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Entrevista con Mohamed Luchaá, representante del Frente Polisario en Canarias

«Sigue habiendo activistas políticos saharauis en las cárceles marroquíes»

Fuentes: Rebelión

Nadie duda de que hay una serie de factores que impiden que hay El rey Mohamed VI de Marruecos ha hecho público, por medio de la agencia oficial MAP el indulto real concedido a todos los presos saharuis, incluídos los delincuentes comunes. Dicho indulto se produce escasos días después de que el Secretario General de […]

Nadie duda de que hay una serie de factores que impiden que hay

El rey Mohamed VI de Marruecos ha hecho público, por medio de la agencia oficial MAP el indulto real concedido a todos los presos saharuis, incluídos los delincuentes comunes.

Dicho indulto se produce escasos días después de que el Secretario General de Naciones Unidas remitiera un informe al Consejo de Seguridad en el que reconoce la incapacidad de la ONU para hacer que las partes lleguen a un acuerdo en cuanto a la solución del mismo.

Mohamed Luchaá es el representante del Frente POLISARIO en Canarias y afirma en esta entrevista que este informe no va a hacer que los saharauis dejen de exigir, en el Consejo de Seguridad, que la ONU adopte las medidas necesarias, «que están previstas» para solucionar el contencioso del Sáhara Occidental.

Koffi Annan acaba de presentar a las Naciones Unidas en ese informe asume que la ONU no tiene la capacidad de rpopiciar la solución del conflicto del Sáhara Occidental y se desliga de su papel de intermediador, al tiempo que propone que sean las partes implicadas las que negocien de forma directa la salida del mismo. ¿Qué valoración hace el POLISARIO de esta actuación de Annan?

Lo cierto es que parece que la ONU tampoco quiere molestar al único culpable de este conflicto, que es Marruecos. Sin embargo, hay tres elementos que el Secretario General destacó en su informe y que son un reconocimiento de lo que se ha producido en los territorios ocupados en los últimos años. En primer lugar, Koffi Annan habla de la violación de los derechos humanos y con ello sitúa este tema en el objetivo de cualquier analista.

Por otro lado, el secretario General admite en su informe que, después de 30 años, ningún país ha reconocido la ocupación colonial e ilegítima del Sáhara Occidental y, lo más importante para nosotros, Annan afirma que las Naciones Unidas no pueden aceptar ninguna solución que no contenga el derecho a la autodeterminación a través de un referéndum.

Estos tres elementos del informe son esenciales para los saharauis porque demuestran que las respuestas, a cualquier pregunta que se haga en torno a ellos, siempre van a acusar a Marruecos.

Marruecos es el país que viola los derechos humanos, el que ocupa ilegalmente un territorio no autónomo y el que impide la celebración de un referéndum de autodeterminación contemplado en las leyes internacionales y en la Carta de Naciones Unidas.

Sin embargo, creemos que el Secretario General de la ONU, que ha gastado tantas energías en este conflicto, debió plantear al Consejo de Seguridad los mecanismos para forzar a Marruecos a que haga posible que las Naciones Unidas lleven a cabo el referéndum de autodeterminación.

El Frente POLISARIO ya ha negociado de forma directa con Marruecos; llevamos años haciéndolo y fruto de esas negociaciones salieron el Plan de Paz de 1990, los acuerdos de Houston del 97 y, más tarde el Plan Baker, aunque Marruecos no rubricara este último. En todo este tiempo, los saharauis hemos cumplido lo que firmamos y Marruecos siempre ha hecho lo contrario, siempre ha violado los pactos que ratificaba o les ha puesto trabas para impedir que se llevaran a efecto.

Esto ha sido así y lo hemos denunciado. Ahora bien, lo que de ninguna forma aceptamos es que Koffi Annan haya intentado acomodar a Marruecos, involucrando a países como Argelia o Mauritania, que siempre han afirmado que no tienen nada que ver en este contencioso. Esto está completamente fuera de lugar.

En la cuestión del Sáhara Occidental hay dos partes bien diferenciadas, el agresor y la víctima. Intentar confundir a la opinión pública, introduciendo a otros actores, no es serio.

Como usted dice, en el informe del secretario General de Naciones Unidas se afirma el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui y se menciona a países como Argelia o Mauriania. Sin embargo, no se habla de España como potencia colonizadora que aún es del Sáhara Occidental ni tampoco del proceso de descolonización inconcluso de ese territorio, ¿no es esto una contradicción?

Precisamente, uno de las cosas que nos parecen más anormales es que el Secretario General no haya abordado este punto porque si nos acordamos de las declaraciones de Marruecos desde 1975 hasta ahora para confundir y para ocultar que el pueblo saharaui ha estado resistiendo todo este tiempo, vemos que en todas ellas se intenta echar la culpa a otros. Es lo que ha hecho Marruecos desde que llegó a la ONU y también lo que ha hecho el Gobierno del PSOE en España en los últimos dos años.

La única verdad es que en este conflicto hay dos partes, que son las que han firmado todos los acuerdos, incluído el alto el fuego de 1991. Esas partes son Marruecos y el Frente POLISARIO y cualquier intento de desviar la atención hacia otro lado lo que demuestra es que todavía las Naciones Unidas o su Secretario General al menos no tienen el grado de firmeza suficiente para decir las cosas por su nombre.

Los representantes del POLISARIO, concretamente el presidente Abdelaziz y el delegado en la ONU, Ahmed Bujari, han rechazado la negociación directa con Marruecos propuesta por el informe de Annan, ¿cuál es el camino a seguir a partir de ahora, sobre todo después de que el rey Mohamed VI haya liberado a todos los presos saharauis en el que parece un intento de avalar la bondad del régimen marroquí sobre todo a raíz del informe de Annan?

Nosotros no vamos a dar un solo paso atrás y vamos a seguir denunciando que siguen habiendo presos políticos en las cárceles de Marruecos porque esa es la verdad, como también lo es que se sigue torturando en las zonas ocupadas y que ha habido una durísima represión contra los familiares que fueron a recibir a los prisioneros indultados en los últimos días.

De los que figuran en las listas, todavía hay 13 activistas políticos en prisión lo que pone de manifiesto que todo esto es, simplemente, una operación de lavado de imagen muy oportuna dada el momento en el que se produce.

En definitiva, el tema del Sáhara Occidental está ahora en el mismo punto en el que ha estado siempre, en el de un territorio afectado por una descolonización inconclusa que requiere, para llegar a una solución legítima, que los saharauis de autodeterminen a través de un referéndum.

Todo lo demás es alargar los sufrimientos de un pueblo que sobrevive pese a los intentos que se han hecho de aniquilarlo física y moralmente.

¿Qué factores están jugando en la actualidad en contra del fin del conflicto?

Nadie duda de que hay una serie de factores que impiden que haya una solución en base a lo acordado por Naciones Unidas.Es un problema de intereses y de juego político en torno a estos intereses por parte, sobre todo, de las potencias regionales. Marruecos es el coto privado de Francia y, desde luego, no ha dado muestras de que vaya a permitir que su presencia colonial se vea afectada por la independencia del Sáhara Occidental.

Además, en los últimos dos años España ha tenido un papel fundamental en el estancamiento del conflicto debido al acercamiento de las posiciones del Partido socialista a las tesis marroquíes.

Para nosotros y pese al hostigamiento al que se somete al pueblo saharaui en los territorios ocupados y pese a las durísimas condiciones de vida en los campamentos de refugiados de Tindouf, la solución sigue estando en la propuesta de las Naciones Unidas y en lograrla por medios pacíficos.

Creemos que si se volviera a la lucha armada, las consecuencias no sólo serían graves sino imprevisibles porque la situación estaría fuera de control.

Lo más frustrante de todo es que se conoce la solución y cómo llegar a ella pero falta la voluntad política para abordarla.

Por si fuera poco, vemos cada día más claro que Marruecos y los Gobiernos que lo respaldan están dispuestos a todo con tal de no cumplir las leyes internacionales y las resoluciones de la ONU. Esta osadía que cometen con la legalidad es la que nos convence más si cabe que los medios pacíficos son la mejor forma de resolver el contencioso.

Esa apuesta ha quedado clara en el camino seguido por el pueblo y por los representantes saharauis en los últimos 15 años. Sin embargo, desde hace algún tiempo, el discurso de los líderes políticos y diplomáticos del POLISARIO ha resaltado la posibilidad de que esa actitud podría cambiar si no se avanza en la solución del conflicto. ¿Cómo se conjugan ambas posturas?

Es difícil definir los términos de esa conciliación, pero lo que sí se puede afirmar con rotundidad es que hoy por hoy el POLISARIO no está en una posición confortable y esto se debe a que sus bases dudan de que la vía pacífica sea la mejor para poner fin al conflicto.

Esas bases, junto con amplios sectores de nuestra estructura política han visto, a lo largo de los 15 años transcurridos desde que se firmara el alto el fuego, que Marruecos sólo entiende el lenguaje de las armas. Ese lenguaje, por cierto, es el que nos ha permitido evitar nuestra exterminación.

Para nosotros la lucha armada no fue una elección, fue la respuesta que dimos al ataque y a la violencia contra nuestro pueblo.

Esta es la situación real que tenemos ahora, la de la desconfianza fundada del pueblo y de las bases políticas tanto en las Naciones Unidas como en los discursos que se escuchan por parte de ciertos Gobiernos que nos piden calma y se olvidan de que somos un pueblo que lleva 30 años fuera de su territorio, 30 años dividido por una ocupación ilegal, un pueblo que cuenta por cientos a sus desaparecidos y por miles a sus muertos y cuya paciencia está llegando a su límite.

En este sentido, cabría añadir que, en la actualidad, se da una coyuntura terriblemente adversa para nosotros ya que, hoy por hoy, el recurso legítimo de los pueblos a la lucha armada es etiquetada por los poderosos como terrorismo.

Esa es una amenaza que nosotros no podemos asumir, entre otras cosas, porque dependemos de la ayuda internacional para sobrevivir.

Frente a esto hay un mensaje claro y es el que ha dado la generación de jóvenes que han tomado la bandera de la lucha del pueblo saharaui en los territorios ocupados. Ellos son la expresión de que el régimen de Marruecos ha sido incapaz de imponerse ni siquiera por la fuerza y menos de doblegar la voluntad de los saharauis de ser independientes.

Los Estados Unidos están desarrollando una seria batalla por penetrar en Africa y convertirse en la nueva potencia colonizadora. Sacar el conflicto del marco de la ONU puede ser una vía .¿Cómo puede influir este hecho de cara a que este país dé un giro en su política y se decida a poner fin al conflicto saharaui?

Los Estados Unidos pueden hacer cambiar la situación de cualquier país en cualquier parte del mundo, eso es innegable y tenemos muchos ejemplos de ello.

Hay que decir aquí que al Gobierno norteamericano lo que le interesan son los Mercados, los lugares donde puede vender sus mercancías y, a su vez, de donde puede extraer sus recursos naturales. Por supuesto, Estados Unidos sabe que Marruecos no tiene ninguna de las dos cosas.

Quizás por eso el Frente POLISARIO no está catalogado ahora como organización terrorista porque Estados Unidos no se ha propuesto nunca, de forma tajante, favorecer a Marruecos.

Lo que ocurre es que efectivamente Marruecos es el tapón de Africa y, por tanto, lo que se intenta es aproximarse a una solución sin desequilibrar políticamente al régimen alauita.

Esta posición no ha implicado un compromiso firme con el pueblo saharaui; eso es cierto, pero también lo es que Estados Unidos no se ha puesto nunca del lado marroquí en su intento de legitimar su presencia en el territorio del Sáhara Occidental.

Que lo han hecho por sus propios intereses, no nos cabe duda.

En cualquier caso, la cuestión saharaui se dirime en unos términos que están contemplados de manera explícita en las leyes internacionales. Así, cuando el derecho a la autodeterminación de nuestro pueblo pueda ejercerse democráticamente, ya no habrá conflicto.

En la cara opuesta de estas políticas y posiciones de ambigüedad están algunos países latinoamericanos, especialmente Cuba y de forma más reciente Venezuela. Además, la diplomacia saharaui está desarrollando un trabajo muy serio en este continente, que ha tenido sus frutos en el reconocimiento de la RASD por parte Uruguay y Ecuador, ¿qué papel tiene Cuba y América Latina para el pueblo saharaui en un momento en el que todo apunta a un giro de los Gobiernos de ese continente hacia opciones de afirmación de las soberanías nacionales y de recuperación de los recursos naturales?

En el caso concreto de Cuba, para cualquier Sauri este país ha significado dos cosas. En primer lugar un símbolo de lucha y de resistencia que para nosotros era necesario seguir para arrancarnos el yugo de la colonia y de la ocupación.

En un segundo momento, cuando nuestro pueblo estuvo solo, abandonado a su suerte en un desierto hostil fue Cuba la que nos acogió y la que formó a miles de jóvenes saharauis en sus universidades y en sus centros de enseñanza.

Si hoy somos un pueblo culturalmente avanzado, con médicos, ingenieros, arquitectos es porque Cuba estuvo siempre al nuestro lado. La solidaridad internacionalista, que suena a risa cuando se relaciona con otros países del mundo, se convierte en algo tangible si proviene de Cuba.

Esa solidaridad, nosotros la hemos sentido en carne propia. Cuba nos ha enseñado que la práctica y la coherencia con los principios, junto con la transparencia de los ideales revolucionarios cuenta realmente.

Esto es lo que nos demuestran cada día las brigadas de profesionales cubanos que viven con nosotros permanentemente desde 1977 y que intentan resolver, junto a nosotros, los problemas más inmediatos en lo sanitario o en lo educativo, abriendo escuelas en el desierto o promoviendo a nuestros jóvenes para que vayan a estudiar en la isla.

Todos estos son elementos que conforman una Revolución, que valoramos muy altamente. Los saharauis caminamos con Cuba, eso es innegable y sabemos que, pase lo que pase, esa realidad no va a cambiar.

Ahora, además, también contamos con Venezuela, con la que ya hemos firmado acuerdos educativos, que seguro van a ser muy beneficiosos para los saharauis. Igualmente, como se ha mencionado, Uruguay y Ecuador han reconocido a la RASD y esto es un paso muy importante para nosotros. Como país y como pueblo, saber que tenemos el respaldo de cada vez más países es un impulso muy grande para nuestra lucha, en especial si viene de un continente que también lucha por adueñarse de los que legítimamente es suyo, su soberanía y su independencia.