Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
No se le vio llegar. Bajo los radares de la mayoría de los grandes medios de comunicación franceses el nuevo gobierno tanzano se puso a trabajar y ha alterado el esquema nacional. Al mismo tiempo hay que admitir que la actualidad del continente africano difícilmente traspasa la neblina mediática que suscitan las actividades de los grupúsculos islamistas en la zona. «El árbol que cae hace más ruido que el bosque que crece», afirma un proverbio surgido de la inteligencia colectiva. Este bosque es John Pombe Joseph Magufuli que el 5 de noviembre de 2015 se convirtió en presidente de la República de Tanzania con el 58 % de los votos. De 59 años y licenciado en matemáticas y química, ocupó diferentes cargos en el seno de los anteriores gobiernos, sobre todo, el de ministro de Trabajo o de Pesca y Ganadería. «Es un producto puro del sistema y, sin embargo, John Magufuli no se parece a nadie», señala la revista Jeune Afrique [1].
A semejanza de su homólogo francés Emmanuel Macron que en los primeros meses de su mandato afirmaba que no cedería nada a los «holgazanes» [2], Magufuli también se ha declarado hostil a ellos…aunque precisó que se refería a los «agentes del gobierno» para quienes «había terminado» la época de tolerancia [3]. Apodado «el Bulldozer» («Tingatinga» en suajili), el nuevo dirigente emprendió una campaña con la consigna de la lucha contra la corrupción y pasó rápidamente a los hechos. Una de las primeras cosas que hizo fue visitar por sorpresa el ministerio de Finanzas y discutir directamente con el ministro para exhortarle a «recaudar fondos suficientes para ofrecer una educación gratuita tal como se prometió» [4]. Anuló las ceremonias por la fiesta de la independencia argumentando que era «vergonzoso gastar tanto dinero» cuando en el país tantas personas todavía morían de cólera y otras enfermedades [5]. Redujo drásticamente la cantidad de funcionarios autorizados a participar en viajes oficiales [6] y redujo un 90 % el presupuesto destinado a la cena reservada a los diputados antes de la apertura de sesiones del Parlamento [7]. Las cantidades ahorradas se destinaron a comprar camas y sábanas para los hospitales [8]. Otra medida simbólica, el nuevo dirigente ha reducido su salario de 100.000 a 7.000 dólares [9]*.
«Algunos analistas afirman que Magufuli es más popular que su parido», escribe la periodista Ruth Nescoba en un artículo para la BBC [10]. Su partido, Chama Cha Mapinduzi (CCM, Partido de la Revolución), se fundó en 1977 tras la fusión del partido Tanganyka African National Union (TANU) y Afro Shirazi Party (ASP). Así pues, el CCM es el partido único de la República de Tanzania, creada en 1964. Dirigido en aquel momento por Julius Nyerere, en país se orienta hacia el socialismo africano apoyado por la China comunista. Una corta experiencia que acaba a finales de la década de 1980 con una reconversión progresiva en las políticas liberales y que lleva en enero de 1992 al multipartidismo [11]. A pesar de los cambios el CCM ha seguido siendo hasta el día de hoy el partido indestronable de la escena nacional. El que fuera el principal rival del presidente en las elecciones, Edward Lowassa, proviene también del partido en el poder. Fue exprimer ministro y fue desbancado en las primarias de 2015 por Magufuli. Mal perdedor, abandonó el CCM para unirse a la oposición (el Partido Chadema o Partido de la Democracia y del Progreso) e inmediatamente se convirtió en candidato a las elecciones presidenciales [12]. Derrotado de nuevo, puso en duda el resultado a pesar de la importante diferencia de votos. «Yo soy el presidente de Tanzania, John Pombe Joseph Magufuli», afirmará el vencedor en su discurso de investidura, «y ahora vamos a ponernos a trabajar» [13].
La pieza central de las ambiciones políticas del nuevo poder, la Autoridad Fiscal de Tanzania (TRA, por sus siglas en inglés), encargada del cobro de impuestos, paso rápidamente a estar en el centro de atención. Ya en noviembre 2015 fue detenido su comisario general Rished Bade tras descubrirse un agujero en las cuentas públicas calculado en 40 millones de dólares [14]. A ello siguió una sucesión de dirigentes hasta el nombramiento de Charles Kichere en noviembre de 2016. «Juntos construiremos nuestra nación», señala el lema de la página oficial de la TRA, donde se puede encontrar información sobre el aumento progresivo de la recaudación fiscal (más de 3 trillones de shilling tanzanos [15] para el tercer trimestre de 2017). El hecho de que se hayan vuelto a tomar las riendas de este organismo ha suscitado críticas en los sectores económicos poco habituados y que critican a la TRA de «acosarlos». Según el diario sudafricano The Citizen, el primer ministro Kassim Majaliwa explicó: «Nuestro gobierno valora a los inversores y a los hombres de negocios. Gran parte de nuestro presupuesto depende de los impuestos». Y también añadió con diplomacia: «Pedimos a quienes se han sentido tratados injustamente por la TRA que presenten sus quejas a las autoridades competentes» [16]. El nuevo gobierno tanzano no ha establecido ningún aumento de la tasa de imposición de las empresas (30 % desde 2009). Así pues, Magufuli lleva a cabo una política de lucha contra la evasión fiscal a gran escala.
El caso de las multinacionales en el sector minero es una tarea de envergadura para el nuevo equipo del «Bulldozer». El país, que fue colonia británica, es rico en materias primas como oro, diamantes, cobre, etc. Como el resto del continente, Tanzania está sometido al apetito voraz de las grandes empresas. En marzo de 2017 el gobierno anunció una auditoría de las compañías mineras para verificar «si se pagan bien las tasas existentes» [17]. La empresa Acacia Mining, la principal entidad en la mira del poder, tiene más de 250 contenedores bloqueados en el puerto de Dar-es-Salam para ser inspeccionados [18]. El presidente destituyó al ministro de Minas al detectar que se declaraba menos peso de los minerales exportados. Se ha impuesto una multa de 190.000 millones de dólares a la empresa, que es dueña de tres emplazamientos mineros en el país [19]. Desde el verano se ha declarado una suspensión de la concesión de nuevas licencias a las empresas extranjeras [20]. Se abrió entonces un periodo de negociación entre el gobierno africano y la poderosa multinacional Barrick Gold Corporation, primera sociedad mundial productora de oro, cuya filial africana es Acacia Mining. En octubre se llegó a un nuevo acuerdo que redefine los términos de explotación de los minerales y de reparto de beneficios. Esto llevó a la decisión de crear una nueva compañía tanzana en la que el gobierno tendrá poder de decisión sobre las futuras operaciones. Los beneficios se distribuirán a partes iguales entre la nueva empresa y el Estado. Paralelamente el grupo Barrick, cuya sede está en Canadá, acepta pagar una indemnización de 300 millones de dólares al gobierno tanzano [21].
Otro caso es el de la empresa británica Petra Diamonds. El 31 de agosto de 2017 las autoridades tanzanas bloquearon la salida hacia Bélgica de un cargamento de diamantes ya que acusaba a la empresa de haber infravalorado el valor de este (se calculaba en 15 millones de dólares aunque era el doble según las autoridades). En consecuencia, el ministro de Finanzas Philip Mpango declaró la intención del gobierno de «nacionalizar» las piedras preciosas [22]. La empresa, por su parte, suspendió su actividad e informó que las autoridades habían interrogado a varios de sus empleados.
«Las élites lo detestan pero el pueblo lo adora», señala el medio francófono Jeune Afrique [23]. No es de extrañar que el nuevo equipo en el poder atraiga las iras de algunos sectores económicos. Es indudable que la alteración del antiguo orden de las cosas aumenta el riesgo de que el poder actual se encuentre mañana en el centro de tensiones geopolíticas cuya correa de transmisión reposa habitualmente en el tratamiento mediático. La Venezuela bolivariana, que es un caso de libro a este respecto, ilustra perfectamente estos mecanismos de desinformación y de omisión que caracterizan a los retos mediáticos en las cuestiones internacionales. Todos los fallos y los crímenes imputables al régimen que esté en el punto de mira se aumentarán con lupa. «Tanzania, los espacios de libertad amenazados» para bbc.com en enero de 2017 [24], «El presidente de Tanzania desprecia la libertad de prensa», titulaba lemonde.fr en marzo de ese mismo año [25]. En agosto la página web de RFI informaba de que la Federación Internacional de las Ligas de los Derechos Humanos denunciaba el mal trato infligido por las autoridades tanzanas a los periodistas [26]. ¿Se trata de una constante de aquellos gobiernos que ambicionan volver a barajar las cartas?
Notas:
[1] http://www.jeuneafrique.com/mag/340239/politique/tanzanie-john-pombe-m…
[3] https://www.afrika-news.com/is-magufuli-africas-most-popular-president/
[7] Ibid.
[8] https://www.theguardian.com/world/2015/dec/01/tanzania-cost-cutting-president-john-magufuli-twitter
[9] http://www.lemonde.fr/afrique/article/2015/12/18/tanzanie-le-grand-cou… * (N. de la t: En el artículo de Le monde lo que se dice es que redujo de 100.000 a 7.000 dólares los gastos de la ceremonia de apertura del Parlamento, no su sueldo…)
[10] http://www.bbc.com/news/world-africa-34670983
[11] Véase «Zanzibar à l’heure du multipartisme», Gérard Prunier, Le Monde Diplomatique, julio de 1996.
[12] http://www.jeuneafrique.com/mag/255242/politique/tanzanie-edward-lowas…
[13] http://www.jeuneafrique.com/mag/340239/politique/tanzanie-john-pombe-m…
[15] Más de 1.300 millones de dólares en el cambio actual.
[17] http://www.jeuneafrique.com/423322/economie/tanzanie-evasion-fiscale-mines/
[18] Ibid.
[21] http://www.barrick.com/investors/news/news-details/2017/Barrick-Commen…
[23] http://www.jeuneafrique.com/mag/340239/politique/tanzanie-john-pombe-m…
[24] http://www.bbc.com/afrique/region-38618930
[26] http://www.rfi.fr/afrique/20170802-tanzanie-fidh-inquiete-traitement-reserve-medias
Fuente: http://www.legrandsoir.info/tanzanie-la-foret-qui-pousse.html
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.