Salvador Sostres i Tarrida es editorialista de COPE y escribe actualmente artículos de opinión en el diario El Mundo. Si no ando errado, tomo la referencia de un artículo de Javier Vizcaíno en Público [1], el pasado lunes, tras de la muerte de Manuel Fraga -«SST: «Fraga tenía una forma de hacer política que no nos conviene […]
Salvador Sostres i Tarrida es editorialista de COPE y escribe actualmente artículos de opinión en el diario El Mundo. Si no ando errado, tomo la referencia de un artículo de Javier Vizcaíno en Público [1], el pasado lunes, tras de la muerte de Manuel Fraga -«SST: «Fraga tenía una forma de hacer política que no nos conviene olvidar»-escribió una nota en la que afirmaba que franquistas y antifranquistas «fueron, por lo general, igual de totalitarios. Decir que Franco era demócrata es tan disparatado como decir que lo fue Manuel Sacristán, a pesar de que, al final, Franco trajo la democracia y Sacristán no trajo absolutamente nada».
Hay algunos errores en esta singular consideración que me gustaría señalar.
Que franquistas y antifranquistas fueran, por lo general, igual de totalitarios es una afirmación que dista mucho de ser evidente para ser aceptada y bebe de viejas aguas que ponen todo en la misma fuente: Monarquía-República, República-dictadura fascista, todo es igual y lo mismo. Si SST cree que es así, debería haber argüido con detalle a favor de su afirmación. Dejada así, aparte de otras consideraciones razonables (insulto, infamia, revisionismo) es equivalente a un simple enunciado asignificativo. Un simple ruido; como tal podemos tomarlo. Nada.
Decir que Franco fue un demócrata es un disparate. Sin duda. Decir que es igual de disparatado que sostener que lo fuera Manuel Sacristán es otro disparate de igual o mayor calibre. Sacristán no fue sólo un demócrata, desde luego, fue mucho más que eso aún siendo eso también, un defensor (teórico y práctico) de un concepto no demediado de democracia. Durante décadas, más de la mitad de su no larga vida, el autor de Papeles de filosofía defendió como pocos, y a riesgo de muchas cosas, la justa necesidad de que la ciudadanía, sobre todo la más desfavorecida, tuviera un papel esencial en la autodeterminación de su vida y en la de la colectividad de la que formaba parte a pesar de que permanentemente era marginada o incluso lanzada violentamente a la cuneta.
Que Franco trajera la democracia es uno de los mejores (peores) nonsense que uno haya podido leer nunca, además, desde luego, de un premeditado insulto a las familias de centenares de miles de asesinados, torturados y perseguidos. Pero es sabido que no insulta quien quiere sino quien puede y SST por mucho que se empeñe, no puede insultar a ningún ciudadano antifranquista, a ningún represaliado por el fascismo español.
Que Sacristán, el marxista más competente de nuestra historia, uno de los filósofos más relevantes de la segunda mitad del XX, un lógico esencial de la consolidación de los estudios lógicos en nuestro país, un traductor infatigable que nos regaló versiones admirables de obras de -entre muchos otros- Platón, Quine, Marx, Lukács, Adorno, Engels, Marcuse y Schumpeter, un metodólogo como ha habido pocos, un activista político sólido donde los hubiera, un precursor del ecologismo socialista, un profesor que fue maestro de muchos, en fin, una figura central de la cultura, la filosofía y la política de la segunda mitad del siglo XX, que esa persona, decía, «no trajera absolutamente nada» es otro disparate mayúsculo que nos da una imagen bastante fiel de la verdadera altura política, cultural y científica de Salvador Sostres i Tarrida. Lo ya sabido.
Nota:
[1] http://blogs.publico.es/trama-mediatica/2012/01/18/mas-planidos-fraguianos/
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