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Entrevista a Abdelkader Taleb Omar, Primer Ministro de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).

«Sin la consulta del pueblo no puede haber ninguna solución»

Fuentes: mundoarabe.org

El pueblo saharaui lleva treinta años viviendo en el exilio. Los acuerdos tripartitos de Madrid de 1975 firmados por España, Marruecos y Mauritania cedían la colonia española a estos dos últimos países y parte de la población saharaui se vio obligada a buscar refugio en Argelia. En 1990, comenzó la tregua de una guerra que […]

El pueblo saharaui lleva treinta años viviendo en el exilio. Los acuerdos tripartitos de Madrid de 1975 firmados por España, Marruecos y Mauritania cedían la colonia española a estos dos últimos países y parte de la población saharaui se vio obligada a buscar refugio en Argelia. En 1990, comenzó la tregua de una guerra que duró 15 años entre Marruecos y el Frente Polisario, para emprender el camino de las negociaciones auspiciada por NNUU y poder encontrar una salida a las ansias de independencia del pueblo saharaui. El último Plan Baker denominado Plan de Paz para la Autodeterminación del Pueblo del Sahara Occidental de 2003, último plan del Consejo de Seguridad de NNUU proponía un referéndum para dar una salida al conflicto tras un período de transición durante el cual el Sáhara Occidental disfrutaría de una autonomía. Pero una vez más el proceso se encuentra en punto muerto porque Marruecos pone trabas a la autodeterminación del territorio saharaui. Mientras tanto, en los últimos meses se ha recrudecido el proceso de levantamiento o intifada en los territorios ocupados por Marruecos.

La República Arabe Saharaui Democrática (RASD) en el exilio fue autoproclamada el 27 de febrero de 1976 y es reconocida actualmente por más de ochenta países. El Frente Polisario, único partido de la RASD, se creó tres años antes como movimiento de liberación nacional.

Abdelkader Taleb Omar es el primer ministro de la RASD en el exilio desde octubre de 2003. Fue gobernador de Smara, miembro del Secretariado Nacional del Frente Polisario, ministro en varias ocasiones y miembro de la dirección política del Frente Polisario.

Hace ahora treinta años que ustedes viven en el exilio y desde 1991 se han sucedido los intentos de solución avalados por la ONU: Plan de arreglo de 1991, Acuerdos de Houston de 1997 y Plan Baker de 2003 ¿Qué soluciones aceptarían ustedes?

Nosotros siempre hemos defendido el referéndum. Sin la consulta del pueblo no puede haber ninguna solución, y esta tiene que pasar por una consulta popular porque son los saharauis los que tienen que decir si o no para cualquier decisión que se tome. Hay un intento de buscar una solución de consenso entre las partes (España, Marruecos, Argelia y Francia) que ellos llaman «solución política» y que se diferencia del referéndum. De eso se ha hablado aunque ahora España lo niega públicamente.

Entonces ¿Cómo se puede desbloquear este asunto?

La presión de la comunidad internacional a los marroquíes para avanzar, la llamada de atención a la comunidad internacional a través de las manifestaciones cotidianas de los saharauis de las zonas ocupadas. Y en última instancia si no se soluciona el conflicto terminará obligando al Frente Polisario a volver a las armas. Y esa es una opción muy difícil pero si no queda otro remedio se adoptará esa solución.

¿Es en este contexto donde se puede explicar el levantamiento de las ciudades del Sáhara Occidental?

Es un elemento nuevo muy importante. Las sublevaciones populares pacíficas que están teniendo lugar desde mayo pasado se dan en la siguiente situación: en primer lugar hay un bloqueo en las soluciones políticas cuando los marroquíes se echaron atrás diciendo que el referéndum ya no es aplicable y que están solamente por una autonomía. En segundo lugar los saharauis ven que, en esta situación, NNUU y el Consejo de Seguridad no están presionando como se debe. En tercer lugar el Polisario mantiene el cese el fuego. En este contexto debe entenderse estas manifestaciones que tienen como objetivos exigir el referéndum y recordar a la comunidad internacional que hay un conflicto abierto.

Sin embargo Maruecos insiste en que se trata de movimientos de otra índole.

La reacción de Marruecos es intentar ocultar las verdaderas intenciones diciendo que se trata de reivindicaciones económicas y sociales. Después dijeron que se trataba de un grupo muy reducido de jóvenes y posteriormente dijeron que son gente delincuente que están creando problemas haciendo uso de la violencia. Todos son pretextos para encarcelarlos. En los primeros momentos movilizaron el servicio de seguridad: policía, gendarmería y fuerzas auxiliares y viendo que esto no era suficiente trajeron al ejército. Ahora los barrios y las ciudades saharauis están controlados por todos los cuerpos de seguridad además del ejército marroquí. Están maltratando a la gente entrando en las casas de todos los que consideran sospechosos, detienen sin cargos, maltratan a sus familias. En estos momentos hay muchas personas que están presas y muchos heridos. Y esto no son versiones nuestras sino que la prensa internacional se ha hecho eco de ello.

¿Qué le parece la actitud europea ante la actuación marroquí frente a las protestas?

El Parlamento Europeo ha adoptado una resolución bastante clara condenando esa violación de derechos humanos y exigiendo a los marroquíes respeto a la libertad de la gente y a la libertad de circulación. Pero yo creo que los gobiernos europeos van por detrás de lo que expresan sus pueblos.

¿Cómo ve la posición española frente al referéndum?

El actual gobierno español está intentando mejorar las relaciones con el gobierno marroquí y la primera condición que ponen los marroquíes es el Sáhara. No se puede ir en contra de la política marroquí, con respecto a los territorios ocupados, como condición para la mejora de la relación de los dos gobiernos. Y esto condiciona a España. El gobierno socialista no ha tomado ninguna posición, no quiere ver el problema y nosotros creemos que hay que tomar posturas más claras sobre lo que esta pasando, ya que si España defiende las decisiones de la ONU y del Consejo de Seguridad, Marruecos no tienen ningún derecho a utilizar esto como pretexto para perturbar las relaciones con España. Y eso es lo vemos que España no hace como es debido.

¿Se sienten moneda de cambio?

No se puede descartar esta cuestión, no todo son valores y derechos. A veces hay intereses que perjudican y sacrifican esos principios. Sin embargo la defensa de esos intereses puede dar resultados contrarios a los que se pretende. No cabe duda de que el conflicto del Sáhara crea desestabilización a Marruecos por los enormes gastos de mantenimiento de su ejército y eso conlleva problemas económicos y sociales. Por otra parte el conflicto obstaculiza la colaboración de los países del Magreb para resolver los problemas económicos y sociales. Y todo esto, a largo plazo obstaculiza esos intereses que algunos quieren defender a corto plazo.

¿Quiere usted decir que la resolución del conflicto entre marroquíes y saharauis aportaría estabilidad a la zona?

La inmigración, el terrorismo o el narcotráfico son los problemas actuales que conocen Europa, España y Andalucía que es la primera frontera con Marruecos. Y esos problemas tienen como origen los problemas económicos y sociales y la falta de democracia. Si hay democracia, medios y colaboración entre todos los países de la región yo creo que todos esos problemas se reducirían enormemente. Pero eso no se puede hacer sin dar una solución democrática al pueblo saharaui ya que esta situación lleva consigo desestabilización y todos los problemas se agudizan más y nadie gana en estas condiciones. La prueba es que han pasado 30 años y estamos ante los resultados que todo el mundo conoce.

¿Qué valores comparten con Europa?

Los saharauis hemos demostrado que apostamos por la democracia, que no compartimos los extremismos que se dan en algunos países islámicos y tampoco la opresión de la mujer.

¿Qué esfuerzo le pediría usted a España en estos momentos?

España es un gran país, un gran estado. Los españoles facilitaron que Portugal diera salida al conflicto de Timor y sin embargo España no hace lo mismo con el Sáhara. Si España defiende ahora la autodeterminación del pueblo saharaui estará defendiendo un derecho internacional. Los acuerdos tripartitos se firmaron en un momento de incertidumbre en la política española y nadie sabia lo que iba a pasar, pero hoy día España es ya un país democrático y es momento de arreglar esa deuda histórica que tienen con el pueblo saharaui. Los saharauis sufren por esos acuerdos de Madrid y esta situación no debe durar más.