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Sudán, todo alineado para el naufragio

Fuentes: Rebelión [Imagen: evacuación de civiles españoles en Sudán]

A más de una semana del estallido de los enfrentamientos armados tras una larga disputa política entre los dos hombres fuertes de Sudán, el general Abdel Fattah al-Burhan y el líder del grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), Mohamed Handan Dagalo, conocido como Hemetti, el conflicto gana cada día más intensidad.

Desoyendo los pedidos de docenas de grandes líderes mundiales y organizaciones internacionales la batalla por Jartum, la capital del país, que se libra en pleno centro de la ciudad, continúa, por lo que la población civil que vive en las áreas de combate ya carece de agua potable, de alimentos, de electricidad y de acceso a internet, con temperaturas que alcanzan los 40 grados. Se hicieron cada vez más frecuentes los saqueos a comercios y casas particulares por parte de los efectivos en combate, lo que podría estar indicando la falta de suministros a los bandos en lucha.

No hay un número cierto de muertos y heridos, miles los residentes han escapado prácticamente con lo puesto dejando detrás en muchos casos soberbios pisos, ya que el epicentro de las operaciones se estableció en los barrios más caros de Jartum. Lo único probable es que una bomba los termine convirtiendo en parte de la estadística de muertos.

Si bien no se sabe quién inició el fuego el pasado sábado 15, por la gran cantidad de armamento utilizado hasta ahora se muestra claramente que los contendientes habían acopiado grandes cantidades de armamentos, mostrando además la intención de no detenerse, por los menos hasta que alguno de los dos consuma sus arsenales, aunque ya se distingue qué aliados exteriores, por afinidad “filosófica” o por intereses económicos, pueden estar abasteciéndolos.

La refriega, que entre otras cosas se ha llevado por delante el Eid al-Fitr, la celebración, con la que se marca el fin del ayuno observado a lo largo del sagrado mes de Ramadán, en una sociedad mayoritariamente musulmán, amenaza conconvertirse en una guerra civil que ya abarca varias regiones del país.

Dos factores colaboran con la extensión de conflicto: Las innumerables organizaciones y grupos armados activos en Sudán, cuya línea divisoria entre lo criminal y lo político es muy tenue, que se han comenzado a alinear con uno u otro bando. El otro factor es la finalización del Ramadán, por lo que si la presión internacional no detiene de manera urgente a los contendientes, en cuestión de horas el país entero estará en llamas.

También hay que considerar dada la inestabilidad crónica de las fronteras africanas -ya que los límites geográficos de los grupos étnicos, en la mayoría de los casos, no reconocen las fronteras trazadas por las metrópolis coloniales- que el conflicto podría escalar en países vecinos.

Mientras tanto algunas fuentes precisan que diferentes combates ya se libran en al-Fasher en Darfur del Norte, El Obeid en Kordofán del Norte, Nyala en Darfur del Sur y Kassala, la capital del estado de Kassala, al noroeste del país. En diferentes localidades donde no se han producido choques armados se reportan la llegada de miles de desplazados por los combates. Las organizaciones humanitarias han suspendido sus tareas en los estados de Kordofán Meridional y Occidental.

Se conoció que en la ciudad Nyala, al sur de Darfur, las fuerzas de Hemetti se hicieron con el control de numerosas bases militares desactivadas que ahora se están poniendo en condiciones.

Justamente en Darfur y áreas circundantes sería el lugar donde el bando de Hemetti se instalaría si se viera en la situación de replegarse, ya que el Ejército parece tener mayor control sobre Jartum. En Darfur Hemetti cuenta con importantes bastiones que le permitirían resistir y establecer, incluso desde allí, una contraofensiva.

Algunos analistas incluso temen la posibilidad de que se desestabilicen países vecinos como Chad, la República Centroafricana, Libia y Sudán del Sur, naciones que en mayor o menor grado están sufriendo conflictos armados.

La mayoría de los civiles que han escapado de Jartum buscaron refugio en la ciudad de Wad-Madani, a 130 kilómetros al sureste de la capital, donde se ha visto a miles de jartumíes durmiendo en sus vehículos y en las calles.

Recep Tayyip Erdoğan, el presidente turco, el pasado jueves se incorporó a la larga lista de mandatarios extranjeros que se comunicaron tanto con al-Burhan como con Hemetti solicitando una tregua, de la que mientras el tiempo pasa y los ánimos se caldean, la perspectiva es cada vez más lejana, ya que los altos el fuego que se intentaron instalar la semana pasada se desmoronaron no bien fueron establecidos.

Mientras tanto, desde el sábado 22 se empezó a conocer la evacuación de los extranjeros sorprendidos en diferentes puntos de Sudán. Países cercanos, como por ejemplo Arabia Saudita, consiguió ser el primero en repatriar no sólo a sus 157 súbitos, sino también a ciudadanos de Kuwait, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Túnez, Pakistán, India y Bulgaria, trasladándolos por tierra hasta Port Sudan, sobre el Mar Rojo frente a las costas sauditas, a unos 850 kilómetros de Jartum, para embarcarlos en cinco naves y llevarlos hasta Jeddah (Arabia Saudita), unos 290 kilómetros terrestres al norte. Entre los rescatados se encuentra la tripulación del avión de la Saudi Airlines, tiroteado en las primeras refriegas del conflicto.

También se ha reportado la evacuación de la mayoría de las misiones diplomáticas occidentales como las de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Países Bajos, Grecia o España, así como las de China, Japón y Corea del Sur. La mayoría de estas naciones han enviado aviones a Djibouti, a unos 1700 kilómetros de Jartum, desde donde están coordinando el rescate de sus nacionales.

El presidente norteamericano Joe Biden, tras el anuncio de la evacuación de su personal en Jartum, para lo que se utilizaron tres helicópteros CH-47 Chinook en una operación fue monitoreada por el AFRICOM (Comando de Estados Unidos para África) en conjunto con el Departamento de Estado, además dispuso la suspensión de las tareas de su embajada hasta nuevo aviso. Mientras tanto no hay noticias sobre los 16.000 norteamericanos, muchos con doble nacionalidad, que residen en Sudán.

En  un convoy de la embajada francesa que transportaba ciudadanos civiles y personal diplomático, tras un ataque armado, resultó herido uno de sus ocupantes.

Turquía, que tiene cerca de 600 ciudadanos en el país, debió suspender la operación de rescate, ya que se produjeron enfrentamientos en cercanías de la mezquita designada como punto de reunión de sus ciudadanos.

La conexión Hafther

La relación del general libio Khalifa Hafther con el líder Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), el pseudo general Mohamed Handan Dagalo o Hemetti, viene de lejos, ya que en el 2013 fue Hafther quien colaboró para la creación de las FAR.

Hafther un gran animador de la guerra civil libia desde 2011, tras diferentes reveses se ha establecido en el lado oriental de Libia, con frontera tanto con Sudán como con Egipto, otro de los países destinado a tomar una gran injerencia en el conflicto sudanés con quien cuenta con 1.200 kilómetros de frontera.

El eje Hafther-Hemetti se estableció desde antes de la caída en 2019 del general Omar al-Bashir, quien gobernó Sudán durante 30. La relación Hafther-Hemetti se ha ido fortaleciendo a medida que Hemetti lograba lugares de mayor protagonismo en la política de su país. Incluso Hemetti envió a 1.000 de sus hombres a Libia para luchar junto a Ejército Nacional Libio (ENL), la fuerza militar de Hafther.

Según fuentes vinculadas al Departamento de Estado norteamericano, se cree que Hemetti y Haftar han sido “socios” en operaciones de contrabando de oro, petróleo, armas, droga y personas, ya que, por Sudán y Libia cruzan las principales rutas para el tráfico de migrantes.

Las mismas fuentes insisten con que en las últimas semanas, cuando ya era inminente el estallido del conflicto armado en Sudán, Hafther profundizó el apoyo a Hemetti, pasándole datos de inteligencia que fueron clave para Hemetti, aumentando entrega de combustible. E incluso existen sospechas de que el ENL ha entrenado, entre febrero y abril, a cientos de combatientes de las FAR, en combate urbano.

Según algunos testimonios hay aviones que aterrizan en el aeropuerto de la ciudad de al-Jawf, en el distrito de Kufra al sur de Libia, con importantes cargamentos de armas, que son enviadas por tierra a Sudán., mientras que el combustible, vital para Hemetti, desde que las fuerzas de su rival, el general Abdel Fattah al-Burhan, que tiene el control de la infraestructura de petróleo y combustibles del país cortó los suministros a las FAR, a sus principales bases en Darfur. El combustible libio llega a Sudán en camiones desde el puerto sobre el Mediterráneo de Benghazi, aunque posiblemente también desde la refinería Sarir, más al sur, recientemente tomada por la fuerza de Hafther.

Más allá de la ayuda que Hafther pueda dar a Hemetti, el general libio tendrá que mantener un difícil equilibrio para no desbalancear su relación con el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi, que se ha alineado en el conflicto sudanés con su viejo compañero de estudios militares el general al-Burhan, la contraparte de Hemetti en este alineamiento para el naufragio.

Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.