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Marruecos

¿Será abril el mes de la guerra?

Fuentes: Rebelión

Como cada abril, mes en que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), debe examinar el informe del Secretario General, tras lo que se deciden sobre la continuidad del mandato de la MINURSO (Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental), el reino marroquí denuncia actividad militar del Frente […]

Como cada abril, mes en que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), debe examinar el informe del Secretario General, tras lo que se deciden sobre la continuidad del mandato de la MINURSO (Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental), el reino marroquí denuncia actividad militar del Frente Polisario (Frente Popular de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro ) en los territorios en disputa desde hace cuarenta tres años.

La República Árabe Saharaui Democrática (RASD), quien debía tomar el control tras el retiro de España de su territorio en 1976, todavía no ha podido hacerlo. Una espuria componenda entre la monarquía española y la marroquí, en que se han dividido las extraordinarias riquezas del pueblo saharaui, lo han impedido con guerras primeros y arreglos políticos desde el alto el fuego de 1991.

Sus ricas canteras de fosfatos, como la de Bu Craa, un yacimiento de 250 kilómetros cuadrados, la explotación más grande del mundo de este mineral, hoy es usurpada por compañías españolas, francesas, israelitas y la alemana Krupp; otra empresa alemana, la emblemática Siemens, construye con empresas de la familia real marroquí varios parques eólicos, lo que podría explicar la razón por la que ha sido designado como enviado personal del secretario general de ONU, el portugués António Guterres, para el Sáhara Occidental, el ex presidente alemán Horst Koeler. Además existen firmes indicios que el subsuelo saharaui guarda importantes reservas de gas y petróleo por las que, entre otras empresas, la francesa Total ha iniciado hace varios años una intensa campaña de búsqueda. A este panorama de la riqueza saharaui hay que sumarle uno de los bancos de pesca más ricos del mundo, a la que la RASD podría acceder desde sus potenciales 1.200 kilómetros de costas sobre el Atlántico. Estas riquezas que son explotadas por consorcios fundamentalmente españoles, de los que el ex rey Juan Carlos sería un afanoso accionista, negándole al pueblo saharaui el derecho a acceder a sus ricos recursos mientras se hacina en campamentos de refugiados instalados en la provincia de Tinduf, al sudeste de Argelia.

Tras la retirada española y mientras Franco agonizaba, el rey Hasán II de Marruecos en contubernio con el Borbón, daban lugar a la invasión de la ex colonia española lo que se conoció como «La Marcha Verde», donde unos 300 mil ciudadanos marroquíes fueron obligados a ocuparlos, al tiempo que los saharauis eran aniquilados por la aviación de Hasán II, iniciado el conflicto que dura hasta hoy.

En 1975, tras el «Acuerdo tripartito de Madrid, España, Marruecos y Mauritania, liquidaron los derechos saharauis a su territorio, 266.000 km², un poco mayor que el Reino Unido, del que Marruecos controla el 80%, mientras que el Frente Polisario solo accede a un poco menos del 20%, ya que los cascos azules administra una zona conocida por los marroquíes como de «amortiguación», mientras que el Polisario ni duda en denominarla como Territorios Saharauis Liberados. La zona fronteriza de Guergarat, una tierra de nadie en el extremo sur de la frontera con Mauritania, es donde según Rabat, registró el nuevo «atropello» del Polisario. Con movimiento de tropas en cercanías de la frontera, aunque las investigaciones de ONU, aseguró que no había detectado ninguna incursiones.

Marruecos ha advertido que actuará militarmente en la región si las fuerzas del Polisario no se retiran de la frontera donde se eleva un muro de arena y piedra, de unos1560 kilómetros de extensión. Además en noviembre último Marruecos ha puesto en funcionamiento un satélite que le permite monitorear los movimientos del Frente Polisario en las áreas restringidas de Mahbes, Tifariti, Guerguerat y Bir Lahlou.

Según fuentes prooccidentales, el Polisario habría amenazado con trasladar sus instalaciones, incluido el Ministerio de Defensa a Bir Lahlou, a unos 250 kilómetros de Es-Semara, una de las áreas reclamadas por los saharauis.

La localidad de Bir Lahlou, tiene un gran valor simbólico para los saharauis ya que allí fue declarada la RASD en 27 de febrero de 1976 y allí también descansan los restos de Mohamed Abdelaziz ( 1947-2016) líder histórico de su pueblo, ex secretario general del Polisario y primer presidente de la República Árabe Saharaui y Democrática.

El actual presidente, Brahim Gali, habría ordenado al Ministerio de Defensa, cambiar sus posiciones y restablecer la artillería pesada para situarse en posición de combate, con la orden de abrir fuego contra quien intente cruzar el muro.

El próximo día 25 de abril, Francia deberá presentar el informe ante el Consejo de Seguridad de la ONU, en el que se cree se prorrogará hasta el 30 de abril de 2019, la presencia del MINURSO en espera que Marruecos y el RASD continúen las negociaciones y puedan detener la escalada de declaraciones amenazantes. La República saharaui espera desde hace años llegar al referéndum en la región que podría cambiar radicalmente su posición en el conflicto, mientras que Marruecos con el apoyo de las potencias occidentales, consigue postergarlo año tras año.

Por su parte Argelia, prácticamente el único aliado del Polisario tras la caída del Coronel Gadaffi, y que históricamente ha respaldado su lucha permitiendo la instalación de campamentos de refugiados y asistiendo al Frente política y militarmente, no se ha implicado en estas nuevas acusaciones, y prefirió mantenerse al margen del conflicto ya que Argel y Rabat mantiene una vieja disputa fronteriza que los ha llevado a enfrentarse en dos guerras: la primera en 1963, conocida como la Guerre des sables (la guerra de la arena) y la segunda en 1976, tras el reconocimiento argelino de la independencia de RASD.

Una guerra posible.

Mohamed VI, en una seguidilla de declaraciones y amenazas que se prolongó a lo largo de la última semana, dejó en claro que estaría dispuesto a ir a la guerra no solo contra los saharauis sino contra la propia Argelia, un país con el que comparte una frontera cerrada de 1.560 kilómetros y militarmente mucho más poderoso. El autócrata alauita dijo que no se quedará de «brazos cruzados» mientras que continuará estimulando el desarrollo de «las provincias del sur».

La diplomacia marroquí denunció este último domingo al Consejo de Seguridad de la ONU que los combatientes del Frente Polisario habían entrado en la ciudad nororiental de Mahbes en vehículos militares, donde levantaron tiendas de campaña, cavaron trincheras y han fortificado posiciones con sacos de arena, violando el acuerdo de 1991.

Nasser Bourita, ministro de Asuntos Exteriores y cooperación del reino, adelantó que su país podría volver a la guerra contra el Frente Polisario, para «defender sus legítimos derechos Nacionales con todos los medios a su disposición, incluida una guerra relámpago para desalojar al Frente Polisario de la zona de amortiguación.

Mientras que Brahim Ghali, el presidente saharaui, declaró que el Ejército de Liberación del Pueblo Saharaui (SPLA) estaba listo para responder con firmeza a cualquier intento de la ocupación marroquí de los territorios liberados.

Marruecos además ha informado a Argelia, que está listo para intervenir militarmente si el Polisario continúa en su postura. Amenazas a las que Argel, respondió que estudian todas las posibilidades, lo que incluye un enfrentamiento entre las Fuerzas Armadas Reales de Marruecos (FAR) y las fuerzas del Frente Polisario, que sin duda involucrara a Argelia. Tanto Marruecos como Argelia cuentan con el mismo número de hombres, unos 150 mil, aunque se cree el ejército argelino está mejor preparado y mejor armado.

Por otra parte, la diplomacia saharaui sufrió un duro golpe este último martes, tres de abril, al conocerse la muerte, tras una larga enfermedad, del veterano diplomático Ahmed Boukhari, representante permanente en las Naciones Unidas, quien por estos días tendría que desarrollar funciones claves para la RASD.

Nadie sabe con certeza si la escalada de declaraciones bélicas, es solo para posicionarse diplomáticamente o podría pasar a los hechos, como ya se ha dicho, en cualquier momento, por lo que solo queda preguntarse ¿si será abril el mes de la guerra?

Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.