ya no
podrán brindar esta atención.
«Todos los suministros que
llegan a los centros de atención sanitaria se agotan rápidamente, lo que
provoca graves consecuencias para la salud e incluso muertes», afirma nuestra subdirectora de emergencias, Claire Nicolet.
«Necesitamos desesperadamente equipo médico y quirúrgico no solo para la
atención de traumatismos, sino también para cirugías obstétricas, ya que vemos
a muchas mujeres embarazadas en condiciones que ponen en peligro sus
vidas».
Sin un fin de la guerra a la vista,
pedimos un aumento sustancial de los esfuerzos para proporcionar ayuda
humanitaria, para la salvaguardia de los trabajadores médicos, humanitarios y
civiles, para la eliminación de los bloqueos administrativos
sobre el personal y los suministros médicos y humanitarios, y que se permita a
las personas acceder sin obstáculos a la ayuda.
«El sistema de salud de Sudán
está al borde del colapso y, sin una acción urgente, las personas más
vulnerables seguirán siendo las más afectadas por la violencia, lo que
provocará más muertes evitables», afirma nuestra
coordinadora general, Frauke Ossig.
Fuente: https://www.msf.es/noticia/seis-meses-vergonzoso-abandono-sudan-fracaso-catastrofico-la-humanidad