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Siria y la retorcida retórica de Obama

Fuentes: Rebelión

Para nadie es un secreto que son muy antiguos los anhelos de Washington por derrocar al gobierno del presidente Bashar al Assad. Más aún: esos anhelos por derrocar al gobierno de Siria vienen desde los ya lejanos tiempos de Hafez al Assad, padre del actual mandatario. Digamos que la hostilidad estadounidense contra el pequeño país […]

Para nadie es un secreto que son muy antiguos los anhelos de Washington por derrocar al gobierno del presidente Bashar al Assad. Más aún: esos anhelos por derrocar al gobierno de Siria vienen desde los ya lejanos tiempos de Hafez al Assad, padre del actual mandatario. Digamos que la hostilidad estadounidense contra el pequeño país árabe es más que cincuentenaria.

Tampoco es un secreto para nadie que esos propósitos de derrocamiento del gobierno sirio son parte de la estrategia de Estados Unidos por recolonizar la nación árabe, objetivo ya cumplido en otros países del Medio Oriente y del norte de África: Irak, Egipto, Túnez y Libia.

Y tampoco es un secreto para nadie que motor fundamental de esos propósitos de recolonización es la política de expansionismo territorial de Israel. Recuérdese que las alturas del Golán es un territorio sirio ocupado militarmente por la teocracia israelí desde la guerra de los seis días de 1967.

Pero hasta ahora, y luego de los ingentes esfuerzos invertidos en lograr la caída del régimen sirio, el objetivo no ha podido ser cumplido. Han hecho falta nuevas medidas hostiles y guerreristas. Una de ellas ha sido el lanzamiento de una agresión militar directa por cuenta de tropas mercenarias organizadas y financiadas por Estados Unidos, Arabia Saudita, Israel y Qatar.

Mas ni así: luego de años de guerra invasora disfrazada de guerra civil, el gobierno sirio se ha sostenido. Este hecho obligó a Washington, Tel Aviv, Ryad y Doha a instrumentar una nueva agresión militar mediante la creación de una fuerza fundamentalista, terrorista y yihadista denominada Estado Islámico, belicoso y radical engendro que ya ha logrado ocupar vastos territorios en Irak y en la propia Siria.

Viene ahora un nuevo paso: el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, acaba de solicitar al Capitolio la autorización para que Washington participe directamente en los supuestos y falsos propósitos de destruir militarmente al Estado Islámico. Y si bien Obama declaró que no piensa involucrar tropas terrestres, es claro que el pretexto está servido para propiciar, cuando se considere oportuno o necesario, la intervención militar directa sobre territorio sirio.

Mientras llega ese momento, Washington podrá utilizar su poderío aéreo, como hizo antes en Irak y en Libia, para destruir la infraestructura siria y ocasionar enormes sufrimientos y ríos de sangre entre la población civil. Y al paso del tiempo y como se vayan presentando los acontecimientos, enderezar sin tapujos el ataque militar contra el ejército y el gobierno del presidente Bashar al Assad.

En la retorcida retórica de Obama y del establishment yanqui, el enemigo aparente y declarado es el Estado Islámico, pero el enemigo real es Al Assad. Y a partir de ahora, todas las baterías del imperialismo serán dirigidas contra el gobierno sirio.

Nada, sin embargo, garantiza el éxito de la nueva cruzada colonialista de Washington. La hipócrita petición de Obama al Congreso tendrá que generar en lo inmediato reacciones contrarias del gobierno sirio y de los países aliados de éste: Rusia, Irán y China, principalmente.

Y por lo que toca al presidente Al Assad, ésta ya ha dado muestras abundantes de que no piensa rendirse. Una vez desatada la guerra, las consecuencias siempre son impredecibles. Pero ya es un buen comienzo para las fuerzas antiimperialistas que haya calado en la conciencia del mundo que estamos presenciando una nueva cruzada imperialista y no una guerra justa y necesaria contra el terrorismo islamista o yihadista, en una versión, como Al Qaeda, fabricada en los sótanos de la Casa Blanca, el Pentágono y el Capitolio.

Sólo el tiempo dirá si la criminal decisión de Obama se salda con el derrocamiento de Al Assad o termina en la derrota de la nueva intentona recolonizadora.

Blog del autor: www.miguelangelferrer-mentor.com.mx

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.