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Entrevista a varias personas de la izquierda y los sindicatos tunecinos

«Tenemos que continuar la lucha hasta que consigamos realizar las demandas de la revolución»

Fuentes: La hiedra

El 14 de enero de 2011 la revolución en Túnez derrocaba al dictador Ben Ali. Era la primera de las revueltas que se extenderían rápidamente por todo el mundo árabe. Durante el último Foro Social Mundial tuvimos la oportunidad de hacer una entrevista a varias personas de la izquierda y los sindicatos tunecinos: Salem Ghrissi, […]

El 14 de enero de 2011 la revolución en Túnez derrocaba al dictador Ben Ali. Era la primera de las revueltas que se extenderían rápidamente por todo el mundo árabe.

Durante el último Foro Social Mundial tuvimos la oportunidad de hacer una entrevista a varias personas de la izquierda y los sindicatos tunecinos: Salem Ghrissi, Azak Sihem, Yahyouni Samia y Mokhtar Ben Hafsa, de Raid-Attac; los sindicalistas de UGTT, Ridah Chtioni y Abdeljaoued Najel; además de Jalel Tlili (LGO) y Amanda Sebastian (MENA Solidarity).

Nos hablaron del estado de la izquierda, de la situación de las mujeres y las perspectivas actuales de la revolución.
(*) Esta entrevista no habría sido posible sin la traducción entre el árabe y el inglés de Jaohar Bani y su ayuda en la transcripción.

– Hace dos años que la revolución derrocó a Ben Alí. ¿Qué balance hacéis ahora? ¿Qué habéis conseguido?

Salem Ghrissi: Lo que sentimos es ambivalente. No han pasado muchas cosas, pero hay más libertad de expresión y los y las periodistas pueden hacer su trabajo con mayor libertad. Además, la población aprendió la lección de cómo quitarse el miedo de encima, tuvo una experiencia de lo que es capaz de conseguir, incrementando así su confianza. Una de las diferencias también es la conciencia de la gente, hay un despertar respecto a sus intereses. Antes las personas activistas nos sentíamos una minoría aislada, como si la gente solo estuviera interesada en el fútbol. El cambio es que ahora ves a la gente discutir con entusiasmo sobre política y se encuentra más predispuesta a involucrarse. Igualmente, antes solo un grupo comprometido de activistas políticos y de sindicalistas luchábamos contra la dictadura. Ahora mucha más gente corriente está luchando y pensando en hacer sacrificios, no solamente para defender sus intereses sino también los intereses de grupos más amplios y de las comunidades.

Ridha Chtioui: En la historia de los pueblos, en general, no hay cambios que sucedan en un solo año o dos. Cuando se le hace a la gente tunecina este tipo de preguntas se muestra orgullosa de haber ganado la libertad de expresión. Pero el problema real en Túnez es que nuestra lucha contra Ben Ali no era solamente por la libertad de expresión. Quiero enfatizar que incluso durante la dictadura había una lucha en desarrollo. Hoy la gente que está luchando se enfrenta a las mismas políticas económicas y sociales que había durante la época de Ben Ali. En este aspecto la lucha sigue todavía en curso, no ha habido todavía un cambio real.

Mokhtar Ben Hafsa: Después de las elecciones a la Asamblea Constituyente, Ennadah consiguió una mayoría del 40% y por lo tanto fue el partido principal de la coalición de gobierno. Pero en el terreno político están tratando de usar la política del terror, de penetrar en las instituciones del estado, así como de usar otros vínculos organizativos fuera del estado, como por ejemplo la Liga para la Protección de la Revolución (LPR). Aunque ha cambiado el partido de gobierno, tenemos las mismas políticas económicas y el mismo estado. Hay dos acuerdos que lo ilustran. El primero es la colaboración privilegiada con la Unión Europea. Y el segundo es el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) acerca de la austeridad.

Azak Sihem: Como mujer activista siento que actualmente estamos yendo hacia atrás. El Gobierno quiere atacar con saña a las mujeres y lo que hemos conseguido en el pasado, dado que las leyes actuales protegen a las mujeres en comparación con otros países árabes, desde la independencia de 1956. El Gobierno está implementando políticas que son totalmente las opuestas a las demandas de la revolución, que eran libertad, dignidad y progreso, un futuro mejor. El Gobierno está intentando que vuelvan a instaurarse sus ideas reaccionarias, que nosotras y nosotros vemos como un regreso al pasado y que no tienen nada que ver con la sociedad tunecina.

Amanda Sebastian: El Gobierno está haciendo dos cosas. Crean organizaciones-frente y además insultan y dicen grandes mentiras sobre la gente. Por ejemplo, si hablas con ellos dicen que son muy democráticos, que quieren el matrimonio gay y dar a las madres solteras grandes cantidades de dinero. Al mismo tiempo, crean organizaciones falsas. Y en los sindicatos introducen gente impostora que son miembros de Ennahda y que solamente están allí para decir: «No vayáis a la huelga, no hagáis nada». Al mismo tiempo mienten sobre los sindicatos: todo lo que va mal en la economía es culpa de los sindicatos.

Salem G.: Quiero confirmar la idea de las mentiras. Cuando el Gobierno habla de una transición a la democracia, en realidad está tratando de implementar una dictadura y un régimen regresivo. Pero esto, al mismo tiempo, lleva a la posibilidad de continuar la revolución y al hecho de que podamos ver nuevas olas revolucionarias en Túnez. La revolución social es posible porque las clases oprimidas están ahora sufriendo la alta inflación, el encarecimiento de los precios (comida, energía…) y el aumento del paro, especialmente en las áreas empobrecidas del centro y oeste del país.

– ¿Qué movimientos están habiendo dentro de la izquierda y del nuevo partido, el Frente Popular?

Ridha Ch.: Este partido es nuevo en Túnez. Hay partidos muy antiguos en Túnez, desde la colonización francesa, pero la izquierda ha fallado por lo que respecta a acumular experiencia. Ahora hay una prueba real para la izquierda, que son las elecciones, y nos encontramos que a nivel político y organizativo todavía no estamos preparados, aunque contribuimos masivamente a la revolución. Por este motivo tuvimos la idea de solucionar este problema, de trabajar conjuntamente distintos partidos a través de una sola plataforma. Esto ha llevado al nacimiento del Frente Popular.

– ¿Quién forma el Frente Popular?

Mokhtar B.: El Frente Popular se organizó formalmente el 7 de octubre de 2012, impulsado por once partidos, mayoritariamente de la nueva izquierda, el Movimiento de los Patriotas Democráticos, el Partido de los Trabajadores, trotskistas… así como panarabisas y baazistas, muchos independientes, y nuestra organización, Raid-Attac. Hay una base común por la que luchamos, un pequeño programa. El FP tiene un comité, compuesto por un secretario general de cada organización y por una representación de independientes. Después, hay una coordinación nacional, otra para cada distrito (hay 23 en Túnez) y grupos de coordinación en las grandes ciudades y a nivel local.

Ridha Ch: Al principio, claro, el Frente no estaba tan desarrollado como hoy. Todavía hay otros partidos y grupos que quieren unirse al FP y queremos que sea más grande para conseguir presentar una alternativa real, para conseguir romper la bipolarización entre el islamismo extremista y las políticas neoliberales de «Nidaa Tounes».

– ¿Podéis explicar el asesinato de Chokri Belaid del 6 de febrero y la movilización general de repulsa que se produjo?

Mokhtar B. H: El asesinato de Chokri Belaid fue un gran problema, un golpe para nosotros y nosotras, porque era uno de los líderes más prominentes del Frente Popular. La mayoría de activistas y miembros del FP, así como gran parte de la población, cree que quien está detrás de su muerte son los salafistas, los reaccionarios y Ennahda. Fue un shock real para el conjunto de la población. Justo después del asesinato el FP llamó a una huelga general y las altas instancias de la UGTT se reunieron rápidamente y la convocaron. Aun así, la UGTT siempre está tratando de no ir hacia una escalada. Por ejemplo, convocaron una huelga general después de que sus locales fueran atacados, pero un día antes la desconvocaron, para tratar de calmar el ambiente en el país.

– ¿Cuándo tuvieron lugar estos ataques?

Mokhtar B. H: El 4 de diciembre del año pasado, día de celebración del asesinato de Farhat Hacked, líder de la independencia y fundador de la UGTT, grupos de milicias y matones atacaron la sede de la UGTT. La dirección del sindicato convocó una huelga general, pero luego dio marcha atrás.

– Abdeljaoued Najel: Quisiera añadir una cosa. Aunque la huelga general del 11 de diciembre fue desconvocada, se produjeron huelgas generales regionales en Gafsa, Sidi Bouzid, Silana, Jendouba…

– ¿Qué seguimiento tuvo la huelga general después del asesinato de Chokri Belaid?

Abdeljaoued N.: Fue muy exitosa. La huelga general fue convocada para el día del funeral. Hubo una enorme manifestación de un millón y medio en el funeral, en la ciudad de Túnez, y varias protestas por todo el país. Hubo grupos de matones que quemaron algunos coches e intentaron provocar a la gente, pero fallaron, porque las protestas fueron masivas.

Los días posteriores a las protestas, grupos de supuestos salafistas y algunos miembros de las Ligas de Protección de la Revolución salieron a las calles diciendo que querían proteger a los tenderos, pero en realidad era una forma de asustar a la gente: estaban allí para apoyar al Gobierno y, en particular, a Ennahda. Después del asesinato de Belaid el Primer Ministro fue incapaz de reestructurar el Gobierno y dimitió. Estuvimos dos o tres semanas sin gobierno. Dicho Gobierno quedó completamente suspendido y no había nadie que tomara la iniciativa. Esto demuestra que los partidos de la izquierda todavía no están preparados para imponer su razón política.

Salem G.: Escoger a Chokri Belaid para matarlo no fue algo casual. Fue un asesinato planificado. Belaid era realmente muy crítico hacia el Gobierno, por un lado, y por el otro apoyaba a la gente pobre. Era un abogado que defendió a los islamistas cuando sufrieron la tortura y los ataques del régimen de Ben Ali. Y sin embargo, el partido islamista -Ennahda- es responsable directa o indirectamente de su muerte.

– ¿Cuál es la relación actual entre el sindicato UGTT y el movimiento revolucionario?

Ridha Ch.: La dirección de la UGTT ha evitado significarse jugando un rol político después de la caída de Ben Ali. Estamos esperando que ahora empiece a jugar un mayor papel político. Muchos y muchas sindicalistas se están involucrando más dentro de sus partidos. Representantes sindicales intermedios así como también sindicalistas de base están tratando de organizarse para continuar la lucha y conseguir las demandas de la revolución.

– ¿Cuál es la situación de los comités revolucionarios después de la revolución?

Mokhtar B. H.: Al principio vimos como aparecían comités locales para proteger a la población, porque no había policía. Los y las militantes sindicalistas y de izquierdas llamaron a la organización de estas Ligas. Pero se disolvieron cuando la revolución bajó y las personas militantes volvieron a la actividad en sus partidos políticos y organizaciones. Tras las elecciones del 23 de octubre de 2011 Ennahda creó la Liga de Protección de la Revolución con el argumento de que estos grupos protegen a la gente cuando no hay policía, pero su objetivo es usar estas Ligas para demostrar que el Gobierno tiene apoyo y para intimidar a la oposición. Las LRP también han estado involucradas en ataques violentos contra periodistas, sindicalistas y las sedes de la UGTT. El movimiento revolucionario está continuando, pero de forma más espontánea, menos organizada en un marco específico, concretamente en las áreas donde empezó la revolución.

Abdeljaoued N.: El movimiento revolucionario ha cambiado mucho antes y después de las elecciones del 23 de octubre. Antes, el ambiente político que se respiraba era el de la gente que esperaba la construcción de un estado democrático y moderno, una transición democrática. Después de las elecciones los resultados no fueron los esperados, llevaron a un gobierno que realmente no había participado en la revolución. Alguna gente creía que este Gobierno quizá podía realizar algunas demandas, pero no ha intentado conseguir ninguna de las reivindicaciones de la revolución. Se ha generado desilusión con el Gobierno.

– ¿Cuál es la situación de las mujeres dentro del movimiento y de la izquierda?

Azak Sihem: Las mujeres estamos jugando un papel activo en la actividad política tras la revolución y estamos participando en huelgas y manifestaciones. Como mujer me siento particularmente acosada, y muchas mujeres nos damos cuenta de que estamos siendo atacadas específicamente por este Gobierno y por los islamistas. Por ejemplo, los islamistas intentaron presionar para que en la constitución que se está elaborando hubiera una formulación diferente del principio actual de igualdad entre géneros y que éste fuera reemplazado por el de complementariedad. La reacción de la gente fue muy fuerte. Una de las mayores protestas tuvo lugar durante el Ramadán en agosto de 2012, por la noche, después de romper el ayuno. La participación fue muy grande también en la celebración del Día Internacional de las Mujeres. Bajo la presión de las protestas los islamistas retiraron su propuesta y aceptaron el principio de igualdad.

La violencia hacia las mujeres se ha incrementado después de la revolución. Las mujeres se enfrentan en las movilizaciones a la misma violencia policial y represión que los hombres. Ha habido un incremento del número de violaciones de mujeres de diferentes edades (desde niñas en guarderías, una joven violada por la policía y más recientemente una mujer de sesenta años). Pensamos que algunos de estos incidentes son parte de un plan para aterrorizar a las mujeres y evitar que participen en la revolución, lo que facilitaría a la derecha en el gobierno el impulso de su agenda reaccionaria.

– ¿Cuál es la situación de las mujeres pobres trabajadoras y campesinas? ¿Cómo se están involucrando en la lucha?

Azak S.: La posición de las mujeres en Túnez es mejor que en otros países árabes. Sin embargo, las mujeres que viven en zonas pobres sufren opresión y pobreza, realizan muchas tareas dentro de casa, en el trabajo, etc. La situación en las zonas rurales es incluso más dramática. La participación de mujeres pobres no es aún muy visible, pero vemos casos en que se involucran cuando sufren un ataque.

Amanda S.: Muchas mujeres corrientes están muy activas en la asociación de las y los «heridos de la revolución» y «familiares de los mártires». Muchas mujeres participaron en protestas como la de «Je suis femme, ne touche pas a ma liberté» («Soy mujer, no toquéis mi libertad») y no se trataba de m ujeres de clase media.

– Una pregunta doble: ¿cuáles son hoy las perspectivas de la revolución y cuáles son las tareas de las y los revolucionarios en Túnez?

Abdeljaoued N.: Necesitamos un buen diagnóstico de la realidad e incorporar a la gente joven en la actividad política. Desde la izquierda estamos activos pero necesitamos definir y desarrollar un proyecto político.

Yahyouni Samia: Tenemos que continuar la lucha hasta que consigamos realizar las demandas de la revolución.

Mokhtar B. H.: Como resultado de las políticas neoliberales, está aumentando la indignación de la población contra el Gobierno. Esto abrirá una oportunidad para que haya una escalada del movimiento, para otra ola de lucha revolucionaria. Por esto en el Frente Popular estamos argumentando que necesitamos prepararnos para este momento organizándonos bien, estando en el centro de las protestas y luchas y proponiendo alternativas concretas, un programa. Al principio la revolución fue más espontanea, ahora necesitamos estar mejor organizados y organizadas.

– Durante toda la historia, una diferencia entre revoluciones exitosas y derrotadas es el papel de un partido revolucionario independiente. ¿Cómo veis el equilibrio entre las y los revolucionarios trabajando dentro del Frente Popular y su existencia independiente como organización?

Jalel Tlili: Durante la dictadura las organizaciones de izquierda fueron duramente perseguidas. La LGO sufrió una doble persecución: por parte del sistema político y también desde algunos partidos estalinistas y maoístas. Por este motivo ahora nos encontramos en minoría dentro del Frente Popular. Aun así, las demandas que surgieron durante el momento de la revolución nos han permitido construir un programa revolucionario y trabajamos para convencer a otras organizaciones dentro del Frente Popular para que lo adopten. Tratamos de vincular reivindicaciones democráticas con reivindicaciones revolucionarias de justicia social. No podemos conseguir justicia social en un país subdesarrollado como Túnez si no conseguimos un mínimo de demandas sociales para las clases oprimidas. Por eso necesitamos un programa. Para emplear a miles de personas desempleadas necesitamos revertir las grandes privatizaciones de la época de Ben Ali y crear empleo a gran escala en el sector público.

– ¿Tenéis demandas sobre la cuestión de la deuda?

Jalel T.: Somos muy persistentes en reclamar la cancelación de la deuda extranjera. Hemos conseguido situar esta cuestión dentro del FP. El Frente propone actualmente posponer el pago de la deuda durante tres años e investigar qué parte es «deuda odiosa», aquella parte que benefició a la dictadura y no a la gente de Túnez y que no se debería pagar. Es un tema que el FP está impulsando con fuerza pero que todavía no ha conseguido que se vote en la Asamblea Constituyente. Hay un proyecto para aplazar o cancelar la deuda que ha sido firmado por 27 miembros de la Asamblea, pero Ennahdah está tratando de pararlo para que no se pueda plantear su votación. Hay también discusiones para transformar el FP, que es una coalición, en un partido, pero con la condición de que este partido tenga un mínimo nivel de democracia interna, que permita la posibilidad de crear alianzas y también que defienda los intereses de la clase trabajadora, la liberación de las mujeres y se involucre en la lucha internacional.

– ¿Está creciendo la izquierda?

Ridha Ch.: Históricamente la izquierda ha estado fragmentada en Túnez. La izquierda revolucionaria está creciendo dentro del Frente Popular. La constitución del FP ha permitido que mucha gente independiente y pequeñas organizaciones se unan a la coalición.

Abdeljaoued N.: La izquierda ha estado creciendo y las últimas encuestas muestran que el FP conseguiría alrededor del 10% de los votos en las próximas elecciones, en tercera posición detrás de «Ennahda» y «Nidaa Tounes», lo que supone un gran avance para el FP.

Cronología de la revolución tunecina

17 de diciembre de 2010: Inmolación del joven Mohamed Bauazizi. Se enciende la revuelta en la región de Sidi Bouzid, en el centro del país, y se extiende por todo Túnez.

14 de enero de 2011: la revuelta echa al dictador Ben Ali. Nueve días después empieza la revolución en Egipto.

25 de febrero de 2011: Gran manifestación en la ciudad de Túnez contra el Gobierno. Hay enfrentamientos con la policía y varios cuarteles son incendiados.

23 de octubre 2011: Primeras elecciones a la Asamblea Constituyente. Ganan los islamistas de Ennahda, consiguiendo 89 de los 217 escaños.

Septiembre y octubre de 2012: protestas continuadas en Sidi Bouzid contra la pobreza, cortes de agua y recortes de salarios, son reprimidas por el Gobierno.

7 de octubre de 2012: formación del Frente Popular.

Diciembre de 2012: ataques de matones a los locales del sindicato UGTT, se producen huelgas regionales en protesta.

13 de enero de 2013: Una semana de protestas por las malas condiciones de vida y el enorme paro en Ben Guerdane, en el sur del país. El Ejército se despliega en la zona.

6 de febrero de 2013: Asesinato de Chokri Belaid, líder del Frente Popular (había recibido amenazas pero el Gobierno no le había proporcionado protección). Se convoca una huelga general de repulsa. Dimite el primer ministro y hay una crisis de gobierno durante tres semanas.

Algunas organizaciones

UGTT (Unión General de Trabajadores de Túnez): principal sindicato de Túnez, jugó un papel muy destacado en la revolución de hace dos años, sobre todo sus bases y sindicatos locales, ya que su dirección estaba vinculada al régimen.

FP (Frente Popular): coalición de la izquierda radical creada en el otoño de 2012. Las organizaciones que crearon el Frente Popular tienen 6 diputados de 217 en la Asamblea Constituyente. El FP cuenta con alrededor de 300 agrupaciones.

Raid-Attac: asociación centrada en la crítica al modelo económico actual y por el cambio social. Participa en el Frente Popular.

LGO (Ligue Gauche Ouvrière, Liga Obrera de Izquierdas): organización anticapitalista, forma parte del Frente Popular. Se inscribe en la IVª Internacional Secretariado Unificado.

Ennahda: partido islamista moderado, principal partido del Gobierno, cuenta con un 41% de los diputados en la Asamblea Constituyente.

Artículo publicado en la revista anticapitalista La hiedra


Fuente: http://enlucha.wordpress.com/2013/05/28/tunez-tenemos-que-continuar-la-lucha-hasta-que-consigamos-realizar-las-demandas-de-la-revolucion/

rCR