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Sudáfrica: Ex vicepresidente sobreseído, por ahora

Fuentes: IPS

Una vindicación, un aplazamiento temporal, una reafirmación del sistema judicial de Sudáfrica, una crítica a la Fiscalía… Las interpretaciones del sobreseimiento del ex vicepresidente Jacob Zuma, acusado de corrupción, son muchas y variadas. «Sentimos que toda la alianza fue reivindicada por la decisión del juez de suspender el caso de corrupción contra Zuma», dijo a […]

Una vindicación, un aplazamiento temporal, una reafirmación del sistema judicial de Sudáfrica, una crítica a la Fiscalía… Las interpretaciones del sobreseimiento del ex vicepresidente Jacob Zuma, acusado de corrupción, son muchas y variadas.

«Sentimos que toda la alianza fue reivindicada por la decisión del juez de suspender el caso de corrupción contra Zuma», dijo a IPS el portavoz del Partido Comunista Sudafricano, Malesela Maleka, tras conocerse la decisión judicial el miércoles.

El Partido Comunista se alió al gobernante Congreso Nacional Africano (ANC) y al Congreso de Sindicatos Sudafricanos (Cosatu) en una coalición tripartita que se desgastó con el proceso judicial.

Los sindicatos, el Partido Comunista y la Liga de Juventudes del ANC respaldaron abiertamente al ex vicepresidente.

Zuma acapara aún gran apoyo por ser más sensible a la situación de los pobres que el presidente Thabo Mbeki, criticado por haber optado por políticas económicas conservadoras y empresariales, así como un enfoque centralizado de la toma de decisiones.

Después que la Suprema Corte, en la sudoriental ciudad de Pietermaritzburgo, suspendió el caso, el ex vicepresidente viajó a Midrand, cerca de Johannesburgo, donde fue agasajado por los delegados presentes en el congreso anual de Cosatu.

Pero las tribulaciones legales del ex vicepresidente no quedaron totalmente en el pasado, recordó el experimentado investigador Jake Moloi, del Instituto de Estudios de Seguridad, con sede en Pretoria.

«Es un logro pasajero. El sobreseimiento sólo reforzó y fortaleció a sus seguidores», dijo a IPS.

«A Zuma también le puede parecer que es un gran espaldarazo. Pero una nube pende sobre él. Un juez ya mencionó su ‘relación corrupta’ con su ex asesor financiero. Esa impresión puede permanecer latente por mucho tiempo», añadió.

Los fiscales habían solicitado la postergación del caso para terminar de elaborar la acusación en contra del ex vicepresidente.

Pero la defensa de la Fiscalía se basó en documentos obtenidos en allanamientos a la casa y oficinas de Zuma y su abogado, cuya legalidad ahora se cuestiona en el tribunal.

Mientras se sigue recusando la legalidad de esos procedimientos, el juez Herbert Msimang dictaminó que los fiscales no iban a poder cumplir con los requisitos legales de presentar las pruebas necesarias antes del levantamiento de la sesión.

Cuestionando a la Fiscalía, el magistrado señaló que se había tomado «una decisión apresurada» al procesar a Zuma, y también que «la implementación de esa decisión constituyó el comienzo del fin». «Desde entonces, los fiscales pasaron de un desastre a otro», agregó.

La decisión del miércoles libró a Zuma del atolladero, pero no es el fin de los procesos en su contra. La Fiscalía puede acusarlo otra vez.

Los fiscales quieren procesar nuevamente al ex vicepresidente por los intentos de su ex consejero financiero, Schabir Shaik, de pedir sobornos anuales para él de 70.000 dólares a la subsidiaria sudafricana de la compañía armamentista francesa Thales, a cambio de proteger a Zuma en las indagaciones sobre el acuerdo para adquirir armas en 1999.

El caso se volvió contra Zuma luego de que Shaik fuera sentenciado a 15 años de prisión por fraude y soborno.

Cuando la jueza Hilary Squires comunicó el falló en junio del año pasado, calificó de «generalmente corrupta» la relación entre Zuma y Shaik, quien apeló la resolución.

En 2003, la Fiscalía, entonces encabezada por Bulelani Ngcuka, anunció que no continuaría con la acusación de corrupción contra Zuma, alegando que no tenía posibilidades de ganar el caso.

La situación cambió tras la sentencia de Shaik, la que también provocó la destitución de Zuma como vicepresidente, aunque conservó su cargo en el ANC.

En diciembre, Zuma también fue acusado de violar a una amiga de su familia, portadora del VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida). Fue juzgado por el presunto delito en febrero y absuelto tres meses después.

El ex vicepresidente admitió haber mantenido relaciones sexuales con la demandante aunque con su consentimiento. También reveló que no había usado ningún método de protección pero después se había bañado para disminuir las posibilidades de contraer el virus.

El comentario fue duramente criticado por activistas de la lucha contra el sida e incluso desató la ira del premio Nóbel de la Paz y ex arzobispo anglicano de Ciudad del Cabo, Desmond Tutu.

El religioso señaló en un discurso, tras conocerse los dichos de Zuma, que «no podría mantener la frente alta si la persona que podría convertirse en su presidente no consideró necesario pedir disculpas por mantener relaciones sexuales casuales, sin la adecuada protección, en un país devastado por esta horrorosa pandemia».

En cambio, el ex vicepresidente declaró que las acusaciones en su contra eran parte de complot para impedir que se convirtiera en el próximo presidente de Sudáfrica, cargo para el que era considerado el candidato con más posibilidades.

Cientos de partidarios de Zuma se congregaron el miércoles frente a la Suprema Corte en Pietermaritzburg, festejando el veredicto de Msimang.

Para muchos, el sobreseimiento del ex mandatario podría ayudarlo a presentarse nuevamente como candidato a la presidencia.

Debido a que el segundo y último mandato de Mbeki termina en 2009, el ANC elegirá su próximo líder, y futuro presidenciable, en 2007.

El portavoz del Partido Comunista mostró cautela ante las perspectivas de que Zuma sea jefe de Estado. «Es un asunto del ANC. Por supuesto que nos interesa quién resulte elegido en la conferencia de ese partido» en 2007, señaló.