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Somalia, el Afganistán de África

Fuentes: Kayman Press Service

Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Rocío Anguiano

El hotel Mombassa Paradise de propiedad israelí, ha sido el marco elegido durante estos últimos días para un congreso bastante inusual. Sin los habituales turistas israelíes, que habían sido todos ellos evacuados, el hotel se requisó para acoger la asamblea general fundacional de una nueva ONG internacional, WSF, Warlords sans frontières (Señores de la guerra sin fronteras) . En presencia de delegados de 37 países y regiones de Asia y África, se eligió de forma unánime la Junta Directiva. Dicha Junta tiene la particularidad de contar no con uno sino con cinco presidentes rotatorios. En efecto, tras dos noches y un día de debates, los congresistas no consiguieron elegir un presidente único, ya que todos los candidatos querían ser presidente. Los cinco afortunados son: Abdul Rashid Dostom (Afganistán), Hamid Karzai (Afganistán), Massud Barzani (Irak), Yalal Talabani (Irak) y Hussein Mohamed Farah Aidid (Somalia). Este último será el que ejerza el cargo los seis primeros meses de presidencia. El congreso rendía así un homenaje a la reciente victoria de sus fuerzas que acaban de tomar el control de Mogadiscio tras derrotar a las tropas del Consejo Supremo de los Tribunales Islámicos, con la ayuda del ejército de Etiopia y el apoyo logístico y táctico de la US Army , que entrena y arma a soldados etíopes desde hace varios meses y proporciona al ejército de Addis Abeba la información necesaria. La nueva ONG, que se presenta como «humanitaria», ha afirmado en su declaración preliminar que quiere «instaurar una democracia inspirada en la constitución estadounidense» en los países en los que tiene representación, combatiendo cualquier tipo de terrorismo y subversión, pero sobre todo la islamista». El congreso fue patrocinado por las empresas Halliburton, UNOCAL, Bechtel, Uzi y Beretta. La empresa rusa Kalashnikov declinó la oferta de los organizadores para sumarse al evento. Además de los congresistas, se invitó a observadores de 13 países, entre los que destacan Argelia, Congo, Colombia, Indonesia y las Islas Fidji. Dos embajadores con destino en Nairobi, el de EEUU y el de Israel, siguieron las sesiones. En la velada de inauguración del congreso, los participantes asistieron a la proyección de la inolvidable obra maestra de Ridley Scott, Black Hawk derribado , que relata las desventuras de los infantes de marina estadounidenses en Mogadiscio en 1993.

KPS presenta a sus lectores el primer presidente rotatorio de WSF, el simpático Hussein Mohamed Farra Aidid, Viceprimer Ministro y Ministro del Interior del Gobierno Federal de Transición somalí .

El hombre de los dos pasaportes


Hussein Mohamed Farah Aidid, el menos desconocido de los nuevos «señores» de Mogadiscio, se hizo famoso en 1993 cuando era miembro del cuerpo de marines y participaba en la operación Restore Hope del ejército americano en Somalia. Como era el único militar estadounidense que hablaba somalí, sus servicios de traductor-intérprete eran muy solicitados, especialmente para los tratos con su padre, el general Farah Aidid, que entonces luchaba contra la intervención de EEUU. El general había sido jefe de los servicios de inteligencia del dictador Silyad Barré, derrocado en 1991, que lo había encarcelado acusándolo de preparar un complot contra su régimen. El joven Hussein, que a los 14 años se refugió con su madre en California, «naturalmente» se alistó en los marines en 1987 y participó en la primera Guerra del Golfo, por lo que tuvieron la generosidad de concederle la ciudadanía estadounidense en 1991. Tras siete años de buenos y leales servicios, volvió a la vida civil en California. Pero los lazos del clan son más fuertes que todo. Después de la muerte de su padre en 1996, vuelve a Somalia, en donde toma la dirección de la Alianza Nacional Somalí, aliada con el Congreso Somalí Unificado de su padre, dos organizaciones que provienen del subclan de los Habr Gedir del clan Hawiyé del que su padre era jefe. Luego Hussein se convierte en el Viceprimer Ministro y Ministro del Interior en el Gobierno Federal de Transición (GTF), un gobierno fantasma creado por la «comunidad internacional» (o sea EEUU y Etiopia), con sede en Nairobi y Baidoa. El GTF lo preside Abdullahi Yusuf Ahmed y su Primer Ministro es Ali Mohamed Gedi.

El GTF, resultado de los compromisos entre la «comunidad internacional» y una serie de señores de la guerra, no era nada y solo existía en el papel, en algunos hoteles de lujo de Kenia y en las villas decrépitas de Baidoa. Pero el tiempo, el Tío Sam y Tonton (1) Meles trabajaban para él.

Tonton Meles es el inamovible Primer Ministro etiope, Meles Zenawi, que se ha convertido en el hombre clave de la estrategia estadounidenses en el Cuerno de África. Lo que resulta bastante cómico cuando se piensa que el mismo Zenawi era al principio el jefe de un grupúsculo maoísta proalbanés que combatía el régimen del coronel Mengistu, prosoviético, en nombre de la pureza de los ideales marxistas-leninistas. Después su Frente de Liberación del Tigré, adecuadamente apoyado y asesorado por EEUU, acabó haciéndose con el poder en Addis Abeba. Un preludio de lo que sucedería algunos años más tarde en Kosovo, en donde la UCK, creada inicialmente por partidarios del Guía Supremo albanés Enver Hodja, acabó por desempeñar el papel de fuerza sustitutiva de la OTAN en la «liberación» del Kosovo del dominio serbio. O de lo que iba pasar en Irak, en donde los warlords kurdos Talabani y Barzani, con el fuerte respaldo de Israel en su lucha contra Bagdad, acabaron convirtiéndose en los sustitutos de los invasores estadounidenses. El presidente de EEUU Truman le respondió a un embajador que le hizo notar que el dictador de Santo Domingo, Trujillo, era un «nazi»: «Sí, pero es nuestro nazi».

Bush podría decir lo mismo: «Si pero son NUESTROS warlords «.

Adiós al pasaporte somalí

Así pues, los etíopes y sus suplentes somalíes han liberado Mogadiscio de los tribunales islámicos, a los que la propaganda de EEUU y Etiopia presentaba como horribles talibanes vinculados a al-Qaeda. Está claro que los tribunales islámicos no son unos angelitos, pero según la opinión general, permitieron a la población de Mogadiscio respirar y recuperar un mínimo de seguridad, tras quince años de reinado de los warlords, en el que la ocupación favorita de los soldados bajo sus órdenes era extorsionar a la gente y violar mujeres y chicas jóvenes. Todos los reporteros por poco objetivos que fueran coincidieron en admitirlo. Ante la ofensiva etiope de diciembre, los combatientes de los tribunales islámicos aplicaron una regla de oro en la guerrilla: cuando el enemigo ataca en masa, hay que dispersarse y reagruparse en otra parte para esperar buenas ocasiones de volver a la contraofensiva. Es lo que hicieron los talibanes en 2001-2002 y los iraquíes en 2003. En resumen, los somalíes no tiene de qué alegrarse, incluso si pueden volver a masticar khât, el equivalente local de la hoja de coca que provoca un estado de letargo ligeramente eufórico, El khât, que fue prohibido por los tribunales islámicos, se puede adquirir de nuevo en los mercados de Mogadiscio. Igual que el opio en Kabul.

Los somalíes tienen motivos para inquietarse por el futuro de su nación. Un ejemplo de ello son las increíbles declaraciones de Hussein Mohamed Farah Aidid al final de un encuentro con los jefes de los clanes en Villa Somalia (antigua residencia presidencial totalmente decrepita en Mogadiscio) el 2 de enero.

«El 60 % de los dos millones de refugiados somalíes viven en Etiopia y utilizan ya pasaporte etíope. Etiopia y Somalia tienen 2000 kilómetros de fronteras en común. Los dos ríos que corren por Somalia, Shabelle y Jubba, vienen de Etiopia. Es el momento de eliminar las fronteras entre nosotros porque somos hermanos y usaremos un único pasaporte». Añadió que Etiopia era el único país que se había preocupado de Somalia y de intentar establecer un Estado «cuando todos nos habían abandonado». Puso el ejemplo de la reconciliación francoalemana en 1945. Pero en su desacertada comparación se le olvidó mencionar un pequeño detalle: cuando Alemania y Francia se reconciliaron, el ejército alemán ya no ocupaba Francia. Y Francia no tenía un ministro del Interior con pasaporte alemán y pasaporte americano…

Feliz semana, de todas formas.


Que la fuerza del espíritu os acompañe.

Nota lingüística: para aquellos que lo ignoren warlord significa señor de la guerra. El nombre Hussein Aidid se escribe en inglés Hussein Aideed y en somalí Xusen Caydid de acuerdo con la trascripción en caracteres latinos instaurada en la época del «socialismo somalí» por Siyad Barré a partir del modelo de la Turquía de Kemal Atatürk.

Nota de la traductora:

(1) Tonton es el apelativo cariñoso que se utilizan los niños en francés para referirse a su tío. Así llamaban los franceses a François Mitterrand.


Véase la crónica del Kayman los lunes en www.quibla.net

Rocío Anguiano es traductora de Rebelión y Tlaxcala. Este artículo se puede reproducir con fines no comerciales a condición de respetar su integridad y mencionar a sus autores y la fuente. URL de este artículo: http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=1905&lg=es