Se cumplieron ayer 35 años de la primera acción armada del Frente Polisario como organización representante del pueblo saharaui en la lucha por la independencia de su país. Hasta entonces, todos los intentos de ese pueblo por obtener, negociadamente, su derecho a la soberanía fueron ignorados o reprimidos brutalmente por España. La masacre del 17 […]
Se cumplieron ayer 35 años de la primera acción armada del Frente Polisario como organización representante del pueblo saharaui en la lucha por la independencia de su país. Hasta entonces, todos los intentos de ese pueblo por obtener, negociadamente, su derecho a la soberanía fueron ignorados o reprimidos brutalmente por España.
La masacre del 17 de junio de 1970 en la que cayó muerto el máximo líder del movimiento de liberación saharaui, Sidi Brahim Bassiri, fue la muestra más clara que pudo dar la potencia colonial con respecto a sus intenciones. Luego vendrían la Marcha Verde, los Acuerdos Tripartitos, la complicidad con la ocupación del Sáhara Occidental, el éxodo, los asesinatos en masa, las cárceles, las torturas y la división forzada de un pueblo.
Para los saharauis, sin embargo, ya no había retroceso posible. El fin del camino sólo iba a llegar con el referéndum de autodeterminación que las leyes internacionales y la Carta de Naciones Unidas hacían suyo de pleno derecho.
Tres días después de que, el 15 de noviembre de 1975, se firmaran los citados Acuerdos Tripartitos de Madrid, contraviniendo el dictamen consultivo del Tribunal Internacional de Justicia de la ONU, emitido en octubre de ese mismo año, el Frente Polisario habló ante la Cuarta Comisión de la Asamblea General de Naciones Unidas, y lo hizo para defender la soberanía del pueblo saharaui sobre su territorio, así como para llamar al cumplimiento de las responsabilidades de esa instancia de representación internacional.
Dicha alocución, que extractamos aquí, constituye un legado invaluable para las aspiraciones legítimas de los hombres y mujeres del Sáhara Occidental. Su absoluta vigencia refleja la decisión de ser libres que tomaron los saharauis hace décadas, también su firmeza y su capacidad de lucha. Hoy, el pueblo del Sáhara Occidental junto con el Frente Polisario siguen resistiendo y combatiendo la barbarie, venga de donde venga. Esa es su señal de victoria.
Nueva York, 18 de noviembre de 1975: » (…) No aceptamos otra definición de soberanía que la siguiente: Soberanía es un todo indivisible (…)
No cabe duda de que ninguno de los aquí presentes permitiría la división de su país en dos partes y de su pueblo en dos mitades, entre dos fracciones de ninguna clase. Estas pretensiones se ocultan bajo el lema de una comunidad de derechos, aunque más apropiado sería usar otro nombre, o sea, comunidad de intereses, los cuales reflejan las intenciones oscuras de usurpar la tierra de este pueblo antes de que logre su independencia.
Nos encontramos aquí para aprovechar esta oportunidad histórica de que oigan los presentes la verdad de boca misma de los directamente afectados por mil vicisitudes y para que la Comunidad Internacional pueda estar a la altura de sus responsabilidades que residen en la defensa de un pueblo cuyos derechos se atropellan y al que se juzga débil. Y también para que esta Comunidad Internacional consiga cumplir la encomienda que se le confió frente a los pueblos que ustedes representan.
(…)El pueblo saharaui está dispuesto a defender hasta la última partícula de su suelo y su soberanía nacional, incluso al precio más alto.
Queda claro que el desafío de España y los países expansionistas contra todas las resoluciones de Naciones Unidas (…) y el aplazamiento de su aplicación se considera un indicio peligroso de que la mayoría de las resoluciones de la Comunidad Internacional se quedarán en buenos deseos.
Queda claro que no existieron relaciones históricas de soberanía entre el pueblo saharaui y sus vecinos y que no se trata de una cuestión jurídica, sino política que se debe decidir de acuerdo con la realidad, que es lo que viene defendiendo el Frente polisario durante años y confirmó la opinión consultiva del Tribunal Internacional de Justicia.
Queda claro en el informe de la Misión de la ONU que existe voluntad en este pueblo de lograr la independencia (…).
El peligro de cualquier intervención exterior se deriva del desdén descarado de la Carta de Naciones Unidas y se considera un precedente grave que puede convertir a la región en un campo de batalla, con consecuencias imprevisibles (…).
La soberanía nacional es indivisible y la decisión de nuestro pueblo es defender la integridad territorial y defender un orden republicano que no albergue animosidad contra nadie y que tenga relaciones con todos los pueblos y estados del mundo, estableciendo vínculos de igualdad con todos ellos de acuerdo con los cinco puntos de la coexistencia pacífica (….); su voluntad es la de cooperar con sus hermanos vecinos en todos los sentidos y con amplitud de criterio.
El Frente Polisario es el poder político que domina en la región; esto quedó claro de forma irrecusable ante la Misión de Naciones Unidas y él es el único responsable del pueblo saharaui. Por ello deben celebrarse negociaciones con él en cuanto al traspaso de soberanía. Adaptando esta perspectiva comprendemos que el lugar que corresponde a mi pueblo se encuentra aquí, entre ustedes porque no se puede reconocer lógicamente sino a una sola representación para el mismo pueblo y el Frente Polisario será el que se encargue de esta representación.
Les pedimos que reafirmen el derecho inalienable del pueblo saharaui a la independencia de acuerdo con la resolución 1514 y las resoluciones sucesivas relativas a la cuestión del pueblo saharaui.
Que obliguen al estado colonialista a que ponga fin a su presencia en el territorio (…).
Que amonesten a los vecinos del sáhara frente a todo intento ilegítimo de intervenir en los asuntos internos de nuestro pueblo y frente a toda amenaza a la paz, la seguridad y la estabilidad de la región
Que condenen toda tentativa de partición de la patria saharaui o de anexión por la fuerza (…).
Que proclamen el reconocimiento del derecho del pueblo saharaui a adoptar todas las medidas necesarias para recuperar su soberanía nacional y para defender su integridad territorial, incluidas la petición y aceptación de apoyo de todos los países amantes de la paz, siempre que el pueblo conserve su libertad de elección del orden político que prefiera (…)».