El gobierno de Sudán ha cambiado su postura y ha aceptado el despliegue de una fuerza de paz de 3.000 soldados de Naciones Unidas en Darfur. El anuncio lo hizo el pasado lunes el ministro de exteriores sudanés Lam Akol comunicando que Jartum aceptaba la segunda fase del plan de Naciones Unidas para apoyar a […]
El gobierno de Sudán ha cambiado su postura y ha aceptado el despliegue de una fuerza de paz de 3.000 soldados de Naciones Unidas en Darfur. El anuncio lo hizo el pasado lunes el ministro de exteriores sudanés Lam Akol comunicando que Jartum aceptaba la segunda fase del plan de Naciones Unidas para apoyar a la débil fuerza de paz de la Unión Africana, cuyos 7.000 soldados no han conseguido detener la violencia en la región occidental sudanesa. La nueva fase incluye también el envío de helicópteros de ataque de apoyo a la misión de pacificación.
Cuatro años dura el conflicto en Darfur entre los rebeldes y el gobierno, acusado de apoyar a las milicias árabes Yanyauid. Los violentos enfrentamientos han causado más de 200.000 muertes y al menos dos millones y medio de desplazados.
El acuerdo ha llegado después de John Negroponte, segundo del secretario de estado norteamericano, dijera a Jartum que se enfrentaba a un aislamiento internacional si no aceptaba todas las fases del plan de Naciones Unidas. La primera fase consiste en un ligero contingente de apoyo que incluye asesores de la policía de Naciones Unidas, personal civil y apoyo técnico y logístico, que ya ha sido enviado. El plan para estabilizar una región que tiene la extensión de Francia culminará con el despliegue de una fuerza mixta de la UA y de Naciones Unidas de 17.000 soldados y 3.000 policías.
Negroponte hizo un llamamiento a los rebeldes para sumarse a las negociaciones de paz. Al gobierno de Sudán le instó a cumplir el acuerdo firmado año pasado que contempla el desarme de las milicias Yanyauid, acusadas de cometer atrocidades en Darfur. «El gobierno de Sudán tiene que desarmar a los Yanyauid, las milicias árabes que sabemos que no existirían sin el apoyo del gobierno de Sudán», dijo Negroponte. Jartum siempre ha negado su apoyo a los Yanyauid, a pesar de las acusaciones de Naciones Unidas y de la UA.
El enviado estadounidense también acusó a Sudán de estar obstaculizando los esfuerzos internacionales para ayudar a los refugiados. «La negación de visados, la persecución contra personal humanitario y otras medidas dan la impresión de que Sudán está realizando una campaña deliberada de intimidación», añadió Negroponte.
Oxfam ha lanzado un llamamiento a fortalecer la ayuda humanitaria en Darfur. Se necesitan diez millones de dólares para yudar a la población desplazada que todavía continúa huyendo de la violencia, según la organización humanitaria que actualmente está suministrando agua potable y atenció sanitaria a más de 500.000 personas en Darfur y en el este de Chad. «Cerca de un millón de personas no están recibiendo ninguna ayuda y en algunas zonas los esfuerzos para ayudar están bajo constante amenaza debido a la creciente inseguridad», dijo la organización. Su director internacional Penny Lawrence acaba de realizar una visita por la región. «Es la mayor concentración de gente sufriendo de todo el mundo y es un escándalo que ofende a los valores morales universales», enfatizó el representante de Oxfam.
El conflicto en Darfur comenzó cuando los rebeldes de etnias africanas se levantaron contra el gobierno central de Jartum acusándole de marginar a la región. El gobierno está acusado de responder al levantamiento apoyando a las milicias árabes Yanyauid, culpadas de cometer asesinatos indiscriminados. El gobierno niega este apoyo.