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Los países pobres pierden casi 150.000 millones de euros que deberían recaudar en tasas fiscales de grandes fortunas y multinacionales

Sin médicos por la evasión de impuestos a los paraísos fiscales

Fuentes: El Mundo

El multimillonario Warren Buffett reconoció en una ocasión que él paga menos impuestos que cualquier empleado suyo. Eso significa, por ejemplo, que la persona que hace las labores de limpieza de su oficina o su secretaria personal contribuyen más al fisco que el tercer hombre más rico del mundo según la lista de Forbes. Y […]

El multimillonario Warren Buffett reconoció en una ocasión que él paga menos impuestos que cualquier empleado suyo. Eso significa, por ejemplo, que la persona que hace las labores de limpieza de su oficina o su secretaria personal contribuyen más al fisco que el tercer hombre más rico del mundo según la lista de Forbes. Y es que, en el mundo en que vivimos, ser rico o ser una gran empresa multinacional es sinónimo de estar exento de deberes fiscales que las personas normales no podemos eludir.

El sistema los favorece. Los incentivos fiscales a las grandes riquezas contribuyen a incrementar aún más sus beneficios. Y la investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en sus siglas en inglés), que ha revelado una larga lista de personalidades evadiendo impuestos en cuentas opacas, es una muestra más de cómo el entramado mundial de paraísos fiscales permite que en ellos se oculten 7,6 billones de dólares (6,6 billones de euros) en manos de unos pocos. Esta cifra suma más que el PIB del Reino Unido y Alemania juntos.

Este dinero hurtado en impuestos a administraciones estatales priva a los países de ingresos fiscales que les corresponden. Pero perjudica especialmente a los países más pobres, donde los estados no tienen capacidad para proveer a su población de servicios básicos. La organización internacional Oxfam Intermón lleva meses alertando de esta situación y ha denunciado que cada año, los países pobres pierden 170.000 millones de dólares (casi 150.000 millones de euros) debido a la evasión y la elusión fiscal, mientras que 400 millones de personas están privadas del acceso a la asistencia sanitaria básica. Una pérdida que tiene una traducción fatal en vidas humanas.

«Comparando estos flujos con lo que se tarda en cubrir los Objetivos del Milenio (ODM), si cogemos el ejemplo de Chad y el ODM de reducir en dos tercios la mortalidad de menores de cinco años, se tardarían 104 años en conseguirse, cuando si se recaudara este dinero sólo se tardarían 12 años en cumplirlo», señala Susana Ruiz, responsable de Justicia Fiscal de Oxfam Intermón.

Malawi: impuestos para pagar enfermeros

Otro ejemplo: «En Malawi, los 43 millones de dólares en impuestos que deja de pagar una empresa minera australiana equivalen al sueldo de 17.000 enfermeros o al salario de 8.500 médicos», añade Ruiz. En América Latina, los flujos de dinero que se ocultan en paraísos fiscales «suponen que se pierda la mitad de la recaudación potencial en el impuesto de la renta», explica. Cubrir la necesidad de fondos requerida por Naciones Unidas para hacer frente a la crisis humanitaria dentro de Siria y financiar las necesidades de los refugiados sirios en la región costaría este año 7.730 millones de dólares (más de 6.700 millones de euros). Pero, el año pasado, los gobiernos ni siquiera aportaron el 50% de los fondos.

Actualmente, el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el 99% restante. Y la brecha no deja de aumentar. La riqueza en manos de la mitad más pobre de la humanidad se ha visto disminuida en un billón de dólares en los últimos cinco años. Un ejemplo de que la desigualdad está alcanzando niveles sin precedentes en poco más de un siglo, según señala Oxfam en su reciente informe Una economía al servicio del 1%.

En África, el 30% de la fortuna de los más ricos, un total de 500.000 millones de dólares, se encuentra en paraísos fiscales. Esta cifra supone para los países africanos 14.000 millones de dólares anuales en concepto de ingresos fiscales que se podrían invertir en necesidades como la atención sanitaria que serviría para salvar la vida de cuatro millones de niños o en contratar a profesores suficientes para que todos los niños del continente puedan ir a la escuela.

Fuente: http://www.elmundo.es/internacional/2016/04/05/57029c13e2704e384f8b45a5.html

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.